Lunes 16.- “Algunos miserables dijeron que le eché la culpa a mi compañera”.- Aquel “lo lamento” de la semana pasada, referido a la lamentable invitación de su querida Fabiola a sus amiguites al brindis de cuatro horitas en Olivos, debería haber sido más que suficiente para cerrar el tema, pero bueno, los miserables no lo dejan. Nos imaginamos que Alberto no se habrá referido al compañero que le escribió la carta titulada “Yo no fui, fue ella”, donde señala que “si entregamos a nuestra compañera a la primera de cambio, es difícil que nos crean capaces de defender los altos intereses de la Patria”. A ese, en realidad, seguro, le ha de estar agradecido por la oportunidad de ratificar que la calidad de un estadista reside en convertir sus errores en arietes para destrozar al enemigo por no pedir perdón por las cosas horribles que cometió, mucho peores que esa foto por la cual él salió a disculparse en “apenas 24 horas”. Y que nadie venga a decirle que más bien fueron 389 días y 24 horas, desde el momento en que la foto se tomó, porque los pecados no son pecados mientras nadie se entere de que se cometieron. En cualquier caso, se entiende que Sergio Berni, un tipo que a su compañera le da todos los gustos -un puesto en una lista de candidatos, ponele- se solidarice con Fabiola, pero la misma fiestita demuestra en realidad que Alberto también es de esos caballeros que a sus damas no les niegan nada. Nos imaginamos cómo se pondrá ahora que debe atenderle los antojitos, y esperamos ansiosos que trasciendan las fotos del baby shower, seguramente con distanciamiento, para que nadie diga que por estar en campaña Alberto está descuidando sus obligaciones como futuro padre.
Martes 17.- “Poné orden donde tengas que poner orden, no te pongas nervioso, no te enojes y metele para adelante”.- Por si la carta de Berni hubiera dejado alguna duda, a partir de esa caprichosa idea de que un fiel soldado de Cristina nunca habría expresado públicamente algo con lo que Cristina no estuviera de acuerdo, el esperado pronunciamiento de la lideresa sobre la famosa foto estuvo en línea con la manera virtuosa en que ha venido desempeñando su rol institucional en esta etapa. Esto es, un firme espaldarazo, sin reparos ni medias tintas, porque qué mejor respaldo puede desear un presidente con su autoridad cascoteada que una vicepresidenta dándole instrucciones en público sobre cómo debe comportarse de ahora en adelante. Lo de que hay cosas desordenadas remite a lo de funcionarios que no funcionan, es el mismo tipo de aporte generoso y solidario a la gobernabilidad y al fortalecimiento de la figura presidencial. Y los clásicos de siempre a la hora de señalar a los verdaderos culpables de todo lo que pasa:Macri, la deuda, la mesa judicial, y desde luego los medios que “magnifican los errores de los gobiernos populares para irritar, indignar”. Porque como solo alguien con la lucidez para el diagnóstico de Cristina puede advertir, la gente no se habría irritado, indignado, con la foto del cumpleaños de Fabiola, si los medios no le hubieran dicho que tenía que irritarse, indignarse. Lo que nos conduce a la mejor frase del discurso, la que cierra con implacable lógica la interpretación del escandalete y, si nos apuran, de los tiempos que corren: “El poder no se cuestiona a sí mismo, cuestiona al pueblo por sus errores”. Por ejemplo, por el error de cuestionar al poder.
Miércoles 18.- El Gobierno busca aumentar el financiamiento en pesos para restarle presión al dólar.- Y esto de que hay que poner orden no concierne solamente a poner en caja a Fabiola para que no organice brindis sin avisarle, ni a sus invitados para que no pongan las fotos y los videos en las redes. Se trata de recuperar el orgullo que nos genera nuestra moneda, en línea con la ratificación de la estrategia para fortalecer el peso que Alberto había realizado en la celebración del aniversario de su prócer de cabecera:¡Volver a poner a San Martín en los billetes! “No sé a quién se le pudo ocurrir sacar al general San Martín de los billetes y reemplazarlo por un animalito”, dijo en un alarde de generosidad ya que sabe muy bien, como sabemos todos, que fue ocurrencia de los vendepatrias macristas, que “en el mismo tiempo en que cambiaban a San Martín por una ballena” apostaban “a la suba y la baja del dólar, las acciones y los títulos”. Formidable alegato para demoler la conspiración neoliberal montada con el objetivo de que el pueblo se olvide de sus héroes, al que sólo le faltó una pizca de precisión informativa: la ballena no vino a reemplazar a nadie, sino que está en el billete de 200 que no existía antes, en tiempos de Cristina, cuando la plata no se depreciaba porque no había inflación;y a San Martín no lo desplazó un animalito sino un arbolito grabado en una monedita, porque estaba en el billetito de cinco que salió de circulación hace semanitas nomás, por disposición del gobierno de Alberto. Pero son errores menores que no vamos a andar magnificando. Lo importante es que con San Martín en la billetera la gente va a querer guardar los pesos por amor a la Patria y no comprar dólares para presionar la cotización o comida para presionar los precios de los artículos de primera necesidad.
Jueves 19.- Rosario Lufrano desmintió que la difusión del video de la fiesta de Olivos fuera por pedido del Presidente.- La encargada de la televisión pública debió salir a aclarar que de ninguna manera se prestó a una supuesta operación del Gobierno para desbaratar una supuesta operación de la oposición, luego de que trascendiera que tenían más registros del brindis de Fabiola pero pensaban difundirlos más cerca de la fecha de las elecciones, y enfatizó que se trató de “una decisión estrictamente periodística” porque se trataba de “un tema de actualidad”. En efecto, a quién se le puede ocurrir que la televisión pública, que es de todos los argentinos, va a cubrir o no una noticia según convenga o no al Gobierno. Los ejemplos al respecto son infinitos, pero, por mencionar uno de esta semana, aquí va:si no te enteraste por la televisión pública acerca del nombramiento en la Comisión de Cascos Blancos de un operario farmacéutico (nos imaginamos que es justo el perfil requerido para el puesto) que, por pura coincidencia, está de novio con la titular del Inadi, Victoria Donda, es porque no lo difundieron a raíz de una “decisión estrictamente periodística”, por entender que no se trataba de “un tema de actualidad”.
Viernes 20.- Desestiman una denuncia contra Fernández y los Moyano por el asado que compartieron durante la cuarentena.- Las valientes denuncias de Cristina contra el lawfare no caen en saco roto, y empieza a notarse que ya no funciona la tenebrosa mesa judicial macrista encargada de inventar causas contra los líderes populares. En otro tiempo, la ajetreada reunión de trabajo que mantuvieron en la quinta de Olivos, un mes después del brindis, Alberto y Fabiola con Hugo Moyano, la señora y uno de sus nenes habría dado lugar a un proceso penal por violar el aislamiento, y el argumento de que se trató de un acto de gestión habría sido desestimado por una nimiedad como que en tal caso ni las primeras damas respectivas ni el pichón de crack habrían tenido nada que hacer allí. Ahora, con gran sentido de la oportunidad, la Justicia demuestra que se ha vuelto impermeable a las presiones de los poderosos y falla como le conviene. El juez con la causa del cumpleaños de Fabiola ya tiene marcado el camino a seguir, y confiamos en que un tipo prudente, que se toma su tiempo, como Casanello, no habrá de confundir las señales.