Arquitectura | Santa Rosa de Calamuchita |

Una casa sustentable que invita a repensar el concepto de habitar

Paredes de bloques de tierra compactada (BTC), calefacción por muros trombe, piso flotante que emula una losa radiante y hasta un techo verde, son algunos de los recursos de la arquitectura bioclimática que reúne una vivienda emplazada en las sierras de Calamuchita y que busca mitigar el impacto en el ambiente

Una casa emplazada en jurisdicción de Santa Mónica, a pocos kilómetros de Santa Rosa de Calamuchita, invita a repensar el concepto de habitar y con fuerte presencia de recursos de la arquitectura bioclimática se presenta como alternativa a la construcción tradicional y gran aliada al medio ambiente.

La obra se instala en el fondo de un terreno y constituye el puntapié inicial de lo que a futuro puede convertirse en un complejo pensado siempre desde la arquitectura sustentable. Es el hogar del mismo creador, el arquitecto Martín Giardina, quien volcó en el proyecto su vasto conocimiento en arquitectura sustentable que tiene como premisa disminuir al máximo el impacto de una obra en el entorno natural.

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Y una de las primeras decisiones que llevaron al profesional a orientar las principales áreas sociales de la casa hacia el este tuvo que ver con un minucioso análisis del recorrido del sol en las distintas estaciones del año.

“En el sector del comedor se genera hacia la fachada norte un muro inclinado a 14º, que es lo que indica el diseño bioclimático para esta zona del país y para Santa Mónica, para una óptima captación solar de invierno. A la vez, en la parte inferior de la ventana hacia el suelo se ubica el muro trombe, para lograr con ello un sistema de calefacción natural”, comenta Giardina a Puntal ADC.

Justamente ésa fachada norte de complementa con el remate de un alero calculado para que en verano se interrumpa el ingreso de rayos de sol aproximadamente desde las 10 de la mañana y que en invierno permite el asoleamiento pleno durante toda la jornada.

“Solamente en el sector del living-comedor y en el estar, que es un ambiente tiene 6 metros por 6 metros, hay un espacio entre el piso y el suelo que va desde los 70 centímetros a 1,2 metro, y que forma una cámara de aire. Esa inclinación favorece a la circulación interna del viento y mantiene la temperatura a 18 grados, tanto en invierno como en verano”, sostiene el arquitecto.

Para añadir: “Y con el muro trombe se logra una reserva de aire caliente que puede dosificarse hacia el interior mediante rejillas que permiten controlar el ingreso y egreso de ese aire caliente, logrando lo que puede ser algo similar a un piso radiante a través de esta superficie flotante. Es decir que a los 18 grados los eleva hasta los 23 o 25 grados a partir de la convección que se logra con este tipo de muro”.

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Muros de BTC

Otra de las particularidades que hacen de la casa una construcción sustentable es que sus muros se levantaron con el uso de bloques de tierra compactada (BTC), lo que ofrece una importante prestación térmica y presenta una baja huella de carbono en su fabricación.

“Los BTC se diferencian del ladrillo común por ser casi todo de tierra, con un escaso contenido de cemento (entre el 7% y el 10%) y en que están fabricado mediante compactación (no se somete a cocción), lo que permite conservar las propiedades térmicas de la tierra. Así, la casa termina siendo más fresca en verano y en invierno mantiene la temperatura interna”, describió Giardina.

En su interior, el BTC presenta dos perforaciones en el centro lo que favorece a las instalaciones de eléctricas y sanitarias y, a la vez, tienen una terminación del tipo ladrillo visto que permite que a medida que se levantan los muros ya se obtengan las terminaciones sin necesidad de revoques y pintado posterior. “Otra cosa que acelera mucho el proceso de construcción en BTC es que no lleva lo que se llama mortero de asiento. En la construcción convencional, entre ladrillo y ladrillo se coloca mortero que pegará un ayudante. Acá no, se pega con un pegamento cerámico que se aplica con una manga similar a las que se usan en repostería de manera tal que una persona va aplicando el pegamento y otras dos avanzan pegando. De esta manera el ayudante no está haciendo la mezcla sino que está colaborando con la colocación de ladrillos con el oficial, lo que hace que el proceso sea más rápido”, explicó.

En el caso de su hogar, la obra “gruesa” demandó alrededor de 25 días hábiles lo que en un sistema convencional puede demandar 3 meses o más.

Además, Giardina destacó que los BTC se encuentran homologados por instituciones tales como la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), en donde a través de los laboratorios de la Facultad de Ciencias y Estadísticas someten el producto a distintas pruebas de esfuerzos previo a dar tal aval.

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Complementos sustentables

Giardina explicó que por ordenanza, los techos de las nuevas construcciones deben ser efectuados en chapa gris humo, lo que no es del todo eficiente en pos de que esa tonalidad implica una alta captación solar. Es por ello que la cubierta debió complementarse con distintos aislantes para mitigar el impacto de las altas temperaturas.

Asimismo, en su obra le permitieron llevar a cabo un techo verde en el sector de la cocina, lo que si favorece a la aislación térmica de manera natural.

En lo que respecta a instalaciones, la casa cuenta con sistemas que separan las aguas grises de las aguas negras para su posterior procesamiento natural y reutilización, dando lugar a la posibilidad de riego del jardín o de la huerta mediante ese aprovechamiento. “Por ejemplo, las aguas negras pasan primero por un proceso de fitodepuración para después pasar al pozo”, señala el profesional, quien agrega que además tiene previsto dotar a la vivienda de acumuladores de agua de lluvia, de paneles fotovoltaicos y dotarla de complementos para la producción de alimentos.

Sobre el final, Giardina reflexiona sobre la necesidad de cambiar el concepto de habitar la vivienda en pos de las necesidades ambientales que el presente exige, al señalar la necesidad de pensar el espacio según el lugar en el que se emplaza y de romper con lo que impone el mercado de consumo en materia inmobiliaria. “Las casas tienen que ser pensadas para cada terreno, para cada lugar, en función de que puedan dar una respuesta. Y ése tiene que ser el nuevo rol del arquitecto, porque tenemos que estar capacitados a brindar ese tipo de soluciones como así también los comitentes tienen que estar lo suficientemente informados ante la necesidad de pensar también en la importancia de ello”, finalizó.

Javier Borghi