A la hora de pintar las paredes siempre nos planteamos el pintarlas todas con el mismo tono para crear un entorno armonioso y, sin embargo, la pintura nos ofrece muchas más posibilidades. Ya sea con tonos opuestos o similares, las paredes bicolores ofrecen una gran variedad de diseños dado que no hay reglas. Simplemente es cuestión de ver cuál se adapta mejor al espacio que querés intervenir.
En el diseño de paredes bicolor no existe el protocolo, lo cual permite que exista una gran variedad de diseños. Sin embargo, las formas más comunes son:
División horizontal
Esta tendencia es quizás la más popular, ya que consiste en dividir la pared de forma horizontal, es decir, superior e inferior. Lo más recomendable es utilizar un tono oscuro en la parte inferior y un tono claro en la superior. Así, lograrás un contraste con los muebles y no afectarás la iluminación. Podés hacer la división a la mitad del muro o ir jugando con la altura del “corte” para crear distintos efectos visuales.
Rayas verticales
Las rayas verticales son quizás las más clásicas. Es un recurso que aporta diversión, ya sea en colores intensos, claros o incluso blanco y negro para darle un toque chic al espacio. Para lograr este efecto, las rayas pueden tener o no el mismo grosor, siempre y cuando estas diferencias sean consistentes.
Efecto degradé
Esta tendencia puede resultar difícil de lograr, sin embargo, las paredes con efecto en degradé pueden considerarse como bicolor. La diferencia es que, en vez de tener un cambio abrupto de tono, este se ve más sutil.
Irregular
En este estilo, la creatividad es la clave para lograr un efecto espectacular. Podés utilizar rayas en diagonal, zigzag o cualquier figura que denote el contraste de la pared bicolor.
¿Qué tonos utilizar en las paredes bicolores?
Dado que no existen reglas para las paredes bicolores, se pueden utilizar los tonos que se desee. Sin embargo, es importante elegir dos colores que se complementen bien, para ello existen algunos tips para lograr un efecto visual agradable a la vista:
Blanco: combinar con blanco siempre es una apuesta segura. El dúo estrella es combinar el gris con el blanco. La combinación de estos dos colores es ideal para los más conservadores, es discreto y encaja prácticamente con todos los estilos decorativos.
Mismo color en distintas tonalidades: podemos recurrir a la deco monocromática. Si querés mantener la luminosidad del espacio, la parte inferior debe ser más fuerte y la superior, más clara.
Colores contrastantes: otra opción es utilizar colores contrastantes, como amarillo y gris, rosa y azul, verde y azul, rosa y violeta, marrón y beige, o rosa y gris.
Olvidate de pintar toda la casa de un solo tono. La mezcla atrevida de colores y texturas transforma espacios anodinos en ambientes con alma.
POR: ARQ. ANTONELA VARRONI - Mat. 1-11936