El Consejo de Seguridad de la ONU comenzó hoy su primera reunión pública formal sobre ciberseguridad, una preocupación creciente como demuestra el reciente intercambio de opiniones sobre el tema entre el presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo ruso, Vladimir Putin.
"El riesgo es claro" y "la cooperación es esencial" para combatir la actividad maliciosa, subrayó la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield.
"Tenemos un marco, es el momento de aplicarlo", incitó, sin mencionar a Rusia, a la que los occidentales suelen acusar de piratería informática, según informó la agencia de noticias AFP.
En una cumbre celebrada dos semanas atrás en Ginebra, Biden fijó líneas rojas para Putin, cuyo país es acusado a menudo de estar detrás del pirateo informático, y definió 16 entidades "intocables", desde el sector energético hasta la distribución de agua.
Por su parte, el embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, alabó el papel proactivo de Rusia en la lucha contra la ciberdelincuencia y pidió la adopción de "nuevas normas" a través de "un proyecto de convención para 2023" que sea jurídicamente vinculante.
"Si las amenazas a la seguridad informática mundial nos igualan a todos, entonces debería discutirse no dentro de un círculo estrecho de estados tecnológicamente desarrollados, sino con todos los estados de la ONU", insistió el diplomático ruso.
Con su doble uso, civil y militar, el ciberespacio "no es un tema habitual que pueda incluirse en el ámbito del control de armas. No se puede firmar un tratado y luego simplemente verificarlo. Hay que tener un enfoque más innovador", dijo el mismo embajador europeo.
Sospechas contra Rusia
Occidente sospecha que Rusia, apoyada por China, quiere un tratado para frenar la libertad de expresión en Internet, y por tanto a la oposición.
En ese sentido, la Primera Ministra de Estonia, Kaja Kallas, que convocó la reunión del Consejo, declaró que "Estonia está convencida de que el derecho internacional vigente, incluida la Carta de las Naciones Unidas en su totalidad, el derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos, se aplican en el ciberespacio".
En nombre de Francia, el Ministro de Comercio Exterior, Franck Riester, propuso un "programa de acción" para aplicar las normas acordadas y enfatizó: "No queremos un salvaje oeste digital ni una compartimentación del ciberespacio".
Varios miembros del Consejo de Seguridad reconocieron los graves peligros de la ciberdelincuencia, incluidos los ataques de ransomware, un programa que cifra los sistemas informáticos y exige un rescate para desbloquearlos.
El Consejo ya había abordado el tema de la ciberdelincuencia de manera informal, por eso, al abrir el debate, Izumi Nakamitsu, Secretario General Adjunto de Desarme de la ONU, notificó que la organización había observado "un aumento espectacular del número de incidentes maliciosos en los últimos años", que van desde la desinformación hasta la interrupción de las redes informáticas.
Según Nakamitsu, estos incidentes "están contribuyendo a una disminución de la confianza entre los Estados".
Asimismo, informó que en enero 4.600 millones de personas en todo el mundo eran usuarios activos de Internet y que se prevé que para 2022 sean 28.500 millones los dispositivos conectados a la red, un aumento significativo respecto a los 18.000 millones de 2017.