Ricardo Sánchez

Especial para Puntal

Tengo la impresión que el impacto de la Semana de la Cultura, que acaba de celebrar 14 años, resistiendo firmemente la amenaza que ante todo proyecto significó ese larguísimo año que el Covid dio como perdido en la historia, debe medirse en dos dimensiones.

Una se refiere al vigor imponente del proyecto escénico que ha desarrollado, y que ha servido para combinar un programa con grandes figuras del panorama folklórico nacional e internacional (junto a Juan Carlos Saravia, Carlos Di Fulvio y Omar Moreno Palacios estuvo alguna vez la venezolana Cecilia Todd y este año acaba de mostrar su arte el grupo “Andarhilos do Sul”, de Passo Fundo, Brasil), y a la vez para detectar la relevancia de voces nuevas y pujantes.

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En ese camino de doble vía este año desfilaron y brillaron artistas entrañables pero casi perdidos en la inmensidad de su obra, como el Maestro Fortunato Ramos llegado desde la Quebrada de Humahuaca para recordar a Jaime Torres junto a dos músicos de calidad como Matías Bonavitta y Federico Siciliano y Facundo Ramírez para seguir la huella pianística de su padre, y la todavía impecable Ángela Irene, y ese rastro del tiempo hecho canción que es Enrique Espinoza.

La otra dimensión tiene directa relación con lo que le viene a antes a la Semana de la Cultura y es el contacto con un modo de desarrollar la pertenencia a ese ámbito que deriva en la sumatoria constante de nuevas expresiones surgidas del quehacer diario del Instituto de Artes Folklóricas Vitillo Ábalos, que parte del vigor de trabajo y la capacidad de Ariel Barreda y Vanesa Ledesma pero se solidifica con un aporte que va desde lo casi imperceptible de mucha gente que trabaja anónimamente hasta la expresión de los elencos (charanguistas, bombistos, tejedores, bailarines, guitarristas) que suman sonidos y movimientos propios para que cada año haya una nueva proeza integradora que celebrar.

Esa multiplicidad no tiene solución de continuidad y seguramente ya hay proyectadas nuevas actividades porque también el vigor envicia y ese grupo numeroso que conforma el Instituto por detrás de Arivel y Vanesa, siempre parece a punto de pasarles por encime pidiendo más y más porque vibran en el mismo sentido. Por eso, a la par de celebrar la magnífica 14° edición, conviene preguntarse desde ya con que nos sorprenderán el año que viene: que 15 años de tamaña programación, no sucede todos los días. En fin, que aquí nos quedamos esperando, en la seguridad que otras cosas buenas vendrán.

Una semana cargada de argentinidad

Ariel Barreda

Especial para Puntal

Cada edición de la Semana de la Cultura nos deja con la alegría de haber podido lograr concretar lo que a lo largo de un año venimos proyectando. Músicos, bailarines, cineastas, cantores y cantoras, elencos internacionales, etc, reunidos en torno a nuestra cultura. Durante 10 días la ciudad se vio colmada de actividades en diferentes salas con maravillosos artistas de una calidad que sorprende.

Poder lograr unir a diferentes generaciones de artistas como por ej. a Matías Bonavitta con todo el estudio de su instrumento elegido como es el charango y todo el sabor y el paisaje interior del maestro Fortunato Ramos que ha "carnavaleado" sobre el escenario. La magia del pericón del Dia de la ciudad que volvió a realizarse luego de tres años de no poder hacerlo, contando con 508 parejas, algo que nos emociona mucho y que la ciudad ya lo toma como propio y lo espera y claro, nos representa.

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Esta semana de la cultura nos deja un gran mensaje de argentinidad, poder mostrar a grandes maestros con entradas a muy bajo costo, para que todos y todas puedan acceder a escucharlos, a descubirilos, sobre todo eso, a descubrirlos, porque si bien la mayoría tienen una extensa carrera, siguen siendo desconocidos.

Seguiremos apostando a este formato cultural que nos llena de orgullo y satisfacción, no solo desde el Instituto Vitillo Ábalos por ser los organizadores, sino, porque nuestra ciudad forma parte con la Semana de la Cultura de una ciudad que cuenta con un evento reconocido a nivel nacional por el prestigio que año a año consigue.

Ya comenzamos a preparar la edición XV, pero mientras disfrutamos de todo lo vivido y aprendido por estos días.

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