Si existe algo que une esta historia es su nombre. El suplemento Rostros & Rastros se llama así desde hace 30 años o 1000 números. Ha pasado por diversos diseñadores, ha estado bajo la producción de diario Puntal y bajo concesión en consultoras externas. Ha reflejado historias verdaderas y ficticias, ha mostrado la realidad social de una ciudad que necesitaba verse a sí misma, ha evolucionado en su contenido, pues las redes sociales desplazaron esa vidriera publica que implicaba ‘salir en el Rostros’.
Los números y los años pueden ser relativos, se han contado religiosamente pero también se han dejado de contar o se ha dejado de publicar con alguna interrupción que duro algunos meses. Se ha vuelto a empezar y se ha actualizado ese dato de edición que celebramos. Sin embargo, la cuenta es bastante atinada: 30 años, 1000 números.
Un riguroso archivo de diarios completos sin faltar ni uno me recibió esta semana para viajar en el tiempo, en las ilusiones, en esas historias, en esos mágicos años 90 que vieron este suplemento en todo su esplendor.
Escribo estas hojas de pie, porque de verdad este ha sido un trabajo de grandes periodistas que me precedieron, de grandes reporteros y diseñadores, de grandes directores que han llevado adelante este medio en papel, hoy un grupo multimediático. Y de pie iré nombrando a esas personas cuyos nombres encontré impresos, otros que recuerdo, otros que me contaron, y seguramente peco de no recordar o de no haber encontrado.
En 1992 aparece la primera edición de Rostros & Rastros de la mano de Ana Solá, Daniel Pratto Longo y Carlos Santaolalla.
En 1995 aparecen las primeras páginas a color en tapa y páginas centrales, ediciones que contaban con 8 páginas. Rostros & Rastros comienza a referenciar lo que pasaba en la noche de Río Cuarto con su presencia en bares como Estación, La Calle, Gibbon’s,Ta-Te-Ti, La Barraca y Tabasco. En diciembre de ese año se mencionan bares como Factory, Regim’s, y Square. El medio llevaba sus propias promotoras a distintos puntos de entretenimiento. Ese mismo mes se realiza La Fiesta del suple Rostros & Rastros; un mega evento para celebrar un año plagado de encuentros.
En marzo de 1998 el espacio se colma de eventos sociales con personas retratadas en restoranes (Rigoletto, El Lazo, L’Angelo), se empiezan a realizar coberturas de casamientos, cumpleaños, bautismos, elección de la reina, piletas de verano.
En diciembre del mismo año aparecen locales como Roca Rosa y publican el segundo aniversario de Casa de Piedra. Sin embargo en la tapa, la foto es de la inauguración de La Abadía.
Unos años más acá, en marzo de 2005, el suplemento se imprime con mucho más color, un logotipo renovado y empieza a mostrar la vida cultural de la ciudad, más allá de sostener lo social. Se realizan reseñas de libros, discos, se empiezan a publicar entrevistas y notas a bandas musicales locales y de la región, algo que continuó hasta la pandemia, cuando ya no pudieron tocar con tanta frecuencia.
En 2010 Rostros & Rastros es full color con 16 páginas de cultura, con publicaciones de textos literarios y mucha vida social, aparecen lugares como Luis María, entre muchos otros.
En 2017 la publicación vuelve a cambiar su logotipo, y se renueva en contenido por la llegada de las redes sociales, quien quisiera verse ya no necesitaba del todo de un espacio gráfico. En ese momento comenzamos a realizar notas de interés general, proyectos ambientales, sustentabilidad, entrevistas con artistas locales y de carácter nacional. El equipo de periodistas se ampliaba para contar una variedad de temas con miradas diversas. Comenzamos a buscar columnistas periódicos como Laura Soldano en un espacio de bienestar, Gastón Paisio en tecnología y muchos más.
En agosto de 2020 el suplemento vuelve a cambiar la gráfica de su logotipo, ya vuelve a ser de 8 páginas desarrollando un carácter de revista con un tratamiento de la imagen que es prioridad y temáticas muy similares a las anteriores.
A la hora de reseñar algunos nombres, y seguro faltan, tenemos que mencionar nuevamente a mentora de este espacio: Ana Solá. Pero también escribieron Angie Julián, Andrés Natali, Laura Pereyra, Rubén Lucero, Valeria Caballero, la comunicadora Ana Moglia, hoy reconocida escritora, Estefanía Baudino, Julieta Varroni. Los primeros diseñadores fueron Daniel Pratto Longo y Carlos Santaolalla, luego tomó ese lugar Aldo Heiland; más acá en el tiempo Analía Alonso, Mariano Capriglioni, Stefania Chirinos, entre otros. Los fotógrafos, ellos que capturaron ese instante de luz para siempre, fueron Matías Tambone, Carlos Matelo, Martín Baez, Julián Bongiovanni y seguramente muchos más.
¿Vamos por 1000 más?
Por Fernanda Bireni