La tormenta más importante de la campaña, por cantidad de milímetros caídos en Río Cuarto, llegó tarde y además ocasionó daños significativos en muchos lotes de la zona de Espinillo, donde una intensa granizada daño maíces y sojas que intentaban llegar a cosecha.
En medio de una campaña muy compleja que fue condicionada por la tercera Niña consecutiva que provocó una sequía generalizada de pocos antecedentes, no faltaron otros ingredientes meteorológicos como la helada temprana del 18 de febrero y granizadas puntuales que causaron daños adicionales.
El clima fue un gran adversario en este ciclo productivo y sus consecuencias se siguen recalculando a medida que pasan las semanas.
Otro factor determinante fueron las sucesivas olas de calor que desde noviembre se dieron en muchas zonas de la franja central del país. En total fueron 9 olas de muy altas temperaturas que, sumadas a la sequía dominante, hicieron que los cultivos en muchos casos no pudieran resistir. Por eso, la Bolsa de Comercio de Rosario anticipó la semana pasada un área récord de soja que no llegará a cosecha, que se perdió en el camino.
De todos modos, en promedio la provincia de Córdoba cerrará una mejor campaña que las otras grandes productoras de granos: Buenos Aires y Santa Fe. Esta última tal vez haya sufrido las condiciones más extremas y alcance los peores resultados. En Córdoba, si bien la sequía golpeó fuerte los principales departamentos productivos del Este, hacia el Oeste la situación fue levemente mejor.