- Se acerca el período de definición para las elecciones legislativas. ¿Cómo está viendo el panorama de posibles alianzas en Córdoba?
- En principio, la situación de la democracia argentina es muy delicada, con situaciones que llaman poderosamente la atención y son muy alarmantes. La detención de siete militantes radicales la semana pasada que estaban trabajando en la calle repartiendo panfletos es grave. La violencia verbal por parte del presidente y una serie de situaciones, como por ejemplo gobernar a través de decreto de necesidad de urgencia, no es lógico. A eso se le agrega ahora los vetos. Entonces, digo, la Constitución pisoteada 100% agregándole la gravedad institucional de lo que significa evitar la transparencia porque la no votación de ficha limpia es un mal indicio. Flaco favor se le está haciendo a la democracia con todas estas situaciones. Y amerita que se levante bien alto, junto a la Celeste y Blanca, la bandera roja y blanca de lo que históricamente ha sido el radicalismo, garante de la democracia, de la decencia, de buscar el diálogo, de buscar la unidad nacional. Me parece que ahí es donde nos encontramos en este difícil momento en la Argentina.
- Pero el radicalismo a nivel nacional, por lo menos una parte, terminó siendo funcional al gobierno nacional porque le votó proyectos clave.
- Bueno, ahí hay una discusión, inclusive yo la planteo en términos personales. No quiero arrastrar a nadie, yo te hablo en nombre de Ramón Mestre. El radicalismo tiene que dejar de construir proyectos personales, tiene que trabajar defendiendo sus ideas, su doctrina, su historia. Nunca un radical va a poder estar en contra de la educación pública, de la salud, de los jubilados, de los trabajadores, de los jóvenes, de la diversidad. Nunca. Si eso sucede y dicen que son radicales, evidentemente están usando el radicalismo para una construcción personal. Inclusive, algunos diputados nacionales han demostrado que por más que se digan o se mencionen como radicales, no lo son, porque un radical no puede estar nunca en contra de lo que dice la Constitución y mucho menos en contra de todos estos planteos históricos que han sido las banderas que el radicalismo ha levantado. Me animo a decirte que estamos básicamente en una posición tal, que no hace más que llevar a hablar básicamente de transfuguismo político. Porque si a vos te eligieron para defender la bandera del radicalismo y vos vas a ser funcional a un proyecto que no tiene nada que ver con el radicalismo, entonces se puede hablar de transfuguismo. Nos eligieron para ser oposicion. Eso no quiere decir que seamos destructivos, que seamos obstructivos. No, las cosas que están bien las acompañemos. Vamos a ser los primeros, pero no en el marco de lo que se está planteando. Si conseguís el superávit en detrimento de la educación y la salud, te estás equivocando de prioridades. Lo que la Argentina tiene que intentar hacer es generar actividad económica, no de la renta financiera solamente, fundamentalmente tiene que incentivar la actividad productiva. Hoy tenemos posiciones dogmáticas, posiciones muy pero muy ideologizadas como las que plantea el presidente en el marco de la ultraderecha y en donde evidentemente algunos radicales se han sumado a eso. Estamos en una instancia pendular donde de un lado pareciera que está Milei y del otro lado está Cristina. El radicalismo tiene que hacer el esfuerzo de intentar reconstruirse, reinventarse, pero defendiendo siempre las ideas, es decir, planteando básicamente más radicalismo.
- En Córdoba se está hablando de una alianza del radicalismo con La Libertad Avanza para las legislativas.
- Yo no comparto en absoluto un acuerdo con La Libertad Avanza. Y también creo que no es momento de hacer una alianza con el PRO. El PRO está desdibujado. El PRO ha tenido posiciones muy ambivalentes. En Córdoba, no nos olvidemos que cuando nos tocó gobernar los socios de esa coalición parecía que era Schiaretti y no los radicales. Es decir, muchas de las cosas que hoy se queja Macri es lo que les pasó a los radicales con él. Me parece que está tomando en su propia medicina. Mientras tanto que alguien me explique por qué hay tres ministros del PRO en el gobierno del cordobesismo. Y hay cuatro diputados provinciales que fueron electos en Juntos por el Cambio pero que hoy votan distinto de lo que prometimos y planteamos. Es decir, algunos están con La Libertad Avanza y otros con el cordobesismo. Entonces, claramente me parece que hay que tener una posición clara. A lo mejor alguno puede pensar que tenemos olor a naftalina, a lo mejor alguno puede pensar que nosotros estamos en condiciones de llevarlo a una catástrofe absoluta al radicalismo. El radicalismo está muy mal. Nosotros lo que tenemos que tratar de hacer es de lograr votos genuinos. Nosotros lo que necesitamos es lograr votos genuinos, que la gente nos acompañe sobre la base de nuestras ideas. ¿Qué quiere decir esto? Si nosotros, como dijo en algún momento en la historia, tenemos que perder 1.000 gobiernos lo haremos pero que se defiendan los principios. Es lo que tenemos que hacer. Yo prefiero ir con la lista tres y saber que los que vayan en nombre de la Unión Cívica Radical, van a cumplir acabadamente con las ideas y la doctrina del radicalismo y no prestarnos a construcciones que hasta ahora, lamentablemente lo tengo que decir, no nos han llevado a ningún lado.
- ¿Tiene que ser una lista puramente radical, sin sondear alianzas con otros partidos?
- Pero es que, a ver, en la provincia Milei cuenta con un apoyo, diría, demasiado alto para lo que uno observa con el aumento generalizado de precios, con la recesión total que hay, con el hambre. Yo no he visto hace mucho tiempo el hambre que veo hoy. A mi me enseñaron de chico que ser radical significa que cada vez que vos ves una necesidad tenés que extender la mano y estar ayudando y tratando de levantar a esas personas y ver cómo hacemos para que juntos saquemos el país de adelante. Bueno, pues bien, veo cosas que nunca antes había visto. Entonces, digo, si La Libertad Avanza, a pesar de todas estas cosas, concita un apoyo que puede estar en el 30, 35, 38%. Si, además, el candidato es Schiaretti, el peronismo puede andar en lo mismo. Si no es Schiaretti va a andar un poco por debajo. Pero van a llevarse el 70 por ciento de los votos entre los dos. No quedan muchos participantes. Ahí queda el radicalismo, queda el Pro, queda la izquierda, la Coalicion Cívica y el kirchnerismo. Creo que el kirchnerismo ha terminado o debiese de terminar. Y creo que nosotros tenemos que tratar los radicales de llevar adelante la posibilidad de volver a reivindicar la histórica bandera que el radicalismo ha levantado y yo estoy dispuesto a hacerlo. No me estoy candidateando para nada, no estoy hablando en términos personales, estoy hablando en este caso de un proceso. Me voy a someter a lo que diga el congreso partidario. Nosotros queremos una interna, lo venimos planteando hace 3 meses. Las autoridades actuales están dilatando el proceso para tratar de ganar tiempo y ver si pueden llevarlo a esto a una decisión entre cuatro padres y entre 110 personas. Y en realidad los que deberían de decidir son los afiliados y los independientes, fundamentalmente para seleccionar quiénes van a ser los candidatos, porque no quiero que nos vuelva a pasar lo que nos está pasando hoy:votamos a radicales para que levanten la mano para defender la educación y no solamente que trabajaron en contra, sino que inclusive apoyaron el veto en contra del financiamiento universitario. Creo que con esto soy más que elocuente, más que claro sobre qué es lo que creo que nosotros tenemos que hacer.