"Tenemos jugadores para estar entre los mejores del mundo en el agro pero nos falta armar el equipo. Ponemos mal los jugadores, no tenemos técnico ni una forma de jugar definida, y así es muy difícil. Hace falta planificar, porque hoy ya no se gana más con la camiseta, y eso lo vimos claro en este mundial de fútbol. En el agro pasa lo mismo, con las condiciones solas no alcanza.

Tenemos cierta idea de que somos los mejores del mundo y pensamos que eso solo nos garantiza triunfos. Está claro que no es así.

Hay grandes posibilidades si hacemos las cosas bien. Y hay que comenzar por una idea, un objetivo, y tirar todos para el mismo lado. Una comparación con la selección de fútbol es que esta vez el equipo tiene liderazgo claro y están todos encolumnados, se lo toman en serio, y dejan de lado los intereses particulares para anteponer los objetivos del conjunto.

Si en el sector productivo tuviéramos esa misma línea los resultados serían mucho mejores.

Pensemos el proceso de 2018 en Rusia con la relación que había entre el técnico y los jugadores que hasta terminó con rumores de grietas al interior del equipo. Y los resultados fueron los que ya sabemos. Ahora, como contrapartida aparece una idea clara, un objetivo y hasta una épica porque desde el minuto cero se plantearon un objetivo que parecía utópico pero que los ayudó a caminar hacia un rumbo. Hoy eso está a un paso de concretarse.

Desde el sector productivo también tenemos que animarnos a plantear esa clase de objetivos y empujar entre todos para llegar a esa final del mundo del agro.

Si nos planteáramos a 5 o 10 años determinadas metas y trabajáramos en ese rumbo, como puede ser el de multiplicar las exportaciones, sería muy interesante.

Para eso hay que sacarle el pie de encima al productor para generar más entusiasmo para producir. Y ahí tenemos las retenciones como un elemento central que generan desincentivos y desacelera inversiones; sigamos por la macroeconomía y sus desajustes que hacen difícil trabajar. No podemos tener un tipo de cambio de ficción. Está claro que es una ficción porque cuando se quiere que el productor venda los granos hay que poner un valor distinto al que existe para sumar recursos al Banco Central.

Si queremos exportar más hay que forjarse metas, armar un equipo y con un cuerpo técnico, que en este caso es una decisión política, un buen conductor para generar la confianza suficiente y las reglas de juego claras y estables para comenzar a caminar.

Pensemos la potencia que tenemos en muchas cadenas del agro a pesar de todo. Imaginemos si lográramos condiciones distintas, porque los jugadores los tenemos. Hay que lograr un espíritu solidario para que los objetivos sean comunes y no se prioricen los intereses personales. Hay que transformar todo lo que producimos, generar trabajo, arraigo, defender las economías que la pasan peor como la lechería en este momento.

En definitiva podemos tener un buen equipo para ese mundial del agro, podemos ilusionarnos como fue con el equipo de Scaloni después de un fracaso como el de 2018. Pero sobre la base de la confianza y la certeza se pudo. Y esas son dos palabras clave para el agro. Con eso, en 4 años podemos estar en la final del mundo sin dudas".