Río Cuarto | Rosario |

El brazo ejecutor de "Los Monos", detrás del crimen de Claudio Torres

La acusación contra Ortiz y Rivarola, socios de la víctima en el tráfico ilegal de drogas, sostiene que ambos planificaron todo en Rosario y se valieron de sicarios de aquella ciudad para concretar el asesinato del capo local

En su momento, el homicidio de Claudio Torres, “el Zar de la droga", destapó una vasta trama de narcotráfico y lavado de activos en Río Cuarto, y ahora, con la causa judicial a la espera del juicio, trascendieron detalles sobre cómo aquel hecho significó el desembarco de la peligrosa organización criminal "Los Monos" en la ciudad. Esto, a partir de los nexos que entablaron sus propios socios para eliminar al cabecilla narco local.

Al menos uno de los sicarios que cometieron el crimen del capo local en enero de 2019 es oriundo de Rosario, donde opera la organización narcocriminal, pero los vínculos no se agotan allí, porque hasta el asesinato habría sido planificado en el sur de la provincia de Santa Fe.

En la acusación, el fiscal Fernando Moine sostiene que Ortiz y Rivarola mantuvieron otros contactos con personas vinculadas a "Los Monos" en Rosario entre noviembre y diciembre de 2018, poco antes de que Torres fuera acribillado a balazos frente a su casa de barrio Fénix.

Según esta conclusión, el capo narco local habría pagado con su vida las diferencias que surgieron en el marco del tráfico de drogas a gran escala con Ortiz y Rivarola, quienes eran parte de su misma banda pero lo traicionaron.

Esa es la hipótesis con la que el caso llega finalmente a juicio, tras cinco años de una investigación en la que el fiscal Moine también concluyó que Torres fue ejecutado por sicarios vinculados a la banda "Los Monos" de Rosario.

En tal sentido, el nexo más directo dentro de esa hipótesis es Néstor Robledo, oriundo de la ciudad del sur santafesino, de quien se sospecha operó como sicario junto a Jonathan Palacios para eliminar al “Zar de la droga”.

“Reuniones secretas”

Según detalla la acusación, hubo “varias reuniones secretas que habrían tenido lugar en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe. Así, con el aporte de bandas narcocriminales que operan en aquella zona, acordaron llevar a cabo su empresa delictiva el 16 de enero de 2019”.

Para el fiscal, ambos le encargaron el asesinato de Claudio Torres al menos a “cuatro sujetos, entre los que sólo se encuentran identificados en la causa Néstor Nicolás Robledo y Jonathan Daniel Palacios”.

Un dato significativo que surge de la plataforma fáctica elaborada por Moine es que hay por lo menos otras dos personas que habrían participado de la ejecución del capo narco riocuartense, de las cuales no hay pistas todavía.

Presuntamente, y según se desprende de las conclusiones de la investigación, la noche del crimen una de ellas habría oficiado de “campana” en la esquina de Laprida y Tomás Guido, a metros de la casa de la víctima. La otra, en tanto, habría sido quien condujo la camioneta en la que se fugaron del lugar, luego abandonada e incendiada en la ruta 8.

Para lograr este resultado, el fiscal Moine contó con un testimonio clave de un miembro de la banda de Torres, según el cual, un mes antes del crimen, Ortiz le habría advertido a Torres: "Las cosas no iban a quedar así".

El rol del rosarino

La hipótesis del caso es que Rivarola y Ortiz traficaban droga con Torres pero, debido a fuertes diferencias en el negocio, ambos se complotaron en un plan para eliminarlo. Para eso, contactaron a la banda narcocriminal "Los Monos" en Rosario, vínculo que les habría permitido hacerse de recursos logísticos y mano de obra para el asesinato del capo riocuartense, en enero de 2019.

La acusación con la que la causa fue elevada recientemente a juicio considera a todos los involucrados coautores del crimen, en base a la teoría de la imputación recíproca de las conductas, dado que todos ellos participaron del hecho, independientemente de sus roles específicos.

Por su parte, el rosarino Néstor Robledo quedó implicado en la causa en la última etapa de la investigación, a partir de una serie de intervenciones telefónicas que lo vincularon con los el resto de los acusados.

Aunque su defensa niega que haya tenido participación en el crimen y atribuye esas comunicaciones a la relación que Robledo tenía con la hermana de uno de los acusados, el fiscal Moine considera que el verdadero nexo fue el plan para matar a Claudio Torres.

“Queremos demostrar su inocencia en juicio”

"Queremos a juicio para poder demostrar la inocencia y obtener la libertad" de Cristian Ortiz, sostuvo su defensor, el abogado cordobés Miguel Gavier, consultado por este diario sobre la novedad de la elevación de la causa para el debate oral.

Gavier ponderó que se haya dado por concluida la etapa de la instrucción de la causa por el asesinato de Claudio Torres, y sostuvo que esto les permitirá demostrar su inocencia. Ortiz, miembro de la banda de Torres, habría planificado junto a otro de sus socios el asesinato del capo.

Un testigo de adentro dijo que había “diferencias” en el seno de la banda.

Vale recordar que Ortiz, Mariano Rivarola, Jonathan Palacios y el rosarino Néstor Robledo serán juzgados por el homicidio doblemente calificado de Torres y la tentativa de homicidio contra Gustavo Salinas, aunque todavía no hay fecha para el juicio.

Gavier detalló que "la acusación es idéntica para Ortiz y Rivarola, pero no para Palacios y Robledo. La diferencia radica en que los primeros son acusados de ser autores intelectuales, mientras que los segundos son acusados de ser autores materiales".

En cuanto a lo demás, consideró que la acusación se basa en pruebas indiciarias y sostuvo que su cliente es "absolutamente inocente".

"Son todos indicios que de ninguna manera llevan a eso. Esta es una teoría elaborada por la Fiscalía que se apoya en declaraciones de un testigo mendaz", afirmó.

El abogado también reveló que no se opuso a que se elevara la causa a juicio porque considera que es lo mejor para su cliente, ya que de esta manera podrán demostrar su inocencia de manera más rápida. "Una oposición a la elevación a juicio significa mucho tiempo, quizás un año, mientras mi cliente está detenido. Entonces, no tiene sentido formular una oposición con el cliente preso", explicó.

Gavier fue categórico: "La pretensión de esta defensa es llegar a juicio para poder demostrar la inocencia y obtener la libertad".

Leonardo Brochero. Redacción Puntal