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Dictarán talleres de construcción con barro para promover la permacultura

Destacan sus facultades en relación al cuidado del medio ambiente y como una alternativa para levantar una casa más económica. Ya se hicieron salones y algunas viviendas con esta técnica

Desde el vivero comunitario Wichán Ranquén desarrollan una iniciativa que promueve la permacultura y la autoconstrucción a partir del uso de elementos como el barro. Este proyecto contempla la realización de construcciones en espacios de trabajo territorial y en el inicio de talleres para la difusión y formación de este tipo de obras.

Franco Altamirano, referente del vivero Wichán Ranquén, junto a quienes vienen trabajando sobre la temática, se capacitan desde el año 2007 cuando realizaron un documental sobre construcción natural en la sierra chica de Córdoba, e investigaron sobre el uso de elementos reciclados o sacados de la naturaleza. Ese año visitó el espacio del Wichán Ranquén Jorge Belanko, uno de los promotores a nivel nacional de este tipo de usos.

Actualmente, desde su espacio, están trabajando en la construcción del comedor de Los Orillas, en el sector de la Avenida Argentina. “Estamos juntando palets de madera para la estructura, y con 50 haremos un saloncito de 4 x 6 metros, para que puedan tomar allí la leche los chicos”, indicó Altamirano, y señaló que “la intención es que la gente vea cómo es la construcción y lo tome como alternativa para levantar su casa”. 

Del mismo modo, indicó que realizarán una campaña para difundir el uso del barro y “a medida que se crezca en el proyecto, se realizarán talleres de permacultura básica y autoconstrucción, porque es mucha la necesidad de viviendas que hacen falta, al menos de casas dignas, más en los barrios”, destacó.

En este sentido, Altamirano reflexionó: “Es indignante lo que hay que pagar por algo que todos los humanos deberíamos tener, una vivienda digna, una de las necesidades básicas. Se paga sumas muy elevadas por los alquileres en casas humildes, y si uno hace los cálculos se toma noción que es dinero que se le da a alguien por el sólo hecho de tener una casa de más. El Estado brilla por su ausencia, porque hay mucha tierra en toda la zona y no es accesible para la ciudadanía”.  

- ¿Qué características tiene este tipo de construcción que las diferencian de las tradicionales?

- El barro tiene una gran virtud al regular la inercia térmica, la humedad que genera dentro de la casa no es ni muy seca ni muy húmeda y asegura una buena respiración, regula todo el polvillo en suspención. De hecho, es muy positivo para quienes sufren artritis o dolores de huesos. En realidad más del 50% de las casas del mundo actualmente están construidas en barrio, mucho en oriente, y muchos países de América, las familias viven en casas que tienen como materia prima el barro. 

Además, indicó Altamirano que el trabajo con el ladrillo de barro se hace en crudo, mientras que el ladrillo común es barro cocido, “esto implica la quema de mucha madera y el traslado de los materiales, mientras que el barro se hace directamente de la tierra que se saca de los cimientos y su mezcla con estiercol”, explicó. Señaló que son características que evitan el calentamiento global por el uso de estas técnicas naturales.

Señaló que, del mismo modo, el uso de cemento implica procesos que se desarrollan a muy elevadas temperaturas y “tampoco son elementos que se puedan reutilizar, mientras que el ladrillo de barro si se quiere modificar todo lo que se rompe se puede reutilizar”, destacó. 

- ¿Una vez que los elementos se secan son muy resistentes?

- Sí, no obstante hay que tener algunos reparos como el de rebocar por fuera la casa. Hay que hacerles aleros a las casas, y analizar la orientación de la construcción, sabiendo las características del clima en esta región. En Río Cuarto las lluvias más fuertes suelen ser del noroeste y desde el sur cae piedra, por lo que se tiene en cuenta para la obra. Por otra parte, para rebocar se suele usar arcilla, pero acá no se consigue fácil, por lo que utilizamos cal. 

El referente del Wichán Ranquén explicó que con el barro “la casa respira”, si se humedese las paredes se expanden y al secarse se contraen. Para ésto, el reboque lo realizan con estiercol de caballo o vaca, la hoja de penca y cal viva que se deja apagar, “mientras más tiempo se deja más va a durar”, dijo.

- ¿El uso del estiercol implica que tenga algún olor en especial?

- No, cuando se seca la mezcla se va todo el olor. Esto es interesante que se conozca, porque la gente en general tiene muchas dudas sobre eso. Hemos comprobado que la mezcla que se logra es muy parecida a la “cerecita” que usan en las construcciones tradicionales, de hecho tiene un olor similar. El estiercol de vaca es el mejor porque al ser rumiantes, el pasto queda bien molido, y es lo que le da fibra a la mezcla. A las paredes también se las pueden rebocar con arena fina y cal o con yeso. 

- ¿Estos diseños se pueden adaptar para los planos para instalaciones de los servicios?

- Sí, no hay nada que prohiba el uso de adobe o barro, algunos compañeros han construido con columnas de cemento y el relleno de barro, y tienen aprobados los planos para créditos de Procrear, por ejemplo. 

Siembra comunitaria.- Uno de los ejes de trabajo del vivero Wichán Ranquén está vinculado a la siembra comunitaria, actividad que se realiza entre septiembre y marzo. Este fin de semana se realizó la siembra con una apertura a quienes quisieran colaborar y se sembraron árboles nativos. El que acompañaba se podía llevar un ejemplar más adulto a su casa. Se sembraron 200 algarrobos blancos, y se compartió una charla sobre la importancia de su uso, la función que tiene en el monte y el uso de su harina.