De acuerdo al documento que fuentes del caso le enviaron a la agencia Noticias Argentinas, el imputado por supuesto encubrimiento expresó que es adicto a las drogas al igual que sus hermanos.
El joven de 29 años afirmó que el jueves 18 de septiembre (un día antes de los homicidios) publicó un estado de WhatsApp con la imagen de un parlante, el cual fue visto por “estas personas”: “Al otro día, tipo 9 de la noche, me preguntan si les puedo alquilar el parlante, pero les dije que lo iba a preguntar con mis hermanos porque es de ellos”.
“Mis hermanos tienen problemas de drogas igual que yo, por lo que vimos una oportunidad para poder consumir”, admitió Giménez y agregó que coordinó un encuentro con una de los implicados para verificar el funcionamiento del aparato, pero “no entró a su casa” a raíz de que estaba “apurado”.
El fiscal le preguntó quién era la persona en cuestión y Ariel consignó que se trata de “Gonzalo”, un hombre de nacionalidad peruana que le compraba estupefacientes: “Arreglamos 30.000 pesos por el alquiler del parlante, 20.000 en drogas y 10.000 en efectivo”.
En este sentido, recordó que luego se tomaron “rápido” un remis y “no pudieron probar el parlante”, a la vez que “lo hizo bajar cuatro cuadras antes de llegar a la casa”, aunque “le entregó la plata y la droga”.
“Volví a mi casa y me junté con mi hermano, una amiga, y le entrego lo que me habían dado por el parlante a sus hermanos y, de ahí, me fui a la casa de una amiga mía; me quede toda la noche ahí”, añadió.
Gonzalo y Celeste Magalí González Guerrero (la mujer que rompió el pacto de silencio) debían devolverle el parlante a las 14, pero no se lo llevaron y sus hermanos empezaron a reclamarle, por lo que decidía comunicarse con los sujetos. La distancia entre el presunto pocero y Gonzalo es de diez cuadras. El comprador de la droga se “acercó hasta mitad de camino porque seguía apurado” a fin de darle el elemento, se encontraron y el involucrado le ofreció realizar un “trabajo” en su domicilio.
“Entramos y solo me muestra tierra que estaba al lado de un pozo ya tapado completamente, pero le faltaban dos centímetros para llegar a la superficie. Me dice ‘tenés que tirar esa tierra que esta ahí adonde esta el hueco ese’. Le contesté que sí porque necesitaba plata para drogarme”, sostuvo el sexto detenido.
Gonzalo “le ofreció una hamburguesa y un trago de vodka con gaseosa o jugo para cortarlo”: “Comí porque hacía días que no comía ni dormía por la droga, termino ese trabajo, me hizo correr una cama que había ahí, la corrí aproximadamente 2 metros o 3 metros”.
Celeste le pagó “45.000 pesos” y le entregó dos palas y un pico por parte del trabajo, objetos que “le venían bien para venderlos y seguirse drogando”. Las herramientas las vendió por la suma de 70 mil pesos. Por último, reconoció haber visto una camioneta similar a la Tracker en la puerta de la casa de Chañar 702, Florencio Varela.
“La idea era apretar a un tipo, no lastimar a las tres chicas”
Florencia, la sobrina de Lázaro Víctor Sotacuro (Guerrero lo ubicó por encima de “Pequeño J”) amplió su testimonio ante el fiscal Arribas y consideró que la droga “se la robaron” a Alex, uno de los nuevos sospechosos identificado por la Justicia y que es buscado junto a “Loco David”, también conocido como “El Tarta”.
“La idea era apretar a un tipo, no lastimar a las tres chicas”, dijo Ibáñez, quien está alojada en el penal de Magdalena.
El fiscal le exhibió una fotografía donde se observa caminar a dos hombres y dos mujeres, a lo que la acusada respondió que el sujeto de gorra gris y campera resultaría ser “El Duro”, sobre quien dice que tiene 30 y 40 años y sería peruano, “conocido por todo el barrio”, aunque negó que sea parecido a su tío Víctor por la contextura física.
Florencia aseguró reconocer en otra imagen a Matías Agustín Ozorio, el ladero de Tony Janzen Valverde Victoriano, que se encontraba en la puerta del lugar donde se cometieron los brutales crímenes.
“Mi tía Débora me pidió `reformatear` el celular de Víctor”, indicó, a la vez que agregó que “Alex” es el culpable de que ella aparezca en la Fox blanca y dijo que ambos se encontraban juntos en ese automóvil.
“Me quieren implicar en algo que yo no hice”, concluyó.