El arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, dijo ayer a Puntal que en su nueva función de cardenal buscará “darle una mano” al papa Francisco frente a un mundo cada vez más grande y más complejo.
-¿Lo tomó por sorpresa, no, esta designación como nuevo cardenal del papa Francisco?
- Sí, la verdad es que fue un baldazo de golpe. Porque me enteré entrando a misa cuando un feligrés me dijo que había sido elegido cardenal y le dije que tenía que haber un error y me dijo que lo había visto al Papa en la Plaza San Pedro. El feligrés había dicho la verdad. Así que fue así.
-Es decir que son designaciones muy herméticas por lo que uno ve, ¿no?
-No sé si herméticas, pero sorpresivas sí.
-¿Y cuál va a ser su función?
-¿Y usted la contribución que podría hacer es desde el punto de vista pastoral?
-Sí, bueno, lo mío es más pastoral, no soy un especialista como vuestro hermano Tucho Fernández, que es un maestro. En cambio lo mío es más pastoral, el trato con la gente, en cuestiones espirituales, en fin, es una cosa más de esa índole. Claro. Así que, bueno, ese es un punto. Y otro punto de la función del cardenal es cuando haya que elegir papa los cardenales participan en el discernimiento y en la elección del nuevo papa. Son las dos funciones digamos esenciales del cardenal, ayudar al papa en el gobierno y cuando haya que elegir papas ahí se participa del cónclave.
-Ahora lo que uno está percibiendo, padre, es que Francisco está un poco abriendo el juego en este sentido, está dejando de lado un poco esta tradición que había en el Vaticano eurocentrista y está abriendo el juego más para la periferia.
-Sí, sí, eso es claro y lo dice abiertamente. Es como un sentido más universal de la Iglesia, lo cual es muy válido, sin desmerecer a Europa, pero abre el juego a otras periferias geográficas y también espirituales. Por ejemplo, Latinoamérica.
-Lo que se observa en general es que hay una lectura más universal, por así decirlo, a la luz del Evangelio.
-Sí, es lo que tiene que ser, que no quede ahí encerrado, sino justamente católico, que es la universalidad y bueno entonces como que a veces hay que ver la Iglesia desde los lugares donde se protagoniza, donde se está. El Papa desde el comienzo hizo una opción por las periferias, como dice él, y eso también se manifiesta en esto.
-¿Ycómo se lo puede ayudar al Papa en relación con los desafíos que plantea el mundo?
-Ahí, en ese tema, el especialista es Tucho Fernández, justamente el tema de la fe, de la experiencia de la fe en el mundo. Uno va tanteando y va viendo por dónde va la gente, ver también de estar cerca, ver su necesidad, ver los movimientos del corazón de la gente y ver también cómo llevar el anuncio y el evangelio a la realidad concreta que nos toca vivir. Que no sea una cosa desencarnada o abstracta, sino con los pies en la tierra, como se dice.
-¿Va a tener que viajar a Roma en algún momento?
-Tucho queda allá. Con un cargo en una misión muy importante y muy cercana al Papa. Pero uno va y vuelve. Por lo pronto ahora en octubre iré al Sínodo, hay un sínodo que va a significar más o menos un mes. La verdad es que no sé cómo son esos viajes, pero son ida y vuelta por supuesto. Uno no pierde la misión de ser obispo acá en Córdoba.
-¿Y cómo lo ve a Francisco después de la operación y de los traspiés en su salud?
-De las piernas está un poquito mejor, por lo visto. De ahí para arriba está lucidísimo y joven en su lucidez, en su cabecita y en su pensar, en su sentido. Está lúcido.