Realizó su formación en la UNC y se especializó en el Instituto Modelo de Cardiología de Córdoba. Siempre supo que la estructura del corazón le apasionaba, y el desafío de enfrentarse a la principal causa de muerta a nivel mundial lo llevaron a completar su carrera para el ejercicio. Eduardo Conci, Jefe de Unidad Coronaria de esa institución y el Dr. José Luis Serra son referentes que describe como “monstruos de la cardiología”.
Durante la charla el legado de René Favaloro surge inevitablemente, “más allá del manejo del corazón, que para nosotros es el centro del cuerpo humano, Favaloro instaló una forma humana de relacionarnos con los pacientes y eso es lo que nos inculcan desde la formación, no solo tener que llevar adelante el abordaje técnico del paciente sino que también ponerse en el lugar del otro. Un desafío que tenemos que abordar diariamente en el consultorio”, destaca el Dr. Ortiz (MP: 26.614/5 - CE: 11.787).
¿Cuándo se recomienda realizar controles?
-La prevención es fundamental, hay pacientes jóvenes que tienen que comenzar a hacerse controles entre los 35 a 40 años para detectar factores de riesgo. Los controles los recomendamos cuando hablamos de cigarrillo, hipertensión arterial, diagnóstico precoz de diabetes, colesterol y triglicéridos elevados. Hoy también tenemos la pandemia de la obesidad que transitan los países desarrollados y que va de la mano de ser desencadenante de la enfermedad cardiovascular.
¿Cómo es el abordaje dentro del consultorio?
-Tratamos de ser estrictos en el diagnóstico precoz de esos factores de riesgo y en incentivar con adoptar medidas que muchas veces no son farmacológicas sino que son cambios en el estilo de vida de las personas. Llevar adelante conductas saludables y empezar a edades cortas de la vida puede llevar a evitar el desarrollo de una enfermedad en el largo plazo. El éxito total del consultorio seria evitar que el paciente se enferme, controlar y aconsejarlo de manera eficaz.
¿Cómo es el impacto de la pandemia en las patologías de la especialidad?
-A nivel mundial y en general hubo un aumento de la prevalencia cardiovascular y de la mortalidad por este tipo de enfermedades evitables. Hubo más infartos que no se atendieron a tiempo o más descompensaciones de pacientes hipertensos que dejaron de estar controlados y fueron internados por crisis hipertensas. Desde 2020, por lo prolongado de la cuarentena, en Argentina muchos pacientes dejaron de asistir a los controles por miedo al contagio y vimos la repercusión en los empeoramientos de algunos cuadros. Es una deuda que aún estamos pagando, nos alegra cuando los pacientes vuelven al consultorio para los esos controles demorados.
¿Qué están observando en pacientes poscovid?
-En ese sentido sí se ha generado conciencia en los controles cardiovasculares poscovid. Hay que decir que la afección primaria del virus SarsCov-2 es sobre el sistema respiratorio, sin embargo a nivel cardiovascular puede generar un proceso inflamatorio en el músculo cardíaco, o a nivel de la serosa que recubre el corazón, pueden ser cuadros leves, transitorios o pueden ser generadores de insuficiencias cardíaca, arritmias graves o la muerte. La posibilidad de una afección poscovid se incrementa a medida que la gravedad del paciente fue mayor, más afección respiratoria más es la probabilidad de que haya una inflamación cardiovascular. Por eso son importantes los estudios de control.
¿Qué lugar ocupa el corazón dentro de los trasplantes de órganos?
-En los últimos años el porcentaje de paciente que requieren trasplante ha ido disminuyendo por la mejoría de los tratamientos, y la precocidad con la que se busca realizar esos tratamientos, eso evita que el paciente evolucione de forma crónica hacia la insuficiencia cardíaca. Ahora bien, cuando el corazón ya tiene daño estructural que va siendo progresivo y no responde al tratamiento, entonces se plantea el trasplante.
-Lo cierto es que ha disminuido la necesidad de que el paciente lleguen al trasplante. Pero tampoco ha habido un aumento de la disponibilidad de órganos y lamentablemente muchos pacientes fallecen antes de recibirlos, no hubo un crecimiento masivo de la donación de órganos, ni del corazón ni de otros órganos o tejidos. Al trasplante es a lo que tratamos de no llegar, un paciente que llega a trasplante por insuficiencia cardíaca es porque algo pasó 20 o 30 años atrás que no se pudo solucionar previamente, por eso hacemos hincapié en el tratamiento precoz y en la prevención.
Ahí vino a funcionar el avance y la innovación de los tratamientos…
-Exacto, durante los últimos 20 años, los avances han sido muy importantes sobre todo a nivel farmacológico. Ha habido un cambio de paradigma en el uso de ciertos medicamentos que han mejorado la sobrevida del paciente, en los 90 se morían y hoy pueden llevar una vida prácticamente normal.
¿Qué te planteas como desafío profesional?
-Disfruto muchísimo del consultorio, hice mucho de terapia intensiva y ahora me interesa dedicarle más tiempo a hablar con el paciente, a la prevención cardiovascular, hipertensión arterial en embarazadas es otro gran desafío importante. Particularmente me estoy dedicando más a lo que es imágenes, ecografía cardíaca y actualmente estoy en un posgrado en medicina vascular. Siempre tratando de balancear consultorio con capacitación y estudio de diagnóstico.
Por Fernanda Bireni