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"Jamás la investigación condujo al círculo íntimo"

La hermana de Mónica Ordóñez, encontrada asesinada brutalmente hace un año en una casilla del ferrocarril, a metros de la pasarela, reiteró sus sospechas sobre el padre

Al cumplirse un año del crimen de Mónica Viviana Ordóñez, quien fue encontrada brutalmente golpeada en una casilla del predio del ferrocarril, a metros de la pasarela, se realizó ayer una intervención artística en reclamo de justicia.

Familiares e integrantes del colectivo Ni Una Menos pintaron un mural en la casilla (donde funcionaba la báscula) en el predio de El Andino, unos 30 metros al sur de la pasarela que comunica el centro con barrio Alberdi, donde en la mañana del 5 de agosto de 2020 encontraron sin vida a la mujer de 35 años.

Mónica Ordóñez recibió varios golpes con un ladrillo en el rostro y la cabeza que le provocaron graves heridas y desencadenaron su muerte.

Soledad Ordóñez, hermana de Mónica, volvió a cuestionar la investigación que lleva adelante la Fiscalía de Instrucción de Tercera Nominación, a cargo de Fernando Moine.

“Jamás la investigación condujo al círculo íntimo de Mónica”, al apuntar a su padre, quien falleció recientemente.

En horas del mediodía de ayer se llevó adelante la actividad artística muy emotiva y cargada de dolor al haber pasado doce meses de impunidad.

Sobre la pared oeste de la casilla se colocó un mural con la imagen de Mónica, en señal de reclamo a los investigadores para que se avance en el esclarecimiento del homicidio.

Ordóñez fue encontrada sin vida en el interior de la garita por una mujer que estaba paseando su perro alrededor de las 9 de la mañana del 5 de agosto de 2020.

A escasas horas del asesinato, fueron detenidas dos personas que vivían en situación de calle en un vagón ubicado a pocos metros del lugar donde fue encontrada la víctima.

Con el paso de los días, fueron liberadas, aunque todavía están implicadas en la causa.

Luego la investigación avanzó hacia la expareja de Mónica, aunque un cotejo de ADN la desvinculó del homicidio.

Sospechas

Soledad reiteró sus sospechas respecto del padre de la víctima. “Apunto a él porque viví con él, lo conozco de chica y me abusó”.

“Hace un año que mataron a mi hermana y no hay nada, cero resultado. Hoy me encuentro muy confundida y dolida con la Justicia de Río Cuarto”, disparó Ordóñez con lágrimas en los ojos.

Insistió con la necesidad de que la carátula de la causa sea modificada a femicidio.

De acuerdo con la autopsia, la joven de 35 años recibió numerosos golpes en la cabeza y el rostro, presuntamente con un ladrillo.

“Yo necesito la verdad para que mi hermana descanse en paz”, dijo desconsolada Soledad mientras se realizaba la muraleada en el mediodía ventoso y soleado de agosto.

En diálogo con Puntal, Ordóñez pidió al fiscal que se investigue al padre de la víctima, quien falleció en marzo último. “Manipuló y embaucó a mucha gente hasta su muerte, pero también hay otras que no se animan a hablar, pero les pido que se presenten en la Justicia y aporten datos”.

Remarcó que desde un primer momento pidió a los investigadores que se siguieran todas las líneas de investigación, pero “jamás la investigación condujo al círculo íntimo”. “Siempre se buscó por fuera, jamás se lo investigó a él, quiero que lo investiguen, por más que esté muerto”.

Las integrantes del colectivo Ni Una Menos solicitan celeridad en la investigación, como así también la segunda etapa de la prueba genética que podría llegar al esclarecimiento del crimen.

Según las cámaras, dos personas salieron corriendo de la casilla donde fue encontrada sin vida

En la reconstrucción de las últimas horas de vida de Mónica Ordóñez, la Justicia logró recopilar algunos testimonios y las imágenes de la casilla de El Andino donde fue brutalmente asesinada.

Las cámaras del sector lograron captar que la mujer había ingresado a la garita alrededor de las 4 de la mañana y una hora después se observa a dos personas salir corriendo en direcciones opuestas.

Por la oscuridad de la noche y la lejanía de la toma, no se puede determinar la fisonomía de los posibles asesinos.

La mujer había intentado sacar dinero en un cajero y luego había comprado un test de embarazo en una farmacia del centro de la ciudad.

En su cartera nunca fue encontrada la compra realizada previamente.