La jueza de Garantías 4 Natalia Lazarte Otero acusó a la mujer de 30 años por la muerte de sus dos hijos, de 2 y 7 años.
La mujer fue imputada de homicidio doblemente calificado por alevosía y el vínculo agravado por el uso de arma de fuego y en la audiencia se abstuvo de declarar.
“Me quiero ir con mis hijos y mi abuela”, habría dicho la mujer que ayer fue trasladada a Tribunales.
La misma frase se la dijo a sus compañeros policías cuando fue detenida el martes a la orilla del dique Cruz de Piedra a poco de asesinar a Bautista Funes y Sofía Ojeda Silva, sus hijos.
La fiscal de Instrucción 4, María del Valle Durán, desarrolló durante la audiencia su teoría del caso y le mencionó los delitos que suponen cometió.
“Todo sucedió en la vivienda 36, en la manzana 7 del barrio Los Fresnos, en la ciudad de Juana Koslay. Los pequeños estaban durmiendo en una cama matrimonial, en una habitación al fondo de un pasillo”, reconstruyeron las fiscales de Instrucción, María del Valle Durán y Antonella Romagnoli.
Agregaron que Silva había colocado en el pasillo una garrafa y la dejó abierta y esa pérdida de gas habría provocado la somnolencia de los niños. Fue entonces cuando con su arma reglamentaria hizo un primer disparo en el colchón, a la altura de los pies. El objetivo era “probar el funcionamiento”.
Encima de ellos, puso una almohada y un colchón. Y disparó dos veces a cada uno. “Las heridas dieron muerte inmediata”, sostuvo Romagnoli en la audiencia de formulación de cargos.
Carta
Silva escribió una carta de puño y letra: “Ni Jonathan (por el padre de Bautista), ni mamá me hicieron embargar el sueldo. Yo sola me llené de deudas y no supe manejarlo. Quise (que) no les falte nada a los niños. Perdón, perdón, ya no pude más. No es culpa de nadie. Pero necesito paz. Pa y ma, los amo, hermanos, gracias por todo y Jonathan perdón también, te amo. Perdón por no poder seguir más”.
La mujer firmó con su nombre y seguido a eso, dejó otro mensaje: “No quiero (que) mis hijos sean una carga para nadie. Los amo tanto, Bauti y Sofía, que necesito estemos juntos”. El texto estaba sobre la mesa del comedor.
Según la reconstrucción que hicieron, la policía dejó dos carteles. Uno a la salida del patio con la leyenda “no entres” y otro en la puerta donde escribió “llamá a la Policía, no entres”.
“No quiero (que) mis hijos sean una carga para nadie. Los amo tanto, Bauti y Sofía, que necesito que estemos juntos”, decía la carta que dejó la mujer policía.
A sus compañeros de la comisaría 34 les pidió que enviaran un móvil a su vivienda y les indicó que la puerta estaba abierta. Cuando arribó un efectivo del Comando Radioeléctrico, ya estaba en el lugar una hermana de la mujer. La joven había visto los carteles, pero decidió ingresar. Fue cuando sintió un fuerte olor a gas. Se topó con la garrafa, la cerró y la sacó del inmueble.
Sin embargo, no quiso recorrer las instalaciones y le pidió a la policía que lo hiciera. Él se encontró con el trágico escenario. Llamó a personal del Sempro, quien constató que los pequeños estaban sin vida.
Romagnoli aclaró que si bien aún no reciben el informe completo, la autopsia determinó que Sofía falleció producto de una lesión cerebro cardiopulmonar por pasaje de proyectil de arma de fuego, mientras que Bautista a raíz de una lesión cerebro pulmonar por el mismo motivo.
Dolor
En tanto, La Toma se encuentra sumida en un profundo dolor tras la trágica muerte de Sofía y Bautista, que fueron velados hasta ayer al mediodía, cuando se inició el multitudinario cortejo fúnebre hasta el cementerio local.