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Los decanos hicieron foco en los nuevos desafíos educativos y el contexto económico y de conflictividad universitaria

Las nuevas autoridades de las cinco facultades describieron la necesidad de aggiornar la oferta académica con las nuevas tecnologías y las demandas de los alumnos. Asumieron Mana en Económicas; Liboa en Agronomía y Veterinaria; Barros en Exactas; Santos en Humanas y de la Barrera en Ingeniería

Los discursos durante las ceremonias de asunción de las autoridades de las 5 facultades de la Universidad Nacional de Río Cuarto tuvieron algunos ejes en común. Los flamantes decanos hicieron referencia, de forma reiterada a dos ideas centrales: los desafíos de los nuevos tiempos para que la educación superior siga siendo una opción que brinde posibilidades de crecimiento personal y social; y la crisis en la que están sumidas las casas de altos estudios por falta de presupuesto y bajos salarios para su plantel de personal. Incluso, en los primeros mensajes de los nuevos decanos uno y otro eje aparecieron interrelacionados.

El primero en asumir su nuevo rol, de acuerdo al cronograma prestablecido fue el decano de Agronomía y Veterinaria, Rosendo Liboa y su vice, Ana Llames. En su discurso, Liboa, cuyo mandato se extiende hasta el 4 de mayo de 2027, refirió a que pocos de quienes concluyen la escuela secundaria ingresan en la universidad y planteó que tampoco son para celebrar las cifras de graduación profesional. En este escenario, anunció que habrá preingreso desde el último año del secundario, para disminuir la deserción en el primer año de las carreras, y que a los estudiantes “los contendremos y les exigiremos” en pos de que los egresados tengan un nivel de excelencia. Aseveró que en la crítica situación actual son necesarios el asociativismo y el compromiso, tanto orientados a la educación formal como a la capacitación para el trabajo.

El decano de Agronomía y Veterinaria apuntó que “la deserción es del 30 por ciento promedio en nuestra facultad, o sea que si en primer año entran mil, en segundo quedan 700”. “No podemos permanecer indiferentes, debemos trabajar para evitar el fracaso”, manifestó. Por ello, “implementaremos un programa de articulación para que los estudiantes se preparen desde el último año del secundario”. Para“fortalecer el preingreso” se apelará a la enseñanza a distancia, de manera que “podrán prepararse desde sus casas y sin costo para la familia”. Habrá una “fuerte actividad académica en el primer mes de la vida universitaria”; la vara alta constituirá “una forma de honrar la posibilidad, que muchos no tienen, de estudiar en la universidad pública”. “Acompañaremos, contendremos, pero exigiremos para el egreso de profesionales que estén a la altura de las demandas del país”, subrayó.

La flamante máxima autoridad de la FAV hizo saber que en tiempos en que “se multiplica la oferta universitaria” y “quienes tienen dinero cuentan con cada vez más opciones” se impone “ser competitivos, aunque el término pueda asustar a alguien”. Asumido que “el bien superior es la formación de nuestros estudiantes”, y prometió: “Militaremos la causa de aulas y laboratorios abiertos”, avisó.

Económicas

En el segundo turno, el reelecto decano Guillermo Mana, esta vez acompañado por el vicedecano Iván José Capaldi, reasumió en la Facultad de Ciencias Económicas por un nuevo período de tres años.

Al igual que las demás, la ceremonia de asunción de las nuevas autoridades de Ciencias Económicas tuvo lugar en el aula magna de la Facultad de Agronomía y Veterinaria. Tras los agradecimientos a su equipo de colaboradores y a su familia, Mana advirtió que venía “un tiempo de transformación. La educación ya no será como la conocemos. Nos va a gustar más o nos va a gustar menos, pero va a ser distinta. No podemos rechazar el cambio”. Agregó que la llegada de la inteligencia artificial obligaba a la Facultad a prepararse “para un mundo diferente”, y afirmó: “No podemos mantener a nuestros jóvenes en el siglo XX. Tenemos que hacer que los chicos vuelen con las nuevas tecnologías, con las nuevas formas de aprender”, para que “puedan ser profesionales exitosos en un mundo real y no en el mundo que imaginamos nosotros”.

Exactas

Horas más tarde, en el mismo lugar, se concretó el acto de asunción de Germán Gustavo Barros, como nuevo decano de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales. Se hizo cargo de la conducción de esta unidad académica acompañado por la flamante vicedecana Cintia Elizabeth Paisio.

Al momento de su discurso y en tono crítico, Barros expresó: “El escenario actual en materia política, económica y social de nuestro país en general y de la educación superior en particular, no es el más propicio para encarar la gestión de una unidad académica”.

“Desde hace mucho tiempo el presupuesto universitario ha sufrido una importante disminución, hasta el extremo de tener que funcionar con presupuestos reconducidos muy alejados de la realidad. A esto se le sumaron procesos inflacionarios atroces, que no solo impactaron en la universidad y su normal funcionamiento, sino que empujaron a un alto porcentaje de la población a la pobreza y a la indigencia con cifras vergonzosas y dolorosas como que 6 de cada 10 niños en Argentina son pobres”.

“Cierto es que en los últimos meses se aumentaron las partidas presupuestarias para las universidades, lo que permitió ajustar diversos rubros como los servicios, pero sigue sin considerarse la situación salarial de los trabajadores docentes y no docentes universitarios, con varios cargos y dedicaciones que se encuentran por debajo del índice de pobreza”.

