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Los lácteos ya no son imprescindibles en la alimentación de los más jóvenes

Los cambios en los hábitos de consumo se concentran en sectores socioeconómicos más altos, de edades tempranas y especialmente entre mujeres. Un giro de un sector que obliga a todos los eslabones a revisar algunas estrategias

¿Cómo visualiza la sociedad a la producción lechera? ¿Qué percepción tienen los consumidores argentinos de los lácteos? ¿Cómo se posicionan hoy estos productos frente a otras alternativas emergentes en el mercado? Buscando dar respuesta a estos interrogantes, Ximena Díaz Alarcón, especialista en Investigación de Mercado y Tendencias, llevó adelante un estudio cualitativo bajo la metodología de ‘focus group’. Los resultados serán presentados en detalle el 14 de junio, durante el primer día del Congreso Lechero CREA “Ver, Sentir, Hacer”, que se llevará a cabo en Puerto Norte, Rosario.

A modo de anticipo, la cofundadora y CEO de Youniversal, consultora especializada en investigación y tendencias en América Latina, se refirió al trabajo y a los resultados esperados.

Tradicionalmente, los lácteos han estado vinculados con la “identidad nacional”: la vaca, la función materna, el campo. A nivel de consumo, explica Ximena, solían ser un básico indiscutido en el hogar de todos los argentinos. Pero en los últimos años han dejado de serlo y, de la mano de fuertes cuestionamientos, hoy encuentran competencia en bebidas vegetales o plant-based, derivadas del coco, la soja o las almendras, entre otros.

“Hay sectores, como los que pertenecen a los niveles socio-económicos más bajos, que no cambian sus hábitos de consumo porque no tienen ni el paladar ni el bolsillo para volcarse a otras alternativas; para ellos, la proteína láctea reemplaza a menudo a la de la carne, que es todavía más cara. Sin embargo, fuera de estos sectores vienen creciendo otras tendencias, especialmente de la mano de la gente joven, de nivel socio-económico más alto y fundamentalmente, de las mujeres. Y lamentablemente para la cadena láctea, todo esto está bastante ideologizado. Se habla de los ‘venenos blancos’ (la leche, el azúcar y las harinas), lo que tiene un notable impacto en la percepción de la gente”, asegura.

En definitiva, crecen en el mundo otros modos de consumo que tienen que ver con nuevas tendencias en la alimentación, como el veganismo o el vegetarianismo, lo que expone a la cadena láctea a un nuevo desafío. “Estamos atravesando un mundo del ‘nicho de uno’, ese que se adapta a cada persona en particular, a su estilo de vida, su ideología y sus preferencias. En la actualidad, el consumidor considera al bienestar desde una perspectiva más integral, que tiene que ver con el empowerment, con la decisión y la posibilidad de encontrar un producto que respete las condiciones que busca”, asevera Ximena.

“Los resultados van a ser útiles para el negocio individual de cada productor, pero también para anticipar desafíos y oportunidades que permitan fortalecer la imagen de todo el sector”, concluyó.