Muestras de profundo dolor se multiplicaron ayer entre los vecinos de General Levalle en momentos en los que recibió el último adiós el bebé de poco más de dos años que perdió la vida tras recibir un balazo por parte de su padre.
Una importante cantidad de vecinos acompañó el sepelio y se unió al dolor de la familia que fue destruida por el monstruoso crimen del menor, por el cual permanece detenido su padre biológico, de 49 años, oriundo de Vicuña Mackenna.
Investigación
Con el correr de las horas se conocieron algunos detalles de la investigación que llevan adelante bajo marcado hermetismo desde la Fiscalía de Instrucción de Laboulaye, a cargo de la doctora Georgina Osella.
Altas fuentes judiciales informaron a Puntal que la audiencia en el Juzgado de Paz para definir un régimen de visitas había sido solicitada con antelación a la denuncia por violencia de género que derivó en una orden de restricción de acercamiento.
Asimismo, pese a la perimetral, el edificio público terminó siendo el lugar de encuentro entre los progenitores y a partir de allí se desencadenó el aberrante hecho que sacudió a todo un país.
El ardid del filicida
Trascendió también cómo habría sido la maniobra por la cual el filicida logró el objetivo de retirarse del Juzgado de Paz con su hijo.
Según se describió, la mujer habría concurrido a la dependencia judicial en bicicleta trasladando en el rodado a su hijo y, finalizada la reunión, el hombre se habría ofrecido a regresar al menor en auto hasta la casa de la familia de su exmujer.
Transcurridos varios minutos sin el arribo a destino, comenzaba a desandarse el peor final.
El hombre, domiciliado en Vicuña Mackenna, permanece detenido imputado por el delito de homicidio calificado por el vínculo y por violencia de género transversal y era inminente su traslado a la cárcel de Bouwer, en Córdoba.