Lo cierto es que el ingeniero zootecnista se anticipó a las últimas medidas económicas del Gobierno que significaron la salida del cepo y, ante los rumores de modificaciones en el tipo de cambio, proyectó escenarios sobre qué ocurriría si el valor del dólar escalaba un 10%, un 20% y hasta un 30%. Eso es lo que ahora puede ocurrir con la cotización del billete norteamericano, que ayer cerró en $1.190 pero que puede deslizarse entre la banda de los $1.000 y $1.400 que fijó el Gobierno.
En el trabajo de Uccelli se advierte que “el efecto de la suba de la cotización del dólar será casi directo en los valores del maíz, la soja y todos los productos relacionados con la importación, como los núcleos o medicamentos veterinarios. Pero no todo subirá de forma similar y algunos ítems dentro del costo seguirán igual”, explica el experto.
Sin embargo, en los últimos 7 días se produjo algo inesperado porque el precio de los granos fue a la baja y eso generó que entre la semana 16 y la 17 de este año se produjera una mejora en el margen bruto de la actividad por la caída de los granos. De hecho, los analistas recuerdan que el viernes 11 de abril, previo a los anuncios del ministro de Economía, Luis Caputo, y del presidente Javier Milei, la tonelada de soja en Rosario cotizaba a 330 mil pesos y ayer operó a 308 mil pesos.
Del otro lado de la ecuación, los agricultores son los que encienden las alarmas porque sus números empiezan a desmejorarse a medida que el dólar está más cerca del piso que de la banda superior y los valores de pizarra de los granos se desinflan. Eso se podría agravar si finalmente las retenciones vuelven a los valores anteriores luego del 30 de junio.
Por el contrario, las cadenas cárnicas siguen de cerca esa misma ecuación pero con una mirada diferente porque los granos son parte de sus costos y por lo tanto allí las bajas son buenas noticias.
En el juego de esas ecuaciones, Uccelli destaca que si bien una devaluación, respecto al 11 de abril, del 30% dejaría un margen bruto mucho menor, la cadena lograría mejorar su precio internacional y ganaría competitividad: “Se obtendría un precio de venta del capón altamente competitivo y por debajo del valor actual de Brasil de US$ 1.30 vivo”, explicó.