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Viajó a Perú por un intercambio y vivió una odisea para volver al país

El estudiante Joaquín Fanzini regresó de Arequipa después de varios intentos para localizar un vuelo de repatriación. Ahora cumple la cuarentena en Cuesta Blanca, antes de radicarse nuevamente en Río Cuarto.

Joaquín Fanzini (22) es alumno de cuarto año de la carrera de Licenciatura en Administración de la Universidad Nacional de Río Cuarto. El 6 de marzo pasado, por medio de un intercambio estudiantil, llegó a Arequipa (Perú) para continuar con su proceso de formación. Sin embargo, debido a la pandemia de coronavirus, sus planes originales se vieron alterados y vivió una odisea para regresar a la Argentina, como consecuencia de las medidas dispuestas por los diferentes Estados que hacen muy difícil el traslado de pasajeros de un punto a otro.

Después de varios intentos, el joven consiguió un vuelo de repatriación y llegó al país el último fin de semana.

En diálogo con Puntal, Fanzini contó que actualmente está cumpliendo la cuarentena en un hotel de Cuesta Blanca (sierras de Córdoba), antes de volver definitivamente a Río Cuarto.

“Tenía vuelo con Latam, pero en abril me lo cancelaron. Desde entonces empecé a buscar una alternativa para volver a la Argentina, con distintas gestiones ante la embajada y contactos con la UNRC. No quedaba en ninguna lista, hasta que conseguí un lugar. Tuve que viajar 15 horas en auto desde Arequipa a Lima, lo cual no fue fácil porque no es sencillo circular hacia la capital de Perú. De allí, después de dos días, tomé un vuelo a Ezeiza (Buenos Aires) y de allí salimos en colectivo a Córdoba, pasando por Rosario. Estuve durante todo el sábado en la terminal vieja de Córdoba, donde me hicieron el hisopado (aún no está el resultado) y de allí me trasladaron a un hotel de Cuesta Blanca. No me dieron la opción de irme a un departamento particular. Quiero remarcar que en Ezeiza únicamente nos tomaron la temperatura y que hay gente de Buenos Aires que se alojó en su casa particular, a diferencia de nosotros, que fuimos a un centro de aislamiento. Estoy de acuerdo con que nos hayan derivado a un hotel porque venimos de uno de los países de América Latina con mayor cantidad de casos y pasamos por Buenos Aires, que también está complicado”, detalló.

“No pude conocer la ciudad de Arequipa porque a poco de llegar comenzó la cuarentena con toque de queda. Es decir, las únicas opciones para salir de la casa en la que estaba era ir al supermercado, al banco o a la farmacia, por lo que la mayor cantidad de tiempo estuve encerrado. Siempre conté con el apoyo de la Universidad Nacional de Río Cuarto, ya que me fui a Perú por medio de una beca integral”, agregó.

-¿Con qué universidad fue el intercambio?

-Fue con la Universidad Católica de San Pablo.

-¿Cómo hiciste con los costos del viaje de regreso?

-Si bien estaba con una beca, como se canceló el vuelo de Latam, tuve que costear todo por mi cuenta, excepto el hotel en Cuesta Blanca. Igualmente, la UNRC me dará una compensación.

-¿Cómo se viven estos días en Cuesta Blanca?

-Bien. A cada una de las 20 personas que llegamos a Córdoba nos dieron una habitación y no podemos salir. Nos dan el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena. Estamos bien, aunque no hay buena conexión de wifi y no hay muchas cosas para hacer en la habitación. Una vez que se cumplan 14 días aquí, podré regresar a Río Cuarto.

-¿Cómo fue vivir la pandemia lejos de tu familia?

-Al principio, tenía esperanza de que todo se solucionara pronto y que se regresara a la normalidad, hasta que me di cuenta de que el panorama se iba complicando. Fue un momento estresante. Sabía que Río Cuarto estaba bien en cuanto a la cantidad de casos y eso me daba más ganas de volver.

-¿En qué lugar te alojabas en Perú?

-Estuve en la casa de una familia. Compartí todo el tiempo con ellos. No pude conocer nada de Arequipa ni hacer amigos. De todas formas, el objetivo cultural y estudiantil se pudo cumplir. Pude desarrollar las materias que me había planteado gracias a la virtualidad.