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Roberto Gárriz: "Este es un libro que va a salvar a la humanidad y nadie me lo va a agradecer"

El escritor y abogado argentina cuenta "Todo lo que hay que saber acerca de los zombis"

Como si supiera que muchos fantasearon alguna vez con la posibilidad de una amenaza zombi, Roberto Gárriz, escritor y abogado propone en Todo lo que hay que saber acerca de los zombis una suerte de manual con las claves fundamentales para enfrentar a los no vivos, y bajo una clave casi absurda reflexiona sobre la lógica social, económica y política de los vivos mediante un registro que oscila entre el humor y la extrañeza: “Tarde o temprano vamos a perder el mundo tal como lo conocemos. Por una invasión zombi o por nuestra propia torpeza, lo que llegue primero”, dice.

A simple vista, se podría suponer que el nuevo texto de Gárriz, editado por Anagrama-Del Zorzal, pertenece a infantiles. Pero no. Tampoco es una novela de zombis: no esperen terror ni personas vivas siendo devoradas. Bajo una clave lúdica, pero también con la seriedad que corresponde, este manual postula qué haríamos ante una invasión zombi, a quién llevaríamos a un búnker, cómo nos defenderíamos. Y dos renglones después (y sin escalas) arrastra al lector hacia la risa.

El autor propone también un repaso por la organización social y política de los países, los continentes que estarían más complicados, incluso, ¿cómo darse cuenta si la propia mascota en casa es, acaso, un zombi? ¿Es posible escapar de un zombi nadando? ¿Es mejor usar un arma o una lanza para matarlos? La atmósfera que recrea Gárriz, acompañada por las ilustraciones de Camille Vannier, hace que la lectura del manual sea una experiencia entre bizarra, humorística e intelectual.

Escritor y abogado especialista en neo-tanatología, Gárriz es autor de otras novelas que retuercen los límites entre realismo y fantasía para hacerlos confluir en un territorio donde campea la ambigüedad, la parodia y el sarcasmo: en esa línea se inscriben textos como "Gardel contra los zombis" y "Las tetas de Perón". Fue finalista del Premio Clarín Novela en 2006 y 2010 y finalista del Concurso de Cuentos de la revista Ñ en 2007. Es autor también de dos textos para infancias: el relato "El cumpleaños" y la novela "El caso de las liebres muertas".

En un café porteño de Avenida Corrientes, el escritor repite de manera personal el juego narrativo que despliega en el manual: es difícil identificar cuándo habla en serio y cuándo apela a la ironía. No se sabe con certeza si realmente cree que va a venir una invasión zombi en el corto plazo. Y en el fondo, tampoco importa tanto. La clave es estar dispuesto a entrar en el pacto de lectura que propone.

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-Hay una sensación de que el libro bordea el humor, un poco el temor, también la extrañeza. ¿Fue esa una búsqueda concreta?

-No, como autor la búsqueda es exclusivamente de divulgación. Es un libro de cuidado, un libro que debería ser imprescindible para estar atentos al momento en que se produzca la invasión zombi. No tiene otra intención que mantenernos alerta y preparados.

-Pero hay momentos de humor, de guiños, ironía... incluso la referencia a "qué haría un argentino", específicamente, frente a una invasión zombi.

-Los argentinos siempre le encontramos un sentido más a las cosas, por eso funciona tan bien el psicoanálisis. Tenemos la vocación de descubrirle el truco al mago, todo el tiempo, más que de dejarlo ilusionar. Si el libro funciona ante una invasión zombi ya estaría contento, pero si funciona también como otra cosa tampoco tengo objeción.

-En el texto se propone un juego en el que parece que estás hablando de los zombis pero también, en algún punto, estás hablando de los vivos. ¿Es así?

-En Bogotá, en la presentación del libro, una chica del público me hizo una pregunta-comentario que era como... ¿Cuando hablás sobre los zombis, en realidad estás hablando sobre otra cosa?. Si yo en ese momento le digo que sí, salimos de la lógica de lo que estamos armando. La chica tenía razón, y probablemente eso es lo que inquieta, lo que atrae o divierte. Entiendo que se pueda leer con algún fondo y está bien. Pero leerlo como un manifiesto de algo... y, no. Me divierto escribiendo, me divierte pensar que es un libro que puede salvar a la humanidad y nadie me lo va a agradecer. No tengo ganas de hacerme el interesante. Entiendo que vengan lectores y me digan que el zombi significa esto, o lo otro, que cada uno le dé un sentido. Pero decirlo yo, no, es un montón. No soy un usurpador de esos sentidos.

-¿Podés contar qué es la neo-tanatología, tu especialidad?

