Las expectativas estaban centradas en la declaración de Oyarzábal, quien había iniciado la investigación hasta que fue desplazado del cargo y pasado a retirado en la Policía, que luego derivó en la investigación de la Justicia Federal que lo condenó por integrar la banda que lideraba Torres.
“Es más lo que se esperaba que efectivamente lo que dijo”, dijo uno de los abogados de los cuatro imputados por el homicidio ocurrido en la noche del 16 de enero de 2019, frente al domicilio del denominado “Zar de la Droga”, en calle Laprida 1264, en barrio Fénix.
Cristian Ortiz, Jonathan Palacios, Mariano Rivarola -amigos y socios de Torres- y el rosarino Néstor Robledo -ligado al clan de Los Monos- son los cuatro imputados.
La octava audiencia comenzó con la declaración de Jonathan Becerra, chapista y pintor de autos, quien fue uno de los primeros en llegar al lugar de la balacera, ya que fue convocado por Gabriel Bossi.
Becerra afirmó que llegó a los pocos minutos del hecho, ya que vive a dos cuadras del lugar.
Recordó que Torres lo había llamado unos minutos antes cuando estaba llegando a Río Cuarto y que los acompañó en el traslado hasta el Hospital San Antonio de Padua.
Oyarzábal fue condenado por integrar la megabanda narcocriminal que lideraba Torres. También fue acusado de encubrimiento de la familia Vargas Parra por la desaparición de Nicolás Sabena.
Compañero de viaje
Bossi, fue otro de los testigos donde había mucha expectativa, realizó una relato de los hechos, desde el viaje a Buenos Aires para ir a comprar el Audio TT y el momento de la ráfaga que terminó con la vida de su amigo y socio.
Afirmó que conoció a Torres en Puerto Madryn en 1998 cuando estaban en prisión en la provincia de Chubut.
Sostuvo que Torres era proxeneta en esa provincia y había sido detenido por la Policía de Chubut.
Bossi remarcó que Torres era de carácter fuerte y mantuvo varias peleas, inclusive había baleado a otras personas: un caso que recordaba en el sur del país y frente a su domicilio, en hechos ocurridos a finales de los 90.
Aclaró que viajaron a Buenos Aires en un Peugeot 208 junto al vendedor de autos Cristian Schiaroli, quien se vino el día anterior en una camioneta.
Admitió que Torres con Schiaroli habían tenido diferencias por las operaciones, inclusive con la rotura de cristales de autos y de un local.
Bossi dijo que si bien Torres era cuidadoso no había sido amenazado, por lo que el crimen “fue sorpresivo y repentino”.
Luego declaró Cortez, quien también integraba la banda que se dedicaba la comercialización de estupefacientes y lavado de activos.
Una prima de Torres relató que siempre estaba armado y que en el último tiempo pretendía alejarse del narcotráfico.
En principio para hoy no habría testigos y la actividad en el Palacio de Tribunales se centrará en la lectura del expediente, que tiene más de 20 fojas.
Se especula que la mayoría de los testigos que habían propuesto las partes, por lo que el juicio habría ingresado en su etapa final para dar paso a los alegatos que se concretarían en un par de semanas.
Nueva acusación
El fiscal de Cámara Julio Rivero planteó un giro en la acusación con los cuatro imputados por el asesinato de Claudio Torres.
Ante el avance del juicio con jurados populares y con los elementos recolectados hasta el momento, el fiscal dispuso utilizar el recurso del "hecho diverso" (contemplado en el artículo 389 del Código Penal), por lo que los cuatro imputados ahora se los acusada del delito de homicidio simple. En el caso de Cristian Ortiz y Mariano Rivarola, como partícipes necesarios, mientras que Jonathan Palacios y Néstor Robledo como partícipes no necesarios.
En el caso de Jonathan Palacios se lo señala como el conductor Renault Kangoo utilizada por el o los ejecutores no identificados para abandonar del lugar del hecho y a Néstor Robledo como el que manejaba el otro vehículo qué aguardaba en ruta 8, donde abandonaron el utilitario al que prendieron fuego
El fiscal también desechó los agravantes de precio y promesa remuneratoria, los de alevosía y de concurso premeditado de 2 o más personas que en la acusación original había impuesto el fiscal de instrucción Fernando Moine.
El cambio de calificación de Rivero reconfigura la estrategía de los defendores.
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Los defensores redefinen sus estrategias ante la nueva acusasión pedida por Rivero. Foto: Andrés Oviedo.