En el corazón de La Pampa, a unos 150 kilómetros al oeste de la ciudad de Santa Rosa, se encuentra el establecimiento ganadero “San Eduardo”.
En ese territorio, en el año 2019 se inauguró el hotel boutique “Terra Pampa Lodge”, diseñado sobre una gran duna con vista a un salitral donde abrevan y habitan varias especies de la fauna presente, como ciervos, búfalos y antílopes, entre otros.
La construcción en lo alto de la duna permitió gozar de una vista privilegiada que sintetiza la riqueza natural del entorno, en un campo que además alberga paisajes de montes pampeanos, lagunas, dunas y grandes planicies con pastizales generando un contraste entre ellos muy interesante.
Pero para complementar una obra de estas características fue necesario primero pensar el entorno vegetal inmediato que la completaría y el diseño de los jardines fue clave para lograr la sinergia con la edificación.
La ingeniera agrónoma Ana Lund Petersen y la paisajista Olivia Donnelly fueron las encargadas de proyectar los jardines que hoy se mantienen en total diálogo con la obra y con el medio ambiente que la contiene.
En diálogo con Puntal ADC, las especialistas explican que uno de los objetivos planteados fue preservar los añosos caldenes presentes en el lugar que venían sufriendo el desgaste de la obra, como así también contener el médano que con el accionar del viento cambiaba su fisonomía constantemente.
“Desde el diseño, quisimos darle preponderancia al paisaje nativo, por esta razón, entre otras, se planteó trabajar con especies originales de la zona y materiales naturales”, resaltaron.
-¿Qué propuesta desarrollaron?
- La propuesta consistió en un diseño que hiciera parecer que el hotel siempre estuvo ahí, integrándose al paisaje natural. Para ello fue necesario observar y aprender del ambiente, para poder replicarlo sobre el médano y alrededores. Incorporamos las curvas del médano al diseño y la linealidad del paisaje en donde el horizonte cobra un valor muy importante. Estas características se presentaron en las formas de los canteros y contenciones y en la vegetación utilizada.
-¿Qué potencial adquieren las especies nativas en este tipo de intervención?
- El uso de especies nativas refuerza el concepto de paisaje natural implantado, integrando el proyecto al ambiente. Estas especies son aptas para las condiciones climáticas del lugar, heladas, lluvias escasas y fuertes vientos, lo cual garantiza su desarrollo sin necesidad de riego y de otros cuidados. Todo esto fue clave por la ubicación y dimensión del área intervenida.
Además, son fundamentales para atraer y preservar la fauna del lugar brindándoles alimento y albergue. También fue muy importante el uso de nativas por el tipo de suelo en el que se hizo la plantación, ya que el hotel fue construido sobre un médano y no se realizaron enmiendas. Para que funcionara la vegetación debía estar bien adaptada a esas condiciones, tanto climáticas como de suelos.
La mano de obra, clave
La ejecución del proyecto estuvo a cargo de los mismos dueños del emprendimiento que siguieron fielmente el diseño siguiendo las recomendaciones de ambas especialistas. “Realizaron un trabajo impecable, con mucha dedicación y perseverancia, que mostró sus resultados en tan sólo un año de plantado”, señaló Olivia Donnelly.
Bajo su dirección, la mano de obra empleada pudo hacer frente a las dificultades que surgieron sobre la marcha, logrando adaptarse para seguir adelante con el diseño planteado.
“Fue muy importante el compromiso de todas las partes que se ocuparon de la ejecución del jardín, ya que el inconveniente más grande que se presenta en este tipo de proyectos es la falta de plantas nativas en los viveros comerciales. Eso puede llevar en muchos casos a que el diseño pensado con especies locales termine modificándose para incorporar plantas que sí se consiguen en los viveros”, comentó la ingeniera Lund Petersen, para agregar: “En el caso de este cliente, el convencimiento en el proyecto y la dedicación con la que asumieron la tarea permitieron que la idea original se llevara a cabo fielmente”.
Los resultados inmediatos obtenidos con la plantación ya están a la vista y se puede observar que toda la superficie se cubrió muy bien con especies herbáceas y subarbustivas que se desarrollaron a un muy buen ritmo de crecimiento, generando el primer gran impacto visual.
“Un poco más demoradas vienen las plantas más leñosas, que, como es de esperar, tienen un crecimiento más lento. Cuando trabajamos con seres vivos debemos adaptarnos a sus condiciones de vida, por eso fue importante plantear una buena cobertura de herbáceas, a la espera del crecimiento de las plantas de mayor envergadura. A medida que crezcan, el paisaje se irá transformando lentamente, dando lugar a estas plantas”, cuenta Ana.
A lo que Olivia añade: “Estando ahí se observa y percibe el ecosistema logrado con las plantas siguiendo su desarrollo natural y una pequeña intervención de raleo y mantenimiento para controlar las poblaciones de las plantas y mantener el equilibrio. En unos cuantos años podremos disfrutar también de los árboles plantados que le darán escala a la construcción y terminarán por anclar el hotel al paisaje, tal como se pensó”.
Por Javier Borghi
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