La audiencia se realizó en los Tribunales II de Córdoba, con la presencia de jurados populares y familiares de las víctimas. Nievas refutó la acusación del Ministerio Público Fiscal, que pide prisión perpetua para la enfermera por cinco homicidios calificados y ocho tentativas de homicidio.
“Este juicio no es solo una búsqueda de justicia, también muestra cómo el poder puede elegir un chivo expiatorio para ocultar sus propios errores”, dijo el abogado ante el tribunal.
Una defensa contra el poder
Nievas fue tajante: Agüero habría sido elegida por el poder como la culpable ideal para tapar un escándalo institucional. “Cada tanto, el poder necesita una bruja para quemar. Brenda fue esa bruja”, afirmó.
Cuestionó que la figura de “asesina serial” construida por la fiscalía responde a una narrativa emocional sin sustento jurídico. “No hay testigos, cámaras, huellas, ADN ni confesión. Solo se intenta conmover al jurado para que no razone”, denunció.
El abogado criticó el uso de “indicios endebles” como base de la acusación explicando que “un indicio no se riega como una planta hasta que se convierte en prueba. Mal interpretados, los indicios llevan a errores judiciales”.
Cuestionamientos a la investigación
Nievas apuntó contra el fiscal Raúl Garzón y denunció la destrucción de pruebas clave, como la reforma del Centro Obstétrico donde ocurrieron los hechos. “Se destruyó la escena del crimen”, dijo. También señaló vaciamiento de sistemas de seguridad, alteración de registros y pérdida de información, pese a lo cual se avanzó contra una sola persona.
Sobre los archivos PDF con información sobre potasio encontrados en el celular de Agüero, dijo que eran archivos recibidos por WhatsApp, guardados en una carpeta automática, sin evidencia de que los hubiera leído.
“Desde el inicio se construyó una culpabilidad arbitraria. La instrucción fue direccionada y emocionalmente manipuladora. Se lleva al jurado a una emboscada”, sostuvo.
“Una coincidencia conveniente”
Nievas también denunció que el mismo día en que la médica Silvina Cagliero señaló a Agüero, el gobernador Schiaretti se reunió con madres afectadas, y ese mismo día fue detenida. “¿Cómo se explica una detención sin pruebas concretas y basada solo en un testimonio? Estaba todo definido de antemano”, acusó.
A su vez, Nievas afirmó que el hospital carecía de controles adecuados diciendo “el ingreso al Centro Obstétrico no estaba restringido. Los registros de huellas son del ingreso general, no del sector crítico”. Añadió que los uniformes eran indistinguibles y no permitían identificar con certeza a médicos o enfermeros.
Sobre el informe de perfil criminal usado para sostener que Agüero tenía una personalidad psicopática, lo descalificó con ironía: “Faltaba que dijeran que vive en las Sierras Chicas y le gusta la luna llena”, ironizó.
Lo que viene
Este viernes, el abogado Juan Manuel Riveros continuará con la defensa técnica, con el análisis de cada uno de los 13 casos imputados. Buscará desmontar los elementos que la Fiscalía y las querellas presentaron como pruebas.
La estrategia de la defensa apunta a instalar la idea de que no solo Agüero no fue culpable, sino que fue víctima de un intento de encubrimiento estatal.
El juicio del Neonatal se convirtió en uno de los procesos judiciales más importantes de la historia reciente argentina, por la gravedad de los hechos y las implicancias éticas, políticas e institucionales.
Las querellas ya solicitaron prisión perpetua para Agüero y penas de entre 3 y 6 años para exfuncionarios como Liliana Asís, Diego Cardozo, Pablo Carvajal, Alicia Ariza y María Alejandra Luján, acusados de encubrimiento, omisión de deberes y abandono institucional. La defensa, por su parte, busca convencer al jurado de que Brenda Agüero es otra víctima del sistema.