“El desfinanciamiento del sistema científico tecnológico y de innovación impacta en el trabajo de los nutridos equipos de investigación, afectando no solo el avance del conocimiento científico, sino también el normal desenvolvimiento de las carreras de posgrado tan relevantes en nuestra unidad académica”, advirtió Barros.

“La Educación Superior debe ser una protagonista activa en la construcción de una sociedad más justa, inclusiva y con cohesión social. Pero para esto, no sólo debemos puntualizar los factores externos negativos, sino que nos debemos una profunda autocrítica interna, superar problemas feno-estructurales que aún persisten y diseñar nuevos contratos fundacionales y pactos académicos, acordes con los nuevos tiempos”.

Humanas

La cuarta ceremonia del día fue la de asunción de las autoridades de Ciencias Humanas: el decano Cristian Santos y la vicedecana Silvina Barroso. Un hecho distintivo fue que ambos compartieron la lectura del discurso y alternaron el uso de la palabra.

“Universidad Pública, Facultad de Humanas, que asume una responsabilidad inclaudicable con la democracia y con la democratización, que lucha y que enseña en la dignidad y en el compromiso con la justicia social, la ampliación de derechos y la inclusión”, remarcaron como punto de partida las nuevas autoridades de la facultad.

“¿Hay algo que se parezca más al amor, que la forma en que pensamos y vivimos la universidad pública y el conocimiento social? ¿Algo más revolucionario que el amor? ¿Algo más revolucionario que el sentido más profundo de la universidad pública argentina? ¿Algo más hermoso que el conocimiento público? ¿Hay acaso algo a lo que se le tema más cuando no se piensa la vida desde los bienes comunes, desde la democracia y la democratización con sentido crítico, desde lo colectivo y lo solidario?”, se preguntaron.

“Un futuro mejor en materia educativa, en la construcción de un sistema de salud más inclusivo y cuidado, un ambiente natural más respetado, una sociedad más empática, soberana, justa y formada en derechos; ése es el compromiso de las ciencias sociales y humanas y el nuestro como responsables de la gestión académica y de la formación de profesionales de la educación y de las ciencias sociales para un mundo más justo”, indicaron Santos y Barroso.

“La Universidad pública argentina ha sido, por generaciones, acaso la más importante plataforma para el ascenso social: el acceso a un título, a la habilitación para el ejercicio profesional, a construir redes de trabajo y de producción, al progreso personal y familiar, al conocimiento de excelencia y a la tecnología necesaria para resolver problemas concretos de la sociedad en ese diálogo genuino que recién mencionamos. Pero sin salarios dignos, no hay Universidad pública posible. No hay desarrollos científicos ni ciencia soberana”, alertaron.

Las nuevas autoridades de Humanas finalmente puntualizaron: “La Universidad pública debe ser transformadora y debe también transformarse; el mundo de hoy nos desafía hacia carreras más cortas, a nuevos modos de enseñanza y de aprendizaje, a la integración disciplinar, a incorporar las tecnologías y a la formación continua. Sin olvidar jamás que nuestra prioridad es el grado y que toda institución educativa se debe, primero, a sus estudiantes”.

Ingeniería

Por último, llegó el turno de la Facultad de Ingeniería, ya en horas de la tarde, en la que asumieron como nuevas autoridades Pablo de la Barrera y Sebastián Robledo.

De la Barrera recordó que “la historia nos ha demostrado que a través de la educación pública, gratuita y de calidad, se forjan las bases del progreso de nuestro pueblo y es nuestro deber seguir fortaleciendo este legado”.

Y agregó: “Nuestra facultad debe estar a la vanguardia del conocimiento, respondiendo a las necesidades de un mundo en constante cambio. Es por ello que nos proponemos continuar con la actualización y modernización de nuestros planes de estudio, tanto en grado como en posgrado, asegurando que sean flexibles y pertinentes para los desafíos actuales y futuros. Sabemos que el corazón de la excelencia académica reside en nuestros docentes, por lo que también trabajaremos incansablemente en su formación y desarrollo profesional, potenciando su capacidad para inspirar y guiar a nuestros estudiantes”.

Destacó que “la innovación en el aula será otra de nuestras prioridades. No podemos quedarnos atrás en un entorno cada vez más digitalizado y conectado. Debemos implementar metodologías educativas que integren tecnología de punta. Asimismo, trabajaremos para internacionalizar nuestras ofertas académicas, abriendo nuevas puertas a la colaboración global y asegurando que nuestros estudiantes y docentes puedan participar en redes de conocimiento a nivel mundial”.

Más tarde indicó que “el segundo gran objetivo de nuestra gestión será potenciar la vinculación con el medio y la transferencia de conocimiento. La Facultad de Ingeniería debe ser un actor clave en el desarrollo socioeconómico de nuestro país”.

Pero finalmente se refirió al contexto y señaló: “Sin embargo, no podemos avanzar hacia estos objetivos sin reconocer una realidad que afecta a la comunidad científica universitaria argentina: la falta de fondos suficientes para el funcionamiento adecuado de nuestras universidades y centros científico-tecnológicos, y para garantizar sueldos dignos a quienes trabajan en ellos. Porque debemos ser claros: sin sueldos dignos, no hay educación de calidad. La calidad académica no puede sostenerse si nuestros docentes, investigadores y personal no docente no reciben una remuneración justa que reconozca su fundamental labor. La precarización de los salarios y la falta de recursos limitan nuestro potencial, poniendo en riesgo no sólo el futuro de nuestros estudiantes, sino también el desarrollo del país en su conjunto”.