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Luz artificial: cómplice y aliada del diseño arquitectónico

Un mismo espacio puede adquirir diversos matices en función de cómo se proyecte la incorporación de artefactos de iluminación. Los avances tecnológicos multiplican tales posibilidades

Pensar en el diseño de una obra de arquitectura implica desde sus inicios –entre otras cosas- conocer las características del terreno y el entorno en el que será proyectada. Junto con ello, también se deberán analizar las orientaciones del sol según los respectivos puntos cardinales y el grado de asoleamiento que tendrá cada fachada de la obra a lo largo de los 365 días del año, como primeros condicionantes.

Son los primeros análisis de la iluminación natural que, si bien se encuentra supeditada a cada punto geográfico en relación a la ubicación del terreno donde se proyecte, constituirá un factor exterior a atender según el propósito de nuestro proyecto.

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A partir de la iluminación se ponderan distintos sectores dentro de una misma habitación.

A partir de la iluminación se ponderan distintos sectores dentro de una misma habitación.

Pero sobre la iluminación artificial se pueden tomar mayores decisiones e incluso ser utilizada como recurso de diseño al punto tal de permitir que un mismo espacio adquiera diversos matices según el uso o la actividad que se planifique en su interior.

“La iluminación juega un rol central en la concepción de los espacios, ya sea la iluminación natural como la artificial. La ventaja de la iluminación artificial, es que podemos manejarla, moldearla y dirigirla de una manera mucho más sencilla y creativa”, señala el arquitecto Franco Bussi ante la consulta de Puntal ADC.

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“LA VENTAJA DE LA LUZ ARTIFICIAL ES QUE PODEMOS MANEJARLA Y DIRIGIRLA DE MANERA MUCHO MÁS SENCILLA Y CREATIVA”.

Para el profesional, la iluminación interior debe ser abordada desde varios puntos de vista en cuanto a lo funcional.

“En primer lugar, hay que pensar el estándar de confort lumínico necesario en función de la actividad que se va a realizar en el espacio que estamos diseñando. Cada actividad requiere diferentes estándares y no es lo mismo diseñar la iluminación para un espacio de trabajo, de descanso o de relajación, entre otros. ése es el carácter netamente funcional de la luz”, considera.

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Las luces artificiales cambian la fisonomía nocturna de la fachada.

Las luces artificiales cambian la fisonomía nocturna de la fachada.

Y añade: “Puede pasar que en un mismo espacio, sobre todo en ambientes grandes e integrados, existan varios requerimientos lumínicos diferentes, lo que además ayuda a generar diferentes áreas o espacios virtuales, en un mismo ambiente. Y por otro lado está el uso ornamental de la iluminación, a través del cual se pueden diseñar diferentes escenarios, destacando elementos, ocultando otros, armando sectores y evidenciando el ritmo estructural, entre otras cuestiones.

-¿Cómo la iluminación contribuye a jerarquizar un ambiente?

La aplicación de una iluminación inteligente es fundamental a la hora de reforzar las ideas compositivas del diseño, es como el acento justo en una frase. Debemos destacar que una fuente de luz debe ser considerada desde dos puntos fundamentales de vista: el efecto lumínico que ese artefacto produce y sus características, por ejemplo, si es de iluminación general, si es puntual, direccionado, bañador laminar, etcétera. Es decir, cómo va a impactar esa fuente en el espacio y sobre los objetos que contienen. Por otro lado, hay que considerar el impacto del artefacto como elemento decorativo. Éste puede ser colocado para resaltar alturas, marcar centralidades, dividir espacios y muchas otras alternativas. Muchas veces es considerado como un objeto fundamental dentro de la composición de la decoración.

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-¿Cómo se determina la temperatura de la luz a implementar?

La aparición de la tecnología Led nos ha ampliado mucho la posibilidad de jugar con el color de la luz. De todos modos es una característica que hay que manejar con muchísima sutileza para no desvirtuar el proyecto original. Con respecto a la temperatura de la luz blanca, no hay una mejor que la otra, sino que hay una más adecuada en función de lo que estamos iluminando. Las luces cálidas son más adecuadas para los ambientes residenciales, mientras que a luz fría es más utilizada en ámbitos comerciales, sobre todo cuando es fundamental la correcta percepción de los colores.

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-En su rol profesional, ¿qué uso hace de la iluminación en sus proyectos?

En el estudio la idea de cómo iluminar un espacio nace en el mismo momento que la idea general. En particular disfruto mucho de que un mismo ambiente puede adquirir diferentes configuraciones, climas, sectorizaciones y espacialidades en función de pensar escenografías lumínicas diferentes, que además van cambiando según las horas del día y las actividades que se realicen. Eso nos da la oportunidad de tener diferentes escenarios en nuestros espacios sin mover un solo mueble.

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Por Javier Borghi