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"Hay que poner más empeño sobre la acción de la Justicia y los casos de violencia"

Lo dijo el padre Jorge Luis Basso, quien en breve dejará la ciudad para radicarse como párroco en La Carlota

Tras permanecer 14 años en la iglesia Nuestra Señora de Luján y San Martín de Porres de Río Cuarto, el padre Jorge Luis Basso asumirá en breve al frente de la parroquia La Merced de La Carlota. En diálogo con Puntal, el sacerdote dijo que seguirá un año más como referente de Cáritas y se refirió a los múltiples desafíos de la sociedad actual. En ese sentido, consideró que hay que poner más empeño sobre la acción de la Justicia y los casos de violencia que han ganado espacio entre los ciudadanos.

-¿Cómo toma su salida de Río Cuarto después de tantos años en la ciudad?

-En Río Cuarto he estado bien, contento de estar y de vivir, de hacer lo que hice y de sentirme acompañado por otros sacerdotes y el obispo. Ahora, el rol de volver a una ciudad más chica implica conocer el pueblo, sus familias e instituciones y, a partir de eso, sumarme al camino de fe y pastoral que la comunidad viene viviendo. No es que todo va a cambiar porque yo llegue, sino que me voy a sumar a lo que ya viene ocurriendo en La Carlota. Obviamente que también aportaré mi experiencia y los dones que Dios me ha dado.

-En el caso de Cáritas, ¿va a seguir como vicepresidente?

-Según lo pautado con el obispo, voy a seguir un año más. Se van a cumplir 14 años desde que empecé en Cáritas y creo que es necesario que el obispo nombre para 2023 a otra persona con otro equipo de trabajo para que se pueda continuar con la tarea, que es hermosa, pero muy exigente. Creo que la sangre nueva ayudará a potenciar lo que hemos hecho durante todo este tiempo.

-¿Qué destaca de su paso por la ciudad, tanto a nivel parroquial como en lo que se refiere a Cáritas?

-La posibilidad que Dios me regaló de conocer gente de la ciudad. Soy nativo de un pueblo y la posibilidad de vivir en la ciudad fue muy buena, especialmente por haber estado en un barrio muy lindo que, si bien está cerca de la plaza central, tiene espíritu y vida de barrio. Allí uno se conoce con los vecinos, sabe sus nombres y los ve todos los días. Eso para mí fue muy bueno. La ciudad le agrega un plus que tiene que ver con la posibilidad de participar de otras instituciones como la Pastoral Social de la Iglesia y el Consejo Económico y Social. La participación también a través de los medios de comunicación, que siempre me han dado espacios para dar a conocer lo que hace la Iglesia y su pensamiento sobre muchos temas.

-El estar en Cáritas lo puso en contacto con la realidad más dura, es decir, ha estado más vinculado con las necesidades de la gente…

-El rol que ejercí en Cáritas es el de animar, junto con la comisión diocesana, a las Cáritas parroquiales. Hay un montón de sacerdotes que por allí no aparecen tanto en los medios, pero que trabajan cara a cara y día a día en la realidad de las familias más necesitadas y de las personas vulnerables, y eso también es muy valioso. El conocimiento que uno ha ido teniendo de muchas situaciones tiene que ver con ese trabajo en comunión que nos permite ayudarnos de distintas maneras. Lo mismo sucede con el tema de Cocaen (organización que se ocupa de facilitar el acceso a medicamentos), que ahora está bajo el acompañamiento de Cáritas. Hemos podido integrar en el tema de la caridad varias áreas de seguimiento y de acompañamiento que tienen que ver con servir a los barrios a través de los curas parroquiales que están allí.

-A partir de ese trabajo, ¿cree que la sociedad debería ser un poco más solidaria o se ha mejorado en los últimos tiempos en cuanto a las respuestas frente a las cada vez mayores necesidades?

-Lo que pude ver en todo este tiempo es la existencia de una solidaridad que está activa en momentos puntuales de una manera muy fuerte. Siempre que hay algún pedido puntual, como puede ser por la salud de algún niño, la gente acuda masivamente a ayudar. Me parece que falta que esa ayuda sea más permanente. En Río Cuarto han surgido muchas organizaciones de distinto tipo que apuntan a ayudar a los que más necesitan. Por allí haría falta un mayor conocimiento de las mismas y un trabajo en red entre todas. En eso hemos avanzado algo con el Municipio, pero creo que hay que seguir fortaleciéndolo.

