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Muerte súbita: cómo anticiparse y cómo actuar ante ella

En la semana de concientización y prevención de la muerte súbita, el doctor Julián Olmedo explicó las características de estos eventos y los avisos que se deberían atender para prevenirlos.

"La muerte súbita no es que no avisa de ninguna forma, sí avisa", afirmó el médico cardiólogo Julián Olmedo al hablar sobre estos eventos que generan preocupación y sobre los que se profundiza la concientización en el transcurso de esta semana, con motivo de una iniciativa preventiva de la Fundación Cardiológica Argentina.

El especialista explicó en Puntal AM las medidas de prevención pero también la necesidad de contagiar los conocimientos básicos sobre reanimación cardiopulmonar (RCP) y la importancia de los desfibriladores externos automáticos (DEA).

Olmedo definió a la muerte súbita como "una muerte natural, brusca e inesperada en una persona presumiblemente sana, que se encontraba en buen estado de salud en al menos la hora previa al evento". El profesional señaló que a la hora de determinar las causas, en mayores de 35 años las principales son las enfermedades coronarias. En menores de 35 se identifican otras cardiopatías, "como la miocardiopatía hipertrófica, que es el agrandamiento exagerado anormal de las paredes del corazón que predisponen a la aparición de arritmias".

"La causa final de muerte es una arritmia grave, letal que se llama taquicardia ventricular o fibrilación ventricular, que es una aceleración exagerada del ventrículo o el temblor del ventrículo que genera pérdida de flujo en cerebro, nos hace desmayar y si persiste es letal si no actuamos rápidamente", advirtió.

Dr. Julián Olmedo: Semana de la lucha contra la muerte súbita

Cómo anticiparse

Tras afirmar que la muerte súbita genera avisos, Olmedo sostuvo que "nos anticipamos por ejemplo en caso de mayores de 35 años, sabiendo que la enfermedad coronaria es una de las causas, el dolor de pecho, una sensación de opresión precordial asociada al esfuerzo o al estrés emocional; las taquicardias rápidas, no la aceleración del susto ni cuando uno corre, sino de golpe una taquicardia muy rápida, sentir que el corazón late muy fuerte y se puede asociar o no a mareo; la pérdida del conocimiento que se llama síncope o en los desmayos; y la falta de aire".

Al repasar las señales de alerta, enumeró: falta de aire, palpitación, dolor de pecho y pérdida de conocimiento.

Por otra parte, remarcó los antecedentes familiares que puede tener un paciente con muerte súbita. En este sentido, indicó que hay que interrogar en la familia si hubo alguien que hay sufrido una muerte de ese tipo o por alguna enfermedad coronaria.

Cómo actuar

En caso de estar frente a un paciente que se desvanece, Olmedo subrayó que la importancia de "activar el primer eslabón de la cadena de la vida: llamar al servicio de emergencia".

Sobre este punto, describió que ante estas escenas es frecuente la aglomeración de personas en la que se pide llamar a una ambulancia y puede perderse tiempo si no se controla que efectivamente alguien esté haciendo el llamado en ese mismo instante.

Señaló que es clave que alguna persona, con formación mínima en reanimación, tome el mando y se ocupe de hacer llamar al servicio de emergencia.

Olmedo consignó que si se actúa dentro de los primeros 3 minutos desde que el paciente se descompensa, tiene un 90% de sobrevivir y en cada minuto que se pierde la posibilidad de vida disminuye un 10%.