El chico de 14 años fue demorado el fin de semana último, luego de reventar una vidriera y robar varias prendas de vestir de un local ubicado en calle General Paz al mil, en pleno centro de la ciudad.
En los primeros días del año había sido aprehendido al menos tres veces en una semana por robos en comercios y colegios.
El dato alarmante es que a los 9 años había tenido su primer ingreso a la policía, con la intervención judicial de menores y la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf).
En la madrugada del lunes fue atrapado por la policía, luego de romper la vidriera de un local de calle General Paz al 900 y sustrajo varios buzos.
Eliana, la propietaria del negocio, dijo que el mismo adolescente había ingresado en la noche del jueves cuando sustrajo ropa y dinero en efectivo que había dejado en la caja.
La comerciante precisó que el mismo sujeto intentó romper la vidriera en otros locales de la cuadra esa misma noche.
“Después de las 20 nos sentimos inseguros en la cuadra. Falta iluminación, parece que acá es tierra de nada”, indicó la mujer.
Fuentes policiales indicaron que el niño de 14 años registra 37 ingresos, mientras que el adolescente de 15 fue demorado 33 veces por personal policial, con la intervención de la sección Juveniles.
En todos los casos, la Justicia los devuelve a sus padres, que por diferentes motivos no lo pueden retener en sus domicilios. Es así que salen a la calle en horario nocturno y siguen cometiendo diferentes ilícitos.
En ambos casos, las familias cuentan con diferentes problemas de violencia y adicciones, indicaron desde tribunales.
El raid delictivo que acumulan es impresionantes pasando por hechos de robos en locales comerciales, viviendas, colegios y pertenencias de autos estacionados en la vía pública.
Esta realidad muestra la falencia de un sistema que no puede contender a los menores reincidentes por hechos de inseguridad.