“Las obras públicas no van a parar porque son parte del progreso”, dijo ayer el gobernador electo Martín Llaryora, durante la habilitación de un nuevo tramo de la autovía Punilla.
El acto oficial fue presidido por el gobernador Juan Schiaretti, quien criticó duro al kirchnerismo.
Lo habilitado es el trayecto de 5,1 kilómetros entre la variante Costa Azul y Bialet Massé que contempla el 80% de la citada obra.
El tramo cuenta con un nuevo puente de 480 metros de extensión, sobre el lago San Roque.
La inversión demandada fue de 33.000 millones de pesos, financiados con un crédito internacional otorgado por la Corporación Andina de Fomento (CAF) y con fondos provinciales.
“Me comprometo ante ustedes que a esta obra la vamos a terminar en los cuatro años de gestión”, prometió en la víspera Llaryora.
La autovía Punilla tendrá una extensión total de 21,8 kilómetros. Por allí transitarán 3,3 millones de vehículos por año.
En la oportunidad, también habló Schiaretti: “Hemos terminado 5,1 kilómetros. Pero en los que restan se está trabajando en cuatro frentes con diversas empresas constructoras. Esa es la realidad en la que estamos hoy”.
Y añadió: “Aquí nadie nos regaló nada, como en ninguna obra pública. La Nación no nos dio nada. Esto es fruto del sueño y la decisión de los cordobeses de mejorar el acceso y el tránsito por el Valle de Punilla”.
Estuvieron además el vicegobernador Manuel Calvo y el ministro de Obras Públicas, Ricardo Sosa.
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