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Secuestraron en Río Cuarto el auto de la pareja acusada de matar al jubilado en Gigena

En el Renault Clío incautado en el sur de nuestra ciudad fue trasladado Sixto Rivarola desde la fiesta hasta su casa, previo al crimen

La localidad de Alcira Gigena sigue adelante, tras la detención de la hijastra del jubilado de 68 años y su pareja, se sumó ahora el secuestro de un automóvil, propiedad de los principales sospechosos.

Vanina De Giorgi, de 38 años, y Darío Ezequiel Chirino, de 45, están detenidos desde el miércoles pasado en nuestra ciudad acusados del homicidio calificado criminis causa en perjuicio de Rivarola, registrado el pasado 21 de septiembre en su domicilio de Héroes Anónimos al 800.

En el domicilio de los principales sospechosos, ubicado en calle Vélez Sarsfield al 600, se secuestraron diversos elementos, pero no estaba el automóvil de la pareja.

En las últimas horas, los investigadores lograron ubicar al Renault Clío en el sur de nuestra ciudad.

El automóvil fue trasladado a sede policial, por directivas de la Fiscalía de Instrucción de Cuarta Nominación, a cargo de Daniel Miralles.

El automóvil fue utilizado por De Giorgi para trasladar a Rivarola desde la fiesta hasta su domicilio, en la madrugada del 21 de septiembre, previo a su muerte.

La hijastra “paseó” al jubilado por distintos puntos de la localidad antes de llevarlo hasta su casa, con el fin de hacer tiempo para que Chirino completara el plan previsto de robarle algo más de un millón de pesos que tenía guardado producto de la venta de una heladera a un familiar directo.

La mujer dejó a Rivarola en la casa creyendo que Chirino había cometido el atraco, pero en realidad no encontró el dinero y la búsqueda se demoró, por lo que fue sorprendido por la víctima.

El hombre de 45 años tomó un hierro y le aplicó un violento golpe en la cabeza, lo que le provocó la muerte.

La pareja tenía conocimiento de que el sistema de cámaras de seguridad de la vivienda no estaba funcionando y también que había vendido una heladera comercial a un familiar.

Los entrecruzamientos de mensajes y el seguimiento de cámaras en el pueblo fue clave para que el fiscal Miralles ordenara la detención de la pareja.