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La campaña pasada cerró con precio récord de los subproductos de la soja

Se toma el procesamiento de la oleaginosa durante los últimos 12 meses, finalizado en marzo de este año. Desde el mes pasado comienza a computarse el nuevo ciclo. El 90% de la industrialización del poroto se da en Santa Fe

El viento a favor que tuvo -y aún tiene- la Argentina en la generación de dólares vía exportaciones agroindustriales tiene un factor central: el alto valor de los subproductos de la soja, en el marco del incremento general de los precios de las commodities.

De esta manera, el valor bruto de la producción de harina y aceite de soja alcanzó un récord en la campaña 2020/21 como consecuencia de mayores precios y una mayor industrialización a pesar de la caída en la producción del poroto de soja.

En los últimos años, particularmente a partir de la campaña 2016/17, el área sembrada de maíz creció en detrimento de la de soja, derivando en una mayor producción del cereal a nivel nacional y una caída en la de la oleaginosa. De esta manera, para la campaña 2020/21, por cada hectárea de maíz se sembraron 1,71 de soja, mientras que esta relación fue de 5,15 en 2008/09 y de 3,28 en 2014/15. Los datos surgen del último trabajo realizado por la Bolsa de Cereales de Córdoba.

En la molienda de soja se obtienen los principales productos exportables del país. En 2021, el 15% de las exportaciones argentinas fueron de harina de soja, el 9% de aceite y el 3,5% de poroto. Estos productos se ubicaron en el primer, tercer y quinto lugar.

En el ciclo comercial correspondiente a la campaña 2020/21, que abarca desde abril de 2021 a marzo de 2022, se industrializaron a nivel nacional 41 millones de toneladas de soja, un 9% más que el ciclo previo y apenas 3% por arriba del promedio de los últimos 8 ciclos.

El 90% de la industrialización de soja se llevó a cabo en la provincia de Santa Fe, mientras que el 7% se realizó en Córdoba y el 3% en Buenos Aires.

Las toneladas destinadas a este tipo de molienda en Córdoba se ubicaron un 11% por encima del promedio de las últimas 8 campañas, alcanzando un valor de 2,7 millones, cercano al récord de la campaña 2018/19. Una particularidad es que en Córdoba se produce el 31% del expeller de soja, siendo la principal elaboradora de este subproducto.

En cuanto a los incentivos para industrializar la oleaginosa, se observa que desde inicios del ciclo comercial de la campaña 2020/21, el aceite de soja presentó una mejora significativa respecto al valor del poroto sin procesar. Por otro lado, la harina de soja presentó una caída en relación con los primeros meses del ciclo comercial para luego revertirla a partir de diciembre de 2021, aunque manteniéndose por debajo del promedio.

Aceite de soja

En este contexto, la producción de aceite de soja resultó en un valor bruto de la producción de US$ 10.951 millones para el ciclo comercial 2020/21. Este valor presentó un aumento del 76% respecto a la campaña anterior. Por su lado, el mismo valor para la harina de soja se ubicó en US$ 12.661 millones, un 18% mayor que el del ciclo previo. La suma de los subproductos de la soja alcanzó un valor bruto de US$ 23.613, marcando un récord para la Argentina.

“Para medir el valor agregado de la industrialización de la oleaginosa, se compara el valor bruto de los subproductos del complejo sojero con las toneladas industrializadas al valor del poroto de soja, es decir, si se exportaran todas las toneladas como grano. La diferencia determina una aproximación al valor agregado de la molienda, que se ubicó un 26% por debajo del promedio de las últimas 15 campañas y para el ciclo comercial de la campaña 2020/21 fue de US$ 637 millones, apenas el 2,7% del valor bruto de los subproductos, lo cual se explica por el mayor precio del poroto sin industrializar”, concluyó el trabajo de la Bolsa de Cereales.