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Advierten que este año el Gobierno buscará legalizar las regalías por el uso de semillas

Para el dirigente de Federación Agraria Claudio Demo, la nueva ley que impulsa el Gobierno es una avanzada para “privatizar la genética”. Advirtió que empresas como Monsanto ganarán más plata, y los productores perderán importantes recursos

Se aproxima el inicio de las sesiones en el Congreso Nacional y uno de los temas que estarían en agenda es el de la modificación de la Ley de Semillas. El Gobierno de Macri busca habilitar el pago de regalías por el simple uso de la tecnología implícita, por ejemplo, en los granos de soja. Desde Federación Agraria advierten que redundará en una “privatización de la genética” y en que multinacionales como Monsanto ganen más dinero, en detrimento de los productores.  

Para el dirigente de Federación Agraria Claudio Demo, el Gobierno nacional ya tiene definido un proyecto y este año jugará sus fichas para que salga aprobado del Parlamento. 

Sostiene que el Gobierno de Mauricio Macri se comprometió a discutir una nueva ley para que las empresas semilleras -como Monsanto- puedan cobrar una “regalía extendida”. Esto significa que, para poder usar la semilla, el productor deba pagar por el uso de la tecnología y no sólo al vender las semillas, como lo estipula la ley vigente.  

Si bien este proyecto no tiene fecha cierta de discusión, desde diferentes sectores convocan a discutir el tema, sobre todo porque se avizora que este año el Gobierno podría avanzar con la nueva normativa. 

“El proyecto oficialista contempla otorgar la regalía extendida por el término de 3 o 4 años, y deberá pagarla el productor que use las semillas. Sin embargo, Monsanto pretendía que el plazo sea de 15 años. Pero el Gobierno no puede acceder a ese planteo, porque significaría pelearse con los grandes grupos sojeros, de los que depende buena parte de los ingresos de divisas al país”, explicó el dirigente de Federación Agraria. 



“Privatizar la genética”



Para Demo, en este contexto, la meta de una empresa como Monsanto no sólo es cambiar la ley, sino instaurar la propiedad privada sobre la genética. La idea es equiparar la legislación de semillas al esquema del derecho de autor que, por ejemplo, rige para las obras musicales. 

“Quieren que sea como con el Sadaic, donde cada vez que se reproduce una canción, hay que pagar derechos de autor”, ejemplificó. 

El dirigente de Federación Agraria explicó que la avanzada de multinacionales como Monsanto por las regalías no es nueva ni es exclusiva de nuestro país. Por el contrario, el proyecto de ley de semillas se presentó en forma simultánea en toda Latinoamérica. 

En algunos países se aprobó, en otros fue rechazado y en otros países la iniciativa quedó a mitad de camino. “Por ejemplo, en Guatemala se aprobó la ley durante un feriado nacional, pero se generó una fuerte reacción de los campesinos, que cortaron todas las rutas del país, y finalmente terminaron por derogar la ley.  En Colombia pasó lo mismo y,  en el caso de Chile, la aprobó el Congreso y la vetó la presidenta Bachelet”. 

¿Qué pasó en nuestro país?

En nuestro país, Monsanto optó por otra alternativa. Les hace firmar a los productores por los cuales éstos se comprometen a pagarle a la empresa los derechos por determinada cantidad de años. Esto, pese a que es una conducta ilegal. Sin embargo, muchos productores pagaron, pensando que se favorecían abonando el 30 o el 50 por ciento del total de los royalties. Lo que no ven es que Monsanto les está sacando ese dinero sin que le corresponda cobrarlo. Hay una cantidad importante de productores agrícolas que pagan de esta forma. 

¿Desde qué momento rigen estos acuerdos de partes con Monsanto?

Cuando Monsanto lanzó la semilla de soja Intacta RR2, que es la que resiste al glifosato y mata a los insectos, estableció que examinaría barcos y camiones y les cobraría hasta un 15 por ciento de royalties por toda la soja no declarada. Todo productor que facture más de 2,7 millones de pesos al año, debía declarar cuántas semillas se deja para sí, y solamente podía usar esas. Siempre y cuando, claro, presente la factura de compra de esos granos. Ese esquema es el que está vigente hasta ahora. 

¿Ese esquema se cumple en la realidad?

Sólo la mitad de los productores declaró sus semillas. Grandes usuarios no lo hicieron, como, por ejemplo, la Aceitera General Deheza, que produce 500 mil hectáreas. 

En términos económicos, ¿esto representa mucho dinero?

Para el negocio de la soja, hay que tener en cuenta que, en el país, cada año se mueven 600 millones de dólares. Por cada campaña, si pudiera cobrar el 100 por ciento de los derechos de patente, Monsanto ganaría cientos de millones de dólares, que sería el que resignen los productores. 



“Históricamente, en nuestro país nadie pagó royalties”



¿Por qué quieren cambiar la ley?

En nuestro país, hay una ley de agrosemillas vigente, que data del año '73 y que viene del gobierno de Lanusse. Algunos cuestionan que es antidemocrática, pero lo cierto es que la ley es una maravilla para su época. Esa ley tiene un artículo clave, que regula el uso del "hijo" de la semilla comprada. Hoy en día, al comprar una bolsa de semillas, el productor paga el costo de la invención, de la tecnología. La compra habilita al uso para siembra que se quiera, pero para vender los "hijos" de esas semillas a un tercero, hay que pagarle la patente a la empresa productora de semillas. 

Es decir que hoy en día los productores no pagan por el uso de la semilla en sí mismo.

En la práctica, en Argentina, nadie pagó nunca royalties, si bien en los últimos tiempos hay algunos sectores de los productores que empezaron a pagar. Sobre todo, en el caso de la soja. De todos modos, estoy seguro de que casi el 70 por ciento de ese grano se utiliza sin pagar regalías. Esa modalidad le deja al productor 6 dólares adicionales por quintal, en comparación por ejemplo con un productor de los Estados Unidos, que paga el 100 por ciento de los derechos de autor. De esta manera, se equipara el esquema de patentes al de Sadaic, por ejemplo. 

¿Qué consecuencias puede traer la aprobación de una nueva ley que consagre las regalías extendidas?

Lo malo de todo esto es que establece la propiedad privada sobre los recursos naturales y la genética. Hay un problema adicional, que es que Monsanto se va a poder servir de todas las semillas sin patente y, modificando sólo algunos genes para que no sean idénticas, patentarlas como propias. Es probable que, en el plazo de 10 años, pasen a monopolizar la totalidad de las semillas que tienen valor comercial en el país. 



“No hay que discutir”



¿Hay proyectos alternativos para actualizar la ley de semillas?

Mis colegas de la Federación Agraria presentaron un proyecto de ley que establece que los grandes productores deben pagar regalías durante 3 años, mientras que los chicos directamente no pagarían. El problema es que esa ley no tiene posibilidades de ser aprobada en esta conformación del Congreso. No es un momento para discutir un nuevo proyecto de ley, porque el oficialismo tiene los votos necesarios para sacar aprobado el proyecto de regalías extendidas. En mi opinión, lo que debemos hacer es lograr que no se discuta la ley, porque a pesar de que tiene algunos errores menores, no tiene sentido modificarla.