La Fundación destacó esta semana a los mejores representantes de las artes visuales argentinas durante la última década y la arquitectura y el diseño industrial tuvieron sus distinguidos. En Diseño Industrial fueron distinguidos Francisco Gómez Paz y Cristián Mohaded -ambos egresados de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC-, Alexandra Kehayoglou, BCK ID y Hernán Fretto. En la categoría Arquitectura, se reconoció la trayectoria de Nicolás Campodonico, Bares-Bares-Bares-Schnack, Estudio del Puerto - Sardin, MONOBLOCK y RDR Arquitectos (Richter - Dahl Rocha). En tanto, en el rubro Diseño del Espacio Público, fueron reconocidos Daniel Becker, CCFGM Arquitectos Asociados, Estudio a77 / Diéguez - Gilardi, Estudio Cabrera - Trlin y Martín Torrado.
“Un reconocimento en mi tierra”
Recién arribado a Italia y a horas de haber sido reconocido en Buenos Aires por la Fundación Konex en la categoría Diseño Industrial, el profesional salteño Francisco Gómez Paz mostró su satisfacción por la reciente distinción. “Fue fantástico. Fue una hermosa emoción inesperada y francamente no sabía que existía esta categoría de diseño industrial, debido a que yo trabajo afuera y no estaba tan interiorizado sobre el tema”, dijo Gómez Paz en diálogo con Puntal ADC.
“Entender la vida de un creador en su recorrido más que en un trabajo particular, es muy satisfactorio, y da una alegría enorme”. Francisco Gómez Paz, diseñador industrial.
Y agregó: “Conocía el Konex y la importancia del premio en otras categorías, pero no sabía que también alcanzaba a diseño industrial. La ceremonia fue realmente hermosa y viendo los premiados en la historia uno se da cuenta el peso que tiene, por lo que fue profundamente satisfactorio”.
El diseñador industrial consideró el diploma recibido como “un reconocimiento en mi tierra por los diez años últimos de mi trabajo, porque no es un premio por un proyecto particular sino por el recorrido, por la carrera, lo que lo hace más que importante”.
Y reflexionó: “Entender la vida de un creador en su recorrido más que en un trabajo particular, es muy satisfactorio, y da una alegría enorme”.
Javier Borghi