Uno de los servicios públicos de mayor desigualdad entre lo que deben pagar los habitantes del AMBA y los de las ciudades del interior es el del transporte urbano de pasajeros.
En las últimas horas se conoció un informe elaborado por la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (Aaeta) con ancla en Ciudad de Buenos Aires y el conurbano, que reveló que allí el costo promedio que paga el pasajero es de $ 13. La cifra representa un tercio de lo que abona un riocuartense por el mismo servicio, para el cual debe destinar $ 42.
¿Por qué esa diferencia? Hay un par de razones centrales: la brecha en el reparto de subsidios y la cantidad de pasajeros que lleva un colectivo por kilómetro recorrido.
En Río Cuarto, este año el Municipio empezó a aportar $ 2 millones mensuales.
En el primer punto, las empresas del interior de Córdoba advierten que, después de una mejora aplicada este año en materia de fondos nacionales, cada coche percibe alrededor de 270 mil pesos mensuales, mientras que para una en AMBA la suma asciende a casi $ 800 mil.
En el informe de Aaeta se detalla que el boleto en realidad tiene un costo real de 136 pesos pero el pasajero que sube al colectivo paga poco menos del 10% de ese valor: 13 pesos. El resto representa subsidios y, según esa asociación empresaria, una parte de aporte de la empresa. La Nación le paga a cada pasajero 93,8 pesos cada vez que viaja en el AMBA, según ese mismo trabajo. Las transportistas resignan los restantes $ 29,2 que completan el valor real estimado.
En el caso de Río Cuarto, cada pasajero paga 42 pesos porque la Nación aporta significativamente menos por unidad. Incluso la relación entre lo que aporta por subsidios en cada jurisdicción y lo que tiene que abonar el pasajero guarda casi la misma relación de un tercio.
Aaeta indicó además que el sistema tiene un costo mensual de mantenimiento que equivale a $ 23.185,9 millones, de los cuales $ 18.214 millones son reconocidos por el Ministerio de Transporte de La Nación. Al tiempo que los $ 4.971,9 millones restantes los absorben las empresas y los pasajeros.
Sobre ese valor total hay en el interior una señal adicional de alerta para el año próximo porque el presupuesto elaborado por Economía y enviado al Congreso mantiene el mismo monto que en 2021. Los empresarios no creen que eso sea posible de sostener porque “implicaría una caída inmediata de muchas empresas en todo el país” y recuerdan que este año comenzó con una cifra que luego se reforzó y permitió oxigenar las cuentas de las empresas.
El tema entró en discusión en la Cofetra (Comisión Federal de Transporte) que integran todas las jurisdicciones y a través de la cual se pidió que de los 27 mil millones destinados al interior para este año se pase al menos a 35 mil millones de pesos. Si bien ese monto no refleja el proceso inflacionario del 52,5%, sí consideran que es suficiente para iniciar el 2022 y luego, si es necesario, aplicar un refuerzo como ocurrió este año.
Otro punto interesante del informe de Aaeta fue la comparación en dólares de lo que cuesta el boleto. Para eso tomó diferentes ciudades de la región, siendo en Buenos Aires US$ 0,13, en San Pablo US$ 0,85, en Santiago de Chile US$ 0,98 y en Montevideo 1,03 dólares.
“En el promedio, los usuarios pagan 13 pesos el viaje en colectivo, convirtiendo a Argentina en el país con el pasaje más barato de la región, según una comparación realizada en dólares”, destacó la publicación que en realidad confunde la Argentina con elAMBA.
En medio de esa situación los sistemas de transporte, en todo el país, buscan recuperar pasajeros, cosa que hasta aquí no lograron luego de la fuerte caída sufrida durante la pandemia.
Recuperar pasajeros, una misión para 2022
El servicio del transporte de pasajeros venía atravesando una serie de dificultades en los últimos años, que se profundizaron en el último año de la gestión del presidente Mauricio Macri cuando hubo una fuerte poda de los subsidios destinados al sistema y que impactó de lleno en el interior. Ese recorte implicó, como contracara, un aporte por parte de las provincias para compensar la caída y sostener los colectivos en marcha. Finalmente, el monto recibido por las empresas fue igualmente menor y las puso en una crisis severa.
Pero después llegó la pandemia y la situación de caída de ingresos se profundizó porque el servicio se paralizó primero y luego se puso tímidamente en marcha con muchas restricciones y pocos pasajeros. Actualmente, en RíoCuarto circula el 75% de los coches que circulaban antes de la pandemia, pero apenas se recuperó el 35% de los pasajeros.
A esa cifra se llegó a partir del normal funcionamiento de las escuelas, que dejaron de trabajar en burbujas y comenzaron a tener los cursos completos y por lo tanto hubo más estudiantes de primaria y secundaria en los colectivos. Faltaron los universitarios, que representan en Río Cuarto un caudal muy significativo, a lo que hay que sumar docentes y no docentes.
En definitiva, durante los días de semana, antes de la crisis del Covid-19, circulaban por la ciudad unos 40 0 45 coches más los refuerzos en horarios picos. Actualmente esa cifra llega a unos 30. Pero la gran diferencia existe en el corte de boleto. De lunes a viernes utilizaban el sistema de transporte urbano de pasajeros unos 40 mil riocuartenses; ahora la cifra apenas alcanza los 15 mil. Por eso la misión es intentar transportar más personas en 2022 para mejorar la ecuación, algo que no será fácil.
Gonzalo Dal Bianco. Redacción Puntal