-¿Cuáles son los desafíos que tiene la Iglesia?

-El Papa nos dice que nosotros tenemos que volver a salir a la calle, a hacer la misión que nos corresponde como Iglesia. Francisco puso una imagen que a mí me gustó mucho y que es la del hospital de campaña. Cuando uno ve las películas de la guerra, el hospital de campaña busca dar una respuesta a los heridos en el campo de batalla. Siguiendo esa imagen, la Iglesia ya está trabajando en eso de acompañar y cuidar a los heridos de la sociedad, pero hay que seguir profundizando esa tarea. Si bien las respuestas son adecuadas, tienen que profundizarse más porque cada vez hay más heridos en la sociedad. Hoy la preocupación pasa por el hambre y la falta de trabajo, pero también por las adicciones. De hecho, lo del juego online vino a complicar un poco más el tema de las adicciones. Asimismo, se nota mucho en los niños el abandono por parte de las familias y la soledad, porque no hay nadie en casa o porque pese a haber alguien en casa el chico no es registrado como alguien importante o que necesita ser acompañado. También está el tema de los suicidios que, aunque no se habla tanto en la ciudad, ocurren. La otra preocupación sobre la que hay que poner mucho empeño y una mirada más profunda es el tema de la acción de la Justicia y los casos de violencia que golpean tan duramente a la sociedad. De hecho, la Iglesia misma ha sido golpeada por el asesinato del padre Coqui (Vaudagna), que todavía sigue sin resolverse. Casos como este han ocurrido varios en Río Cuarto. Por eso, hay que seguir trabajando. Mientras la sociedad busca como ponerse de pie, hay muchos que terminan inclinados ante distintas esclavitudes y hay que darles la mano para que se puedan levantar y que sigan caminando con mayor libertad.

Lo que pude ver en todo este tiempo es la existencia de una solidaridad que está activa en momentos puntuales de una manera muy fuerte Lo que pude ver en todo este tiempo es la existencia de una solidaridad que está activa en momentos puntuales de una manera muy fuerte

-Mencionaba lo del juego online, que se sancionó de manera exprés, sin un debate de fondo, sin una convocatoria seria a referentes sociales. Sin embargo, hay otros temas con los que se siguen dando vueltas y no se aportan soluciones…

-Me parece que, en ese sentido, el Consejo Económico y Social cumple un rol muy importante. Ojalá que pueda seguir adelante. Es fundamental que el Consejo siga poniendo en la mesa de debate algunas cosas. Hace cuatro años dijimos que la representación de nuestros gobernantes parecía estar cada vez más lejos del pueblo. Después de tanto tiempo, ese tema está puesto en la agenda pública, aunque todavía no se estén dando otros pasos. Hoy la gente va tomando conciencia de cómo la representación ciudadana no está siendo acorde a las necesidades de los ciudadanos. Por allí se plantean otras urgencias que no son debatidas en la sociedad y, entonces, la sociedad también tiene que madurar para que los representantes puedan escuchar las necesidades del pueblo. Monseñor Angelelli solía decir que hay que tener una oreja en el Evangelio y otra oreja en el pueblo. Me parece que los representantes podrían tener también una oreja en el Evangelio y otra en el pueblo, porque salen de ese pueblo y representan a ese pueblo. En la medida en la que no lo hagan adecuadamente, la representación democrática se va vaciando o enturbiando y la gente va perdiendo la confianza en la representación, lo que hace que, en el fondo, se generen vacíos que a veces son ocupados por expresiones más violentas, prepotentes y que no tienen que ver con el sentido democrático, sino con cuestiones ideológicas que se imponen cueste lo que cueste, a presión.

Despedida

Finalmente, cabe decir que el padre Jorge Luis Basso se despedirá de la comunidad de San Martín de Porres de Río Cuarto el sábado 5 de febrero con una misa a las 19 horas. Posteriormente, si las condiciones sanitarias lo permiten, habrá un encuentro entre los presentes.

A la vez, el domingo 6, presidirá las tres misas habituales.

En tanto, el viernes 11 de febrero asumirá al frente de la parroquia La Merced de La Carlota, en una celebración que estará encabezada por el obispo Adolfo Uriona.