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Con la ayuda de la gente y tras un largo periplo, trajo a su familia de Rusia

Adrián Salina finalmente logró sacar a su mujer y sus dos hijas del territorio en guerra y traerlas a Río Cuarto. Por estos días, su nena de 2 años está internada en el Hospital Regional y desde el área de Asistencia Social le restringen el contacto por no tener las pequeñas su apellido

Tras una colecta en la que colaboraron vecinos de toda la zona y Río Cuarto finalmente Adrián Salina pudo traer a su mujer Svetlana y sus hijas Lada (12) y Vera (2), quienes se encontraban en Rusia, en medio de la guerra contra Ucrania, pasando hambruna y viviendo con el temor de los ataques.

El reencuentro ocurrió en Buenos Aires el pasado viernes y hoy la familia ya está en Río Cuarto.

Viven la felicidad de haber salido de un foco de conflicto que podía llevarles la vida.Pero a su vez afrontan hoy un inconveniente: la más pequeña de las niñas se encuentra internada en el Hospital Regional por un cuadro de “gastroenteritis viral”. Junto a ella permanece su mamá al cuidado y también debió quedarse la hermanita de 12 años, pues según el relato de Salina a Puntal, desde Asistencia Social le impiden llevarse a la mayor de las chicas (Lada) por no ser su hija biológica.

“Lada es hija de mi mujer y convivió conmigo cuando vivimos todos en Rusia. Ahora, esta gente del hospital me impide que la cuide mientras su mamá se encarga de la más pequeña que es mi hija”, contó Adrián.

“Hago responsables a las autoridades del hospital si mi hija o mi mujer contraen algún virus intrahospitalario porque las tienen retenidas ahí”.

Salina vive en una pensión al frente del centro asistencial riocuartense y asegura poder darle las condiciones óptimas donde permanecer su hija mayor y hasta su mujer para ir a descansar. Pero las dudas planteadas por las autoridades sanitarias y las limitaciones en la comunicación están dificultando la reunión de la familia.

“Me dicen que no tengo un lugar en el que estar. Y sí lo tengo, y también dinero para comprar todo lo necesario. Se necesitaban pañales y salí y compré. La verdad no comprendo este accionar”, se lamenta Salina.

“Las traje de la guerra, estaban pasando hambre. Y acá me coartan el derecho de estar unidos porque las nenas no llevan mi apellido. La más grande porque es hija de mi mujer pero yo la adopté. Y la más pequeña es mi hija, pero cuando nació yo no estaba en Rusia entonces no pude inscribirla con mi apellido”, asegura Salina.

Cabe recordar que Adrián viajó a Argentina para cuidar de su hermano, y por la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania no pudo regresar.

“Yo vivía en Rusia y regresé al país a cuidar a mi hermano enfermo. Por la pandemia quedé varado y no pude volver. Se me venció el tiempo y ahora no me dejan entrar hasta fin de año. Mi mujer estaba embarazada cuando me vine y a la nena más chiquita que ya tiene dos años no la conozco personalmente. La otra nena tiene 12 años y está sufriendo mucho. No tienen qué comer”, contaba hace tiempo atrás a Puntal.

A su esposa la despidieron del trabajo y su suegro había sido reclutado para la guerra.

Agradecimiento a la gente

En medio del torbellino que vive por estas horas. Por un lado la alegría de haberse reencontrado con su familia y por otro, las dificultades por mantenerse juntos. El hombre agradece el apoyo de la gente que con colaboraciones le ayudaron para adquirir los pasajes y traerlas a la Argentina. “Lo pagué a duras penas porque acá te cobran el 75% de impuestos más el boleto de vuelta. Esa ley la impuso el Presidente a los rusos. Juntamos la plata. Los pasajes los compré mediante la empresa de turismo Garro de acá de Río Cuarto, que me hizo el favor de gestionarme el vuelo porque era una línea con la que ellos no trabajaban. Después tuvimos que sortear todo el tema de que ellas viajaran de Saratov a Moscú”.

Para llegar al encuentro hubo varios obstáculos por superar; pero finalmente su mujer e hijas pudieron tomar el vuelo y llegaron a Buenos Aires el pasado viernes 13.

El fin de semana permanecieron en la casa de unos familiares en Buenos Aires. Y el lunes a la madrugada llegaron a Río Cuarto.

“Quiero mi familia unida”

La más pequeña, Vera, venía manifestando algunos problemas de salud, motivo por el cual fue llevada al Hospital Regional en el que hoy permanece internada en la habitación 201. Y tal lo dicho, a cuidado de su mamá y su hermana mayor quien, reitera Salina, está allí porque Asistencia Social no le permite llevársela a su cuidado.

“Me dicen que como no tengo una casa y un trabajo fijo no puedo hacerme cargo. Pero hago trabajos vía online. También me dicen que porque mi hija mayor no es biológica, pero ‘cuál es el problema’ si la adopté. Y nuestra hija más chiquita no tiene mi apellido porque yo no estaba presente al momento del parto. Y por la ley rusa se tiene que hacer cargo la madre. No es como en otros países que uno puede hacer valer su paternidad enviando el documento”.

Salina reitera que aunque su mujer no habla castellano, supo transmitir vía traductor tecnológico que quiere que su esposo cuide de Lada. “Era jefa de asistencia social en Rusia, no es tonta, sabe de derechos”, agregó.

El temor de Adrián es que una vez que a la pequeña le den el alta, el área de Asistencia Social lo separe de sus hijas. Y más aún, que se las envíen a algún internado y lejos de su mamá. “A ellos parece no importarles separar una familia”, apuntó.