Río Cuarto fue el punto de la provincia de Córdoba con mayor milimetraje recibido por la lluvia que comenzó el lunes a la noche y se extendió hasta ayer al mediodía. En total, fueron 121 milímetros, según la estación meteorológica de la Bolsa de Cereales de Córdoba.
Sin embargo, en términos productivos el impacto sobre la campaña gruesa será muy limitado. En eso coincidieron tres ingenieros agrónomos consultados por este diario: José Marcelino, extitular del Inta Río Cuarto; Francisco Demarchi y Silvina Fiant, de la Bolsa de Cereales de Córdoba.
“La lluvia llega un poco tarde para los cultivos y muy tarde en particular para la soja. Quizás el cultivo que más pueda aprovechar esta lluvia sea el maní”, explicó Marcelino. Y agregó: “Las plantas hacen la definición de los componentes de rendimiento muy temprano. La soja está muy adelantada y por lo tanto la lluvia ya no tiene mucho para beneficiarla. En maíz, lo que sobrevivió y está en estado de formación medio de grano, puede tener una buena terminación. Los que definieron ya peso de grano tendrán poco impacto. En el maní es posible lograr una buena terminación con esta lluvia”, resumió el agrónomo.
Demarchi, por su parte, indicó que “la lluvia llegó tarde para la mayoría de los lotes con cultivos de verano. Sumemos que en zona núcleo y el resto de la franja central no llovió nada”, advirtió.
Y aclaró: “El agua por supuesto que no está de más. Pero los maíces de primera ya están definidos, secos. Todo lo que se sembró en noviembre y diciembre todavía está con alguna posibilidad de terminar el ciclo de una manera ordenada y sin arrebatarse. Hay maíz terminando de llenar grano y esta lluvia le permite terminar mejor”, indicó Demarchi.
El agrónomo, dirigente de la Rural, remarcó también que “los perfiles de suelo se recargan en el otoño. Cuando llueve y no hay ya cultivos en los lotes eso se almacena para el próximo período”. En esa línea, remarcó que “otra opción es el trigo. Si llueve en otoño, en mayo se siembra el trigo que le puede dar una oportunidad de ingresos para fin de año al productor que le va a venir muy bien después de una campaña muy difícil. Sumemos las pasturas, alfalfas y verdeos de invierno, estamos en un momento ideal de implantación, por lo cual para eso viene muy bien”.
Por último, Fiant coincidió en que si bien Río Cuarto fue la más beneficiada, “la lluvia fue muy útil para recargar el perfil de humedad de suelos, sobre todo para la siembra de trigo en mayo o junio”.
Pero remarcó: “Para los cultivos de verano, habrá un efecto dispar dado que gran parte de la soja y el maíz superaron momentos de definición de rendimiento y se encuentran en etapas finales. Sin embargo, podrían frenar el franco deterioro de los cultivos de verano por la sequía, olas de calor y helada”.
Gonzalo Dal Bianco. Redacción Puntal