-Es una ciencia que se encarga del momento posterior a la muerte. De alguna forma es contigua a la tarea del forense o del funebrero, que investigan las causas de la muerte. A nosotros nos preocupa lo que pasa con el cuerpo una vez infectado, en esos primeros momentos. No es una ciencia fácil, pero sí nos interesan los fenómenos a partir de la infección. Los no infectados no nos traen mayores dificultades. Pero así como el fenómeno zombi se mantiene bastante en reserva, los neo-tanatólogos también. Salvo los que somos más divulgadores, como es mi caso. Hay muchísimas instituciones que se preocupan por el espíritu o el alma después de la muerte, y muy pocas que se preocupan por el cuerpo. Nosotros estamos en esa rama.

Tarde o temprano nosotros vamos a perder el mundo tal como lo tenemos, o por una invasión zombi o por nuestra propia torpeza, lo que llegue primero. Por eso me parece interesante ir pensando a quien te llevarías a un bunker, cuáles son las virtudes que esperás de alguien para que te acompañe. Quienes serán de mayor utilidad: la reivindicación de los oficios, de los que saben hacer cosas. Después vendrá la reconstrucción en base a los que podamos sobrevivir, y el manual puede ser de ayuda, también, en esa instancia Tarde o temprano nosotros vamos a perder el mundo tal como lo tenemos, o por una invasión zombi o por nuestra propia torpeza, lo que llegue primero. Por eso me parece interesante ir pensando a quien te llevarías a un bunker, cuáles son las virtudes que esperás de alguien para que te acompañe. Quienes serán de mayor utilidad: la reivindicación de los oficios, de los que saben hacer cosas. Después vendrá la reconstrucción en base a los que podamos sobrevivir, y el manual puede ser de ayuda, también, en esa instancia

-¿Cómo surgió la idea de escribir este libro y cómo fue el proceso?

-Yo escribí otra novela, de ficción, que se llama "Gardel contra los zombis", y en las presentaciones del libro me encontraba con que había una preocupación fundada y legítima de lectores por conocer más acerca de la posible amenaza zombi, por tener más datos. Entonces pensé que era necesario algo escrito en clave de manual. Este libro reúne eso, mucho de lo que me han consultado en presentaciones y de manera privada.

-¿Cómo ves el espíritu del libro hoy, en función de la pandemia y de la cantidad de situaciones que son similares? Evitar aglomeraciones, estar dentro de las casas…

-Los libros que terminan coincidiendo con lo que sucede en la realidad, creo que pasa por defecto de la realidad y no por virtud del libro. De alguna forma me decepciona por la realidad que se haya parecido al libro, y me llama la atención que haya coincidido.

-¿Te llama la atención?

-En determinado punto hay reacciones que son previsibles ante cualquier fenómeno. Nos iba a costar pensar que iba a haber algo que nos iba a decir que nos quedáramos en las casas, parecía como un principio medieval. Y vamos a tender a pensar que podría existir una solución menos drástica. Pero ante una serie determinada de eventos impredecibles, tenderíamos a adoptar las mismas soluciones, y entonces coincidirían. Ante una invasión zombi, extraterrestre, una pandemia... va a haber un principio en que todos tengamos la idea de que sería mejor huir, y habrá quienes piensen que mejor quedarse en las casas, esconderse.

-¿Qué opinión tenés de los consumos culturales de zombis que hay hoy en series, películas y libros?

-Para mí están bien. La serie "The Walking Dead#" está muy bien, instala el problema y ayuda a concientizar. En otros casos me parece que se banaliza un poco el tema de la invasión. "Army of the dead" (El ejército de los muertos), por ejemplo, es una película que dotaba a los zombis de determinadas características que no tienen. Cierta sensualidad, algo de desarrollo y velocidad en los movimientos que no tienen. Y eso me parece un poco forzado por el imperativo narrativo del cine actual. En "Invasión Z", por ejemplo, son más rápidos de lo que deberían. Los zombis son lentos, torpes, no desarrollan inteligencia. Igualmente está bien que el cine muestre esto, en otros momentos hablar de los muertos era como una falta de respeto, o amarillismo.

-¿Cuáles son las características que nos diferencian a los humanos de los zombis?

-Bueno, creo que el manual lo que trata es de ponerte en esa situación en la que podés estar confundida de si estás frente a un zombi o a una persona viva. Poder hacer esa diferenciación es lo que te puede salvar. Poder identificar. Esa identificación es lo que trato de puntualizar en el manual, para cuando nos toque estar frente a un zombi. Para no cometer un error fatal con una persona viva, o para no ser excesivamente confianzuda con un no muerto... que también sería un problema. (risas). Ojo, no es un tema tan lejano.

-No sos optimista, entonces…

-Tarde o temprano nosotros vamos a perder el mundo tal como lo tenemos, o por una invasión zombi o por nuestra propia torpeza, lo que llegue primero. Por eso me parece interesante ir pensando a quien te llevarías a un bunker, cuáles son las virtudes que esperás de alguien para que te acompañe. Quienes serán de mayor utilidad: la reivindicación de los oficios, de los que saben hacer cosas. Después vendrá la reconstrucción en base a los que podamos sobrevivir, y el manual puede ser de ayuda, también, en esa instancia.