En semipenumbras, prácticamente despoblado, y en medio de un silencio que sólo se quiebra cuando desde el interior de algún despacho se filtran una voz o una risa algo subidas de tono. Así luce el centenario edificio de Tribunales los últimos días de enero, en plena feria judicial.
Es una calma aparente. En el subsuelo, debajo de la imponente escalera de mármol, el Juzgado de Violencia Familiar no se toma vacaciones: en lo que va del año y cuando a enero aún le faltaban tres días hábiles allí ya habían recibido la friolera de 436 denuncias por violencia familiar.
El dato no deja de ser un número, pero cobra otra dimensión si se lo compara con el mismo mes del año pasado cuando se registraron 400 denuncias. Y más aún si la estadística se remonta a los períodos anteriores.
Año a año viene registrándose un incremento del diez por ciento de las denuncias por violencia familiar, confirmaron en el juzgado que durante la feria quedó a cargo del juez de Ejecución Penal, Gustavo Echenique Esteve.
Son mujeres de Río Cuarto y de las localidades cercanas que, cansadas de soportar en silencio agresiones de sus esposos o exparejas, acudieron a las comisarías y se animaron a denunciar.
Más allá de que la Ley de Violencia Familiar contempla diferentes modalidades, Echenique Esteve destacó que predominan las situaciones de violencia física en presencia de los hijos, con las consecuencias psicológicas que eso acarrea para todo el núcleo familiar.
La barandilla del subsuelo se convierte así en una trinchera donde se toman contra reloj medidas que buscan contener a la víctima y evitar una espiral de violencia.
Allí, Marcela Ortiz, la secretaria del Juzgado, atiende al cronista de Puntal con rostro amable y cansado. “Tenemos poco tiempo, estamos muy atareadas”, avisa.
A esa misma hora de la mañana, los programas de chimentos de Buenos Aires no cesan de replicar la denuncia que esta semana radicó la expareja de Rodrigo Romero, el joven de 21 años que protagonizó la película “El Potro, lo mejor del amor”. En el piso está la mujer que lo denunció, y las redes sociales se hacen eco al instante.
Ortiz aclara que no puede aportar datos sobre casos particulares. Prefiere analizar el fenómeno social que por estos días los tiene tan ocupados.
-¿Cómo ven que los episodios de violencia familiar se expongan en las redes sociales?
-Son recursos que utiliza la víctima como forma de pedir ayuda. Lo fundamental es que esté radicada la denuncia como forma prioritaria. Es lo que tiene mayor peso. En todo caso ponerlo en las redes sociales es una decisión personal de cada víctima.
-¿A qué atribuyen el aumento interanual de denuncias por violencia familiar en los tribunales de Río Cuarto?
-Lo atribuimos, en principio, a una mayor visibilización del problema. La notoriedad que ha alcanzado es un factor muy positivo. Se trata de un flagelo que antes estaba invisibilizado o subestimado y hoy vemos que está instalado en los medios. Eso colabora a que las víctimas superen el miedo a denunciar.
-Las denuncias de actrices y personajes famosos también parecen alentar a que estos delitos no queden entre cuatro paredes.
-Sí, es un factor importante, pero vemos también que además de denotarlo en los medios y en las redes hay confianza en la Justicia y en las instituciones para resolver esta problemática. Es ahí donde se dictan las órdenes de restricción, donde las víctimas pueden incorporarse a grupos de autoayuda o pedir asistencia letrada gratuita, todo eso hace que se confíe en el sistema.
-¿Dónde se toman las denuncias por violencia familiar?
-Se formalizan en las unidades judiciales o comisarías desde las cuales hacen una doble comunicación, una al juzgado con competencia en violencia que adopta las medidas cautelares para evitar la reiteración de hechos, y por otro lado, se comunican al Ministerio Público Fiscal que investiga esos hechos prima facie delictivos, dispone el fichado y prontuariado del denunciado, la recepción de declaración, la designación de abogado defensor y en su caso la medida de coerción, si lo estima necesario.
