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Tres mil acreedores y cientos de miles de millones, en un juzgado local

Es el concurso preventivo de Molinos Cañuelas y Compañía Argentina de Granos que lleva adelante la jueza riocuartense Mariana Martínez junto con un equipo creado especialmente para este importante proceso

Un juzgado de Río Cuarto tramita uno de los concursos preventivos más grandes del país, el de Molinos Cañuelas - Compañía Argentina de Granos. En los Tribunales locales se creó una unidad específica para llevar adelante el proceso, que en total agrupa a unos 3 mil acreedores entre los que se descatacan bancos internacionales y nacionales por préstamos que las firmas tomaron en moneda extranjera. Tras un intento de acuerdo extrajudicial fallido, el caso recaló en esta ciudad.

Aunque no es un dato definitivo, sino sujeto a correcciones y ajustes, al momento de presentar el pedido de concurso de acreedores, Molinos Cañuelas denunció un pasivo de más de 133 mil millones de pesos. Por su parte, la Compañía Argentina de Granos declaró una deuda de casi 30 mil millones de pesos. Es importante señalar que los montos informados corresponden al 2 de septiembre de 2021 porque, en parte, la deuda es en moneda extranjera, pesificada a cotización oficial.

La encargada de llevar adelante el proceso es la titular del Juzgado Civil y Comercial de Sexta Nominación de Río Cuarto, Mariana Martínez de Alonso.

"Mi competencia en estos dos procesos comienza con la presentación del concurso preventivo de Compañía Argentina de Granos, que por su domicilio social fija la competencia en Río Cuarto. Al poco tiempo se presentaba el garante, que es Molinos Cañuelas, y por la disposición legal contenida en la Ley de Concursos y Quiebras puede presentar el pedido de concurso en el mismo juzgado en el que lo tramita su garantizada (en este caso, Compañía Argentina de Granos)", explica la magistrada.

¿Cómo se organizó el trabajo para llevar adelante una causa tan grande?

Esto impactó en la tarea diaria de una manera muy significativa. Por mi parte, tuve que hacer una presentación ante el Tribunal Superior de Justicia a los fines de plantear cómo era viable llevar adelante este proceso con la estructura que teníamos en el Juzgado Civil y Comercial. Desde el inicio, tuvimos apoyo para la tramitación de la causa y se designó una oficina que está abocada solamente a estos dos procesos. Es la oficina concursal del Juzgado de Sexta integrada por un secretario, dos prosecretarios y cuatro empleados. Río Cuarto no cuenta con un tribunal con la especialidad en concursos y quiebras. Este equipo que se conformó día a día se va especializando. Yo soy docente desde hace 25 años en la Facultad de Ciencias Económicas y dicto la materia de concursos y quiebras, por lo que pudimos generar seminarios de capacitación para el equipo.

¿Qué encontraron a medida que el proceso avanzaba?

Nos encontramos con una empresa que tiene múltiples plantas, especialmente Molinos Cañuelas, distribuidas no solo en todo el territorio del país, sino también en el extranjero, con una actividad de una dimensión muy importante. Esto hace que el control de su administración a través de la declaración de concurso -con la intervención de la sindicatura, con un total de seis síndicos- sea compleja. Ellos son los funcionarios que designa la ley para hacer un control técnico de esta administración técnica-contable vigilada y aportar una mirada que el juez no puede tener de una manera completa. Hubo que distribbuir sus tareas para poder ayudar a la toma de decisiones y al cumplimiento de los plazos del juicio que nos habíamos fijado.

¿El Tribunal Superior sigue de cerca esta causa?

Algo para destacar es la ayuda que tuvimos desde las oficinas especializadas en gestión y todo lo que es el área de comunicación del Poder Judicial. Hemos tenido una permanente ayuda no solo a través de la información que se daba sobre los actos importantes del proceso, sino también cómo se comunica y cómo se lleva el control del trámite de la causa que se hace por medio de expediente electrónico. Esto es complejo y la oficina de gestión nos permitió la incorporación de datos en planillas que reflejan este trámite coordinado y ordenado, algo que hacemos permanentemente de acuerdo a la etapa en la que nos encontramos. Por ejemplo, luego de la sentencia verificatoria vamos a trasladar los datos que reflejan esa sentencia en cuanto al acreedor, la admisión de su crédito, el monto, la determinación de si es en pesos o en moneda extranjera, la pesificación. Todo ese traslado va a servir para el control del proceso.

Hubo un desarrollo conjunto con el área de informática que terminó con la creación de una página web exclusiva para esta causa. Es la primera vez que se hace de esta forma y permite un acceso simple para cualquier interesado, sea acreedor o público general. Allí carga información el tribunal, a diferencia de lo que ocurre con Vicentín, en el que la que carga la información es la sindicatura. Esto también nos permite saber cuántas personas consultan y si son del país o del extranjero, para medir si la transparencia tuvo un efecto positivo.

¿De cuánto es la deuda que denunciaron las empresas y cuál es la causa de este pasivo?

Es importante decir que el pasivo fue denunciado en pesos y en poco tiempo más vamos a tener discriminada la deuda en pesos y en moneda extranjera. Hay una interrelación entre las dos empresas, que se denuncia desde el principio. Hubo traspaso de activos y toda la relación hace que vayan adquiriendo deuda de la Compañía Argentina de Granos. Esto hace que Molinos Cañuelas se presente en carácter de empresa garantizada. Ellos trataron de llegar a un acuerdo preventivo extrajudicial. La deuda más importante es la financiera, el hecho de haber contraído deuda en dólares y no haber podido cerrar el acuerdo extrajudicial. Por eso, la deuda bancaria es de mucha trascendencia en este proceso, al igual que la fiscal. Para resaltar, debo decir que casi no hay deuda laboral y que los sueldos están al día. La empresa está funcionando, está activa y eso es para destacar.