“Con mucho orgullo hoy acepte en nombre de mi querida Aapresid la presidencia de Maizar. Es una gran responsabilidad y una enorme oportunidad. Argentina necesita desarrollo federal inclusivo y la gestión de la fotosíntesis a través de esta cadena es clave”, fue el breve mensaje con el que Pedro Vigneau anunciaba en sus redes sociales que reemplazaba a Alberto Morelli al frente de unas de las cuatro estratégicas cadenas de los granos del país.
El ex presidente de Aapresid dialogó con Tranquera Abierta sobre las expectativas que tiene para su nuevo cargo y las perspectivas que se abren tanto para maíz como para sorgo, los dos cultivos que representa Maizar.
“Es un desafío muy grande, una gran responsabilidad, pero hay un gran equipo, mucha gente muy capaz alrededor para lograr más eficiencia y competitividad en la cadena del sorgo y el maíz”, arrancó el flamante directivo.
¿Cómo imaginás este desafío?
Creo que las cadenas del sorgo y el maíz tienen mucho para ofrecerle a una Argentina que lo necesita; tienen mucha potencialidad para generar trabajo federal, inclusivo, en muchas provincias de nuestra patria. Y el desafío va a ser mostrar esa potencialidad a las autoridades para que no sucedan cosas como las que ocurrieron con la ley de biocombustibles, u otras temáticas que se abordaron en sentido contrario al que debería ser. Frente a un mundo que vira rápidamente hacia nuevos paradigmas, que tienen que ver con lo renovable, tener estas cadenas basadas en cultivos Carbono 4, con una eficiencia fotosintética superior que hace que desciendan sus huellas, son vehículos muy necesarios y la oportunidad es muy grande para aprovecharla y generar moléculas de valor mucho más allá de alimentos y combustibles a través de la bioeconomía. El desafío es grande, hay poco conocimiento, tenemos que medir mucho, hay que poner de acuerdo a muchos eslabones dentro de la cadena pero Alberto Morelli venía haciendo un trabajo muy interesante y pensamos seguir esa dinámica. Hay grandes oportunidades y mucha gente esperando verlas, y tenemos que convencer a los decisores para que las cosas sucedan.
Hay camino ya hecho, desde el grano del lote hasta múltiples transformaciones y productos...
En realidad arrana en los laboratorios, empieza en la genética. El concepto es amplio y esta es una cadena que obliga a salir del lote y pensar en cada uno de los eslabones que comienza antes que el lote y termina en infinidad de lugares. Es cada vez más amplio el abanico de opciones que surgen de estos cultivos. Hay una oportunidad inmensa y el mundo nos está dando un espaldarazo grande porque está cada vez más presente la necesidad de virar a estos paradigmas que cuiden nuestra casa común y el maíz y el sorgo tienen un rol muy protagónico en lo que tiene que ver con el sistema productivo argentino.
Por eso es un pecado que tanto grano vaya al puerto...
Totalmente. Más con los parámetros que tenemos hoy. No se entiende cómo no estimulamos la transformación en origen para generar menos huella. Es todo parte de estos desafíos que tenemos, y que debemos profundizar porque venimos trabajando mucho en todo esto. Tenemos que ser innovadores y llamar la atención para hacer ver la enorme oportunidad y generar las herramientas para que estas cosas sucedan.
Hay en los últimos años un crecimiento sin pausa de las hectáreas de maíz que mejoró mucho la relación con la soja...
Sí, y es muy positivo. A la soja no hay que demonisarla, pero dentro del sistema hacía falta un rebalanceo y evidentemente el maíz y el sorgo tienen mucho para aportar. Pero es muy importante la mirada sistémica. No es competir, sino coopetir, que es cooperar en la competencia. Otro jugaror clave es el sorgo que viene creciendo considerablemente a través de la demanda, sobre todo China. Y Argentina fue el país que más rápido ha reaccionado en ese sentido y hay que seguir estimulándolo. Hay que aprovechar estas oportunidades y hacerles ver a los decisores que esto va a suceder cada vez más. Debemos estar preparados y generar las herramientas para poder aprovecharlo.
Las cuatro cadenas de granos vienen de rechazar los cupos para exportar, ¿eso va a contrapelo?
Todo lo que sea limitar la competitividad nos aleja de la misión que tenemos como cadenas y lo tenemos que expresar. Si queremos que sucedan las cosas que hablamos antes, los caminos a andar tienen que ver con generar herramientas que lejos de complicar la gestión, faciliten y le den competitividad a los sistemas productivos. Por eso fuimos muy enfáticos en remarcar que hay caminos superadores y que este no es uno de esos.
Este rol nuevo tendrá más roce político que el de Aapresid, ¿lo imaginás así?
Sí, seguramente habrá que tener esa gimnasia. Pero adentro de la cadena hay mucha gente preparada, somos un buen equipo y creo que vamos a estar a la altura.