Ortiz aclaró que de las más de 400 denuncias que llegaron al juzgado, sólo en un porcentaje minoritario se llegó a la detención de los denunciados.
El dato no deja de ser un número, pero cobra otra dimensión si se lo compara con el mismo mes del año pasado cuando se registraron 400 denuncias. Y más aún si la estadística se remonta a los períodos anteriores.
Año a año viene registrándose un incremento del diez por ciento de las denuncias por violencia familiar, confirmaron en el juzgado que durante la feria quedó a cargo del juez de Ejecución Penal, Gustavo Echenique Esteve.
Son mujeres de Río Cuarto y de las localidades cercanas que, cansadas de soportar en silencio agresiones de sus esposos o exparejas, acudieron a las comisarías y se animaron a denunciar.
Más allá de que la Ley de Violencia Familiar contempla diferentes modalidades, Echenique Esteve destacó que predominan las situaciones de violencia física en presencia de los hijos, con las consecuencias psicológicas que eso acarrea para todo el núcleo familiar.
La barandilla del subsuelo se convierte así en una trinchera donde se toman contra reloj medidas que buscan contener a la víctima y evitar una espiral de violencia.
Allí, Marcela Ortiz, la secretaria del Juzgado, atiende al cronista de Puntal con rostro amable y cansado. “Tenemos poco tiempo, estamos muy atareadas”, avisa.
A esa misma hora de la mañana, los programas de chimentos de Buenos Aires no cesan de replicar la denuncia que esta semana radicó la expareja de Rodrigo Romero, el joven de 21 años que protagonizó la película “El Potro, lo mejor del amor”. En el piso está la mujer que lo denunció, y las redes sociales se hacen eco al instante.
Ortiz aclara que no puede aportar datos sobre casos particulares. Prefiere analizar el fenómeno social que por estos días los tiene tan ocupados.
-¿Cómo ven que los episodios de violencia familiar se expongan en las redes sociales?
-Son recursos que utiliza la víctima como forma de pedir ayuda. Lo fundamental es que esté radicada la denuncia como forma prioritaria. Es lo que tiene mayor peso. En todo caso ponerlo en las redes sociales es una decisión personal de cada víctima.
-¿A qué atribuyen el aumento interanual de denuncias por violencia familiar en los tribunales de Río Cuarto?
-Lo atribuimos, en principio, a una mayor visibilización del problema. La notoriedad que ha alcanzado es un factor muy positivo. Se trata de un flagelo que antes estaba invisibilizado o subestimado y hoy vemos que está instalado en los medios. Eso colabora a que las víctimas superen el miedo a denunciar.
-Las denuncias de actrices y personajes famosos también parecen alentar a que estos delitos no queden entre cuatro paredes.
-Sí, es un factor importante, pero vemos también que además de denotarlo en los medios y en las redes hay confianza en la Justicia y en las instituciones para resolver esta problemática. Es ahí donde se dictan las órdenes de restricción, donde las víctimas pueden incorporarse a grupos de autoayuda o pedir asistencia letrada gratuita, todo eso hace que se confíe en el sistema.
-¿Dónde se toman las denuncias por violencia familiar?
-Se formalizan en las unidades judiciales o comisarías desde las cuales hacen una doble comunicación, una al juzgado con competencia en violencia que adopta las medidas cautelares para evitar la reiteración de hechos, y por otro lado, se comunican al Ministerio Público Fiscal que investiga esos hechos prima facie delictivos, dispone el fichado y prontuariado del denunciado, la recepción de declaración, la designación de abogado defensor y en su caso la medida de coerción, si lo estima necesario.
Ortiz aclaró que de las más de 400 denuncias que llegaron al juzgado, sólo en un porcentaje minoritario se llegó a la detención de los denunciados.