Para el fiscal de Cámara Julio Rivero, a Nora Dalmasso la mataron a traición, y arriesgó: “Ella nunca supo quién la mató”.
Julio Rivero afirmó que la madre de Nora siempre quiso ser querellante
Explicó que si María Delia Grassi no está sentada a su lado es por la grave afección de salud que le dejara un ACV
El encargado de llevar adelante la acusación en este juicio consideró que la mañana que le dieron muerte, ella no esperaba a nadie y quien ingresó a su domilicio de la Villa Golf “no era un loquito o un psicópata sexual, el móvil del crimen no fue sexual ni tampoco en ocasión de robo, el móvil fue personal”, afirmó.
Así abonó la imputación que hiciera el fiscal de instrucción Luis Pizarro aunque se cuidó de no entrar en valoraciones porque remarcó que la presentación del caso frente a los jurados no era la ocasión para hacerlo.
“Nora Dalmasso no era una empresaria exitosa ni se equivocó en los últimos momentos de su vida”, dijo Rivero, evocando las desafortunadas expresiones que tuvo el viudo en la conferencia de prensa que brindó a los medios de todo el país.
El fiscal reivindicó la figura de la víctima. “De pronto pasó a ser Norita, usando un diminutivo totalmente peyorativo. Este juicio debe servir para que ella pueda descansar en paz” y pidió que este juicio sea juzgado con perspectiva de género.
Una silla vacía
Rivero se lamentó que a su lado no estuviera un abogado querellante, en nombre de la familia de Nora. Remarcó que María Delia Grassi, la madre de la víctima, “siempre quiso ser querellante en esta causa , no me caben dudas de eso, y si hoy no está aquí es porque sufrió un ACV que la dejó imposibilitada de hacerlo”.
“No es un reproche, pero a este juicio le hace falta la tenacidad de esa leona”, concluyó el fiscal.