“La idea es poder tomar esta necesidad concreta y generar espacios de formación teórico-práctica para personas que ya están cuidando, muchas veces en la informalidad, y sin herramientas adecuadas para hacerlo”, explica a Salud & Ciencia Mauricio Mora (M.P. 15830), licenciado en Enfermería y responsable del área de Docencia de Enfermería de la Clínica Regional del Sud.
Embed - Dr. Matías Alba y Lic. Mauricio Mora
En ese contexto, remarca que el objetivo apunta a mejorar los cuidados de los adultos mayores y empezar a formalizar un rol clave en el sistema de salud.
La propuesta nació desde el Colegio Médico local con la vocación de articular actores clave. “Empezamos desde la Comisión del Colegio (de Médicos), nos contactamos con la Municipalidad, particularmente con EMCO, que es la escuela municipal de capacitación en oficios. Luego convocamos a la Clínica del Sud y su equipo de Docencia médica y de Enfermería para conformar el cuerpo docente”, detalla el doctor Matías Alba (M.P. 28909/2 – M.E. 13386), cirujano digestivo de la CRS y del nuevo hospital de Río Cuarto, además de ser miembro de la comisión directiva del Colegio Médico.
Dicha formación dio inicio ayer y está destinada a personas que, sin ser profesionales de la salud, ya cumplen con tareas de acompañamiento y cuidado en clínicas o domicilios, muchas veces sin ningún tipo de marco regulatorio o capacitación previa. “Es una figura que existe, y que necesita herramientas básicas pero sólidas para un mejor cuidado”, apunta Mora.
Abordaje integral
Los profesionales explican que el envejecimiento suele venir acompañado de enfermedades crónicas que requieren seguimiento y atención constante.
Desde su especialidad, representada por la cirugía digestiva, el doctor Alba advierte que en los adultos mayores son frecuentes las “alteraciones en el tránsito intestinal, como constipación o diarreas crónicas”, pero que también se suman otras dolencias típicas de la edad, como hipertensión arterial, diabetes, osteoporosis y, en especial, enfermedades neurológicas. “Hacemos mucho hincapié en esto último por su vínculo con los cuidados: un paciente con deterioro cognitivo necesita una mirada muy particular”, afirma Alba.
Así, consideran que la detección temprana es clave. “Es importante que los cuidadores y la familia estén atentos a señales como cambios en la personalidad, olvidos frecuentes, desorientación o dejar artefactos eléctricos encendidos. Todos son síntomas que deben llevarnos a la consulta médica”, sostiene Alba, resaltando la importancia del abordaje interdisciplinario entre profesionales como psicólogos, neurólogos y clínicos, que deben intervenir en conjunto para evaluar correctamente cada caso.
Otro aspecto crítico del cuidado de personas mayores está vinculado c lo que se conoce como “polifarmacia”, referido al consumo simultáneo de múltiples medicamentos.
“Muchos adultos mayores toman cinco, seis o más medicamentos diarios, y el riesgo de interacciones es altísimo. Muchas veces, los efectos adversos pueden ser incluso peores que la enfermedad que se pretende tratar”, advierte Alba, y subraya la importancia de revisar periódicamente la lista de medicamentos con el médico de cabecera.
Cuidados paliativos
En etapas más avanzadas de la vida, o ante enfermedades terminales, el enfoque debe orientarse al cuidado paliativo. En ese marco, Mora explica que en tal instancia “el objetivo no es curar, sino aliviar el dolor, mejorar la calidad de vida y acompañar en el proceso”.
“Es fundamental tener un equipo que valore el estado nutricional, psicológico, clínico y emocional del paciente. Y, sobre todo, que se adecúe a sus necesidades reales y a su tratamiento habitual”, indica Mora.
El rol del cuidador también cambia en este contexto. “No es lo mismo acompañar a una persona con hipertensión que a alguien con cáncer. Se debe saber movilizar, detectar signos de dolor, entender limitaciones nuevas (…) Todo eso forma parte de lo que enseñamos en esta capacitación”, afirma el profesional de Enfermería.
Enfoque humano
Un punto clave de la propuesta es la forma en la que se brinda la información. “Sabíamos que el público objetivo no son profesionales de la salud, pero necesitan conocimientos técnicos. Entonces trabajamos mucho en el anclaje y en cómo transmitir contenidos complejos de forma simple, para que lleguen al cuidador”, explica Mora.
En esa línea, destacaron que los profesionales de la CRS convocados como disertantes “aceptaron el desafío con entusiasmo, sabiendo que su rol es esencial en este puente entre saberes”.
Las jornadas de formación ya están en marcha desde ayer y la expectativa de sus impulsores es alta. “Queremos que esta sea la primera de muchas ediciones. Que se replique, que se multiplique, porque la necesidad existe y es urgente”, coinciden Mora y Alba.
Y lo que está en juego no es menor. Se trata de la dignidad con la que muchas personas transitan la última etapa de su vida. Y también del alivio, la contención y la seguridad que pueden sentir sus familias al saber que quien los cuida, sabe cómo hacerlo.