Después de casi tres horas de reunión, los jefes sindicales se fueron de la Casa Rosada dispuestos a participar de una mesa de diálogo permanente con el Gobierno y a apoyar cambios acotados en la legislación laboral, pero reclamaron a cambio al Ejecutivo que acelere la homologación de acuerdos paritarios que no aprobó, como el caso de Camioneros.
Para el Gobierno representa un reseteo en su vínculo con los gremios que se paralizó tras el mega DNU, cuyo capítulo laboral fue frenado por la Justicia tras el amparo presentado por la CGT.
Francos, que por la mañana recibió a los jefes de los bloques "dialoguistas" en el Senado, no estuvo solo en la cumbre con sindicalistas en el Salón de los Escudos: lo acompañaron sorpresivamente el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, el secretario de Interior, Lisandro Catalán, y el flamante secretario de Trabajo, Julio Cordero. El ministro del Interior fue el primero en irse en el medio de la crisis política que golpea al bloque del oficialismo en Diputados, aunque en su entorno aclararon que tenía otro compromiso.
Embed - Móvil con Ricardo Tosto: El gobierno recibió a la CGT para discutir la reforma laboral
Prueba del viraje en el vínculo entre gremios y el Gobierno fue la presencia del principal asesor del Presidente, Santiago Caputo. "No hay una decisión de tener un enfrentamiento ideológico ni intención demonizar a los sindicatos", dijo Caputo durante la reunión.
Entre los popes sindicales que acudieron la Rosada se contaron Héctor Daer, Carlos Acuña, Gerardo Martínez (Uocra), Andrés Rodríguez (UPCN), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Cristian Jerónimo (vidrio), Jorge Sola (seguros) y Hugo Moyano (Camioneros).
Reunión “cordial”
"Fue una reunión cordial. Fue la primera que tuvimos desde que se formó el Gobierno. Nosotros vamos a apoyar todo lo que sea razonable", dijo uno de los participantes del encuentro.
Los gremialistas prefieren hablar de modernización laboral en lugar de una reforma y sostienen que están dispuestos a apoyar cambios en materia de indemnizaciones (fondo de cese laborales), régimen de multas por despidos, y en la ampliación del período de prueba. El Gobierno ya descartó empujar un proyecto que limite la cuota sindical y se comprometió con el Ejecutivo a homologar las paritarias pendientes.
De hecho, Moyano, que reemplazó a su hijo Pablo en la reunión, se quedó en Balcarce 50 junto a Cordero y Daer, cuando la mayoría ya se había ido, para terminar de darle una solución al acuerdo paritario de su gremio.
La cúpula cegetista también reclamó a Posse, Francos y Caputo que todavía no mantuvieron una reunión con el superintendente de Servicios de Salud, Gabriel Oriolo, funcionario que llegó a su cargo de la mano del jefe de Gabinete. Mantiene sus reclamos por las deudas de obra social y para que el Estado se haga cargo de los tratamientos de discapacidad.
De la posibilidad de un nuevo paro, que el consejo directivo de la CGT discutirá hoy a solas, no se habló en la reunión, pero los jefes sindicales blanquearon que esa chance está atada a la suerte de que se apruebe el convenio de Camioneros. "Nos llamaron cuando hablamos de un paro, es obvio que les preocupa", analizó un líder gremial.
Los jefes de la central obrera no llevaron finalmente a Balcarce 50 el documento de 13 páginas “Agenda para un nuevo contrato social”, en la que 17 ejes para aumentar la productividad y el empleo, cambios en educación, política tributaria y coparticipación, entre otros.
El Gobierno no se hace cargo del todo del proyecto de ley de reforma laboral que adjudica a los radicales, quienes pretenden incluirlo en la discusión de la ley Bases que se dispone a debatir el Congreso. El Ejecutivo prometió enseñarles el articulado a los sindicalistas antes de avanzar en el Congreso.
Incidentes y diez detenidos durante una marcha de organizaciones sociales
Movimientos sociales volvieron a marchar ayer en las inmediaciones del Ministerio de Capital Humano, donde cortaron la calle y se enfrentaron a la Policía de la Ciudad, que desalojó la protesta, con un saldo de diez detenidos.
Las columnas del Polo Obrero, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (Utep) y el Movimiento La Dignidad, entre otras agrupaciones, se concentraron frente a la cartera conducida por Sandra Pettovello para repudiar las medidas impulsadas por el gobierno del presidente Javier Milei y para reclamar mayor asistencia para los sectores vulnerables frente a la grave crisis socioeconómica.
En ese marco, Utep señaló que el objetivo de la protesta fue reclamar "por la emergencia social en todo el país".
"Por los alimentos, por el trabajo y por el techo, seguimos luchando y visibilizando el programa de ajuste, saqueo y miseria que propone este Gobierno", subrayó el espacio referenciado en Juan Grabois.
Al producirse el corte de la avenida 9 de Julio, los efectivos policiales procedieron a hacer cumplir el protocolo antipiquetes y se produjeron incidentes, que incluyeron gas pimienta y el accionar de los carros hidrantes por parte de la Guardia de Infantería de la Policía de la Ciudad.
Tras el operativo, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, celebró el accionar de la Policía y destacó que "nadie en la ciudad está por encima de la ley".
"En un momento, sabiendo que era algo que no correspondía, quienes estaban manifestando toman la decisión unilateral de incumplir la ley. Para nosotros, nadie en la ciudad de Buenos Aires está por encima de la ley", enfatizó el mandatario porteño.
Felicitaciones de Wolff
En conferencia de prensa junto al ministro de Seguridad local, Waldo Wolff, Jorge Macri felicitó a la Policía y calificó el operativo, en el que fueron detenidas diez personas, de "histórico".
"El operativo fue excelente. La Policía de la Ciudad le puso el cuerpo a la decisión política que tenemos, fue para nosotros un orgullo", sostuvo, en el Centro de Monitoreo de Chacarita.
Durante el operativo fueron detenidos diez manifestantes y trasladados a la Comisaría 8ª.
El gobierno porteño ya realizó una denuncia penal y aportó a la Justicia imágenes del operativo para identificar a quienes provocaron desórdenes.