Darío Rubén Gigena y Micaela Beatriz Espinoza fueron condenados a prisión perpetua por el homicidio de Luis Eduardo “Pancho” Díaz, quien fue asesinado el 10 de noviembre de 2021 en su casa de Río Grande al 600, en barrio San José de Calasanz.
Condenan a prisión perpetua a los acusados del homicidio de Luis Díaz
Micaela Espinoza y Darío Gigena fueron encontrados culpables por unanimidad por los integrantes de la Cámara Segunda del Crimen y los jurados populares. Kevin Chalon recibió una pena de seis años de cárcel como partícipe secundario
El juicio con jurados populares se realizó en la Cámara Segunda del Crimen de nuestra ciudad.
La pareja detenida a horas del hecho registrado en la vivienda del comerciante ubicada en Río Grande al 600 fue acusada del homicidio.
Por unanimidad, Espinoza y Gigena fueron condenados como coautores materiales y penalmente responsables de los delitos de homicidio calificado criminis causae y robo calificado por el empleo de armas, todo en concurso real.
El fallo coincidió con el pedido que habían realizado la fiscal María del Rosario Fernández López y el abogado de la familia Díaz, José Abrile.
El otro acusado en el resonante caso, Kevin Chalon Bendahan, recibió una pena de seis años de cárcel como partícipe secundario material y penalmente responsable del delito de robo calificado por uso de arma de fuego.
Los fundamentos del fallo unánime de los jurados populares y los jueces de la Cámara Segunda del Crimen se conocerán el próximo 2 de octubre.
Los jurados impusieron a los tres condenados por el tiempo que dure la pena la obligación de realizar tratamiento psicológico atento a la naturaleza de los delitos atribuidos, los que deberán ser proporcionados por el establecimiento penitenciario a su cargo, dando cuenta de su inicio y evolución al Juzgado de Ejecución Penal.
El hecho
Díaz fue encontrado sin vida en la mañana del 10 de noviembre en su habitación de la vivienda de Río Grande 627, frente a Opus Costanera y a dos cuadras de la Terminal de Ómnibus.
El comerciante fue atacado con un cuchillo y luego recibió un fuerte golpe en la cabeza con un hierro de algo más de un metro con una terminación en “T”.
Tras el crimen, los acusados sustrajeron varios elementos de la vivienda (alhajas, utensilios, perfumes, ropa, entre otros), dinero en efectivo que estaba en la caja del kiosco que funcionaba en el mismo inmueble, bebidas alcohólicas y mercadería varia del local.
Vecinos de Díaz alertaron a su hija que su padre no había abierto el local y se encontraba abierta una especie de ventiluz de la puerta de ingreso a la vivienda.
Los investigadores encontraron a Díaz sobre su cama con el rostro cubierto con una toalla y varios cortes en su cuerpo.