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De Raedemaeker: "No ser obsecuentes no nos transforma en opositores al Gobierno"

El dirigente de Oliva dice que esperaban más de la gestión de Milei para el agro. Aclara que respaldan el rumbo general de la economía, y admite que hay cierto temor a las críticas.

El dirigente agropecuario de Oliva, expresidente de Cartez y exvicepresidente de CRA, Gabriel De Raedemaeker, admitió que a un año de la gestión de Javier Milei el agro esperaba más medidas en beneficio del campo, reconoció que hay cierto temor a criticar la política oficial y remarcó que el sector acompaña el rumbo general del Gobierno, pero pidió hacerlo con espíritu crítico, para garantizar que “le vaya bien”.

De Raedemaeker destacó que hace un año “había una sensación de esperanza muy fuerte, que después fue, frente a la realidad de los acontecimientos, de las decisiones que va tomando el Gobierno de Milei, migrando casi a resignación”, indicó.

Y rápidamente destacó:“Hoy los productores reconocen la valentía del presidente en la toma de decisiones de muchos aspectos que ha tenido que definir, pero hay un reclamo muy fuerte porque hay un contexto general que le pega muy de frente al campo argentino, un contexto internacional y climático, que genera urgencias que a lo mejor no se condicen con la realidad de lo que está dispuesto a hacer el presidente Milei. Pero el tema de la falta de rentabilidad que hoy muestra cualquier resultado económico de cualquier planteo técnico, tanto en campo alquilado como en campo propio, es acuciante. Y eso tiene mucho que ver con la vigencia plena de los derechos de exportación, que le están pegando muy de frente a la posibilidad de inversión y que termina siendo, como tantas veces lo hemos dicho, un tiro en el pie para cualquier gobierno porque limita la posibilidad de inversión y con eso le pone un techo muy bajo a la producción”, detalló el productor.

Sobre esa ida, profundizó: “Da la impresión de que la tentación de captar fondos del campo argentino es tan grande y tan fácil, que todos los gobiernos, independientemente de sus discursos, de sus promesas y de sus colores políticos, terminan recurriendo a la misma receta”, disparó.

¿Esperaban otra realidad a esta altura, incluso con un tipo de cambio más alto?

En eso hay muchos sectores que están reclamando abiertamente una devaluación. Nosotros no. Nosotros estamos pidiendo que nos permitan acceder al tipo de cambio que acceden otros sectores económicos, que es el tipo de cambio oficial pleno. Nosotros, sobre el tipo de cambio actual, tenemos en el caso de la soja, un recorte adicional del 33%. Es muy fuerte y más allá de que se ha reducido enormemente la brecha cambiaria, todavía tenemos una brecha en el orden del 10%, que en términos de competitividad y del escenario actual de la economía, que te quiten un 10% de rentabilidad o de competitividad, es enorme y termina siendo muchas veces definitorio en cualquier planteo de negocios. Entonces, no hay que minimizar tampoco todavía la existencia de la brecha cambiaria. Es un paquete que nos está jugando muy en contra y hoy es cuando deberían aparecer horizontes mucho más claros que nos permitan tomar decisiones económicas que están limitadas por la falta de rentabilidad. La verdad es que sigue siendo una situación que nos pega directamente en la línea de flotación y que hace que apostemos a planteos productivos mucho más conservadores, sobre todo teniendo en cuenta la situación climática también, y que nos alejan de la posibilidad de apostar a techos productivos, que es en definitiva lo que el Gobierno y el país están necesitando.

Las entidades hablan de eliminar retenciones, ¿pero puertas adentro piensan en un sistema escalonado de quita?

Las retenciones ya tienen más de 20 años de vigencia y claramente no han servido para cumplir ninguno de los objetivos por el cual se implementaron. ¿Cuánto tiempo más necesitan?

O sea que tiene que ser eliminación inmediata...

Necesitamos una eliminación inmediata, después tendrá que ser el Ejecutivo el que arbitre los medios para conseguir financiamiento y fondos fiscales que, por otro lado, al desaparecer los derechos de exportación inmediatamente, el 80% de lo que dejan de recaudar por esa vía, se recauda con otros impuestos. Entonces el sacrificio económico, entre comillas, que debería hacer el Gobierno es prácticamente despreciable y generaría la posibilidad de un pago de impuestos muchísimo más justo, muchísimo más sustentable a través del impuesto a las ganancias, por ejemplo. Muchísimo más legítimo y no limitante de la producción.

¿Por qué cuesta tanto escuchar a la dirigencia del agro plantear estas cosas hoy a nivel nacional? Por ahí se escucha más desde Córdoba, ¿no?

Sí, es cierto. Quizás porque hay temor a criticar a un gobierno con el que todos coincidimos en el planteo general, en la dirección general de las medidas que toma y porque existe el temor, explotado por el Gobierno también, sobre el riesgo de que puedan volver los kirchneristas si este gobierno fracasa. Pero yo creo que hay que evitar la obsecuencia. El no ser obsecuente no necesariamente nos transforma en opositores; por el contrario, nos convierte en acompañantes críticos y con rigor y tratando de ayudar a que a este Gobierno le vaya bien.

Suena contradictorio que las críticas que se hacían sobre un tema ahora no sean tales...

Exactamente, aquello que hemos criticado durante tantos años a un gobierno kirchnerista, tenemos la obligación de seguir criticándolo porque los efectos nocivos siguen siendo exactamente iguales. Así como lo hicimos durante el gobierno de Macri, cuando también hubo un aspecto más contemplativo en las críticas. Pero no es un error que haya que volver a cometer y yo veo que se comete.