Opinión | Río Cuarto |

450 kilómetros que desnudan todo lo que no habrá este año

El recorrido entre Río Cuarto y Villa Constitución, en Santa Fe, una columna productiva central para el país, muestra las consecuencias de La Niña y la envergadura de las dificultades económicas por venir

Más allá de los pronósticos que muestran la retirada de La Niña y el comienzo de un ciclo neutro para pasar luego a un Niño, los efectos de la sequía y las altas temperaturas que dominaron los últimos meses trascenderán largamente aquellas proyecciones. Hay un panorama desolador en gran parte de la principal área productiva nacional, con daños irreversibles que incluyen pérdidas totales de cultivos o mermas significativas en los rindes. Ambos casos aportarán a un recorte de la producción nacional que podría ser bastante mayor a las últimas estimaciones de las bolsas que planteaban un escenario dramático.

Ya a fines del año pasado los primeros cálculos señalaban una posibilidad de recorte de 11 mil millones de dólares con respecto a la campaña anterior. Con el avance de las semanas, esa cifra trepó a 15 mil millones y con posibilidad de alcanzar los 18 mil millones si las condiciones climáticas no mejoraban. El tiempo corrió y aunque las lluvias aparecieron con algo más de frecuencia estuvieron lejos de revertir el déficit y a eso se sumaron más olas de calor -como la que estamos transitando en estos días- y una helada temprana el 18 de febrero que golpeó en las zonas que tenían una leve ventaja comparativa en materia de humedad frente a la Pampa Húmeda. Se alinearon todos los planetas para que las estimaciones sigan ajustando volúmenes de cosecha a la baja y por ende menos ingresos de dólares a una economía que los necesita de manera desesperada.

Los últimos cálculos admiten que podrían ser 20 mil millones de dólares los que falten con respecto a la campaña 21/22; casi la mitad del préstamo original del FMI a la gestión de Mauricio Macri en un solo año. Fue una estimación de CREA en base a un relevamiento realizado los últimos días de febrero y que incluye la cosecha de trigo, cebada, soja, maíz y girasol. La pérdida de 20 mil millones se calcula en función de una cosecha proyectada de soja de 31,1 millones de toneladas y de maíz de 38,6 millones de toneladas, lo que confirmaría lo que muchos temían: ninguno de los dos cultivos alcanzaría los 40 millones de toneladas este año.

Pasar por Alejandro Roca, La Carlota, Canals, Arias, Venado Tuerto, Elortondo, Melincué, Alcorta y observar el estado de los cultivos pone en evidencia el complejo escenario que se abre.

El efecto de las condiciones climáticas puede verse a simple vista. El campo tuvo su catarsis la semana pasada en la protesta organizada en Villa Constitución, al sur de Santa Fe, plena Pampa Húmeda. Aunque si algo falta en este momento en toda la región es precisamente humedad. Lo cierto es que el encuentro, que distó de ser multitudinario, sirvió para que muchos productores expresaran sinceramente su decepción con la dirigencia de la Mesa de Enlace Nacional por prestarse a recurrentes fotos con funcionarios sin que eso concluya en acciones o medidas que alivien la difícil situación productiva. También mostró las diferencias internas en las organizaciones, como por ejemplo en CRA con una Cartez (que es su organización de segundo orden que nuclea a las rurales de Córdoba y San Luis) que no ocultó sus diferencias con la conducción nacional, cosa que quedó expuesta cuando un tambero de Oliva dijo sentirse representado por Cartez pero no por CRA. El vicepresidente de CRA es Gabriel De Raedemaeker, oriundo de Oliva y enfrentado al presidente de la entidad, el entrerriano Jorge Chemes.

Pero más allá de las disputas internas, la asamblea organizada por Federación Agraria a pocos kilómetros del lugar de su nacimiento, Alcorta, permitió recoger de primera mano la situación productiva con los testimonios de agricultores y ganaderos (entre ellos, los tamberos) de Buenos Aires, La Pampa, Córdoba, Entre Ríos, San Luis y la propia Santa Fe, entre otros, que estuvieron presentes. Pero quienes viajaron desde Río Cuarto a Villa Constitución pudieron observar de primera mano la situación a lo largo de esos 450 kilómetros que constituyen una potente columna productiva en el país. Pasar por Alejandro Roca, La Carlota, Canals, Arias, Venado Tuerto, Elortondo, Melincué, Alcorta y observar el estado de los cultivos pone en evidencia el complejo escenario para la economía nacional de este año. Y para graficarlo vale destacar que el gran espejo de agua que constituye la laguna de Melincué hoy es apenas un pequeño círculo rodeado de suelo agrietado y un gran salar que dejó muy alejadas a un grupo de cabañas construidas en cercanías de la ruta pero que quedaron a cientos de metros del agua. La laguna supo tener 120 kilómetros cuadrados de superficie. El resto de las lagunas de banquina desaparecieron.

Muchos agricultores tendrán severas dificultades para hacer frente a las deudas asumidas y que se comprometieron a pagar con la cosecha que finalmente no tendrán.

Los cultivos, de soja y maíz, muestran un escaso desarrollo y en su mayoría con un color amarronado en buena parte de su follaje. Muchos lotes están directamente perdidos y no aportarán granos este año y el impacto será más que relevante.

Desde la micro, eso traerá problemas a muchos agricultores que tendrán severas dificultades para hacer frente a las deudas asumidas y que se comprometieron a pagar en cosecha. Pero también al universo que rodea a los productores: contratistas, camioneros, estaciones de servicio, paradores y una infinidad de eslabones que se abren desde cada uno de ellos y que incluye a almacenes, farmacias y hasta tiendas. Es decir, no sólo los miles de millones de dólares que no ingresarán son un problema del escenario 2023, sino el impacto en la actividad económica de cientos de pueblos y ciudades del interior que sentirán el cimbronazo de la huida de La Niña.

Gonzalo Dal Bianco. Redacción Puntal