El hecho se produjo cuando Zárate y sus dos hijos adolescentes se encontraban disputando un partido de fútbol entre conocidos en el complejo deportivo junto con otras personas y comenzó una discusión entre el acusado y Rubén Ezequiel Acuña Ustarroz, de 37 años, la cual terminó de manera fatal.
Beatriz, la mamá de la víctima, confirmó que "se conocían de la cancha" y que su hijo "iba de vez en cuando a jugar para distraerse. Su cable a tierra era un rato de fútbol, porque no toma, no fuma, no sale. Era una persona excelente”.
A su vez, en diálogo con El Doce, la mujer comentó que era hijo adoptivo. "Lo tengo desde chiquito, desde que lo dejó la mamá. A sus 24 años me dieron el poder. Se dedicaba al estudio y al trabajo. Estudiaba ingeniería en electricidad, le faltaba una materia, me decía que este año se recibiría. El patrón le daba los días para estudiar”, agregó.
Beatriz también se refirió a Gastón Zárate y apuntó directamente contra el imputado. Dijo que le comentaron que “era muy violento, que busca peleas y discusiones con cualquiera”.
Según testigos, la disputa se tornó más violenta y continúo en la vía pública donde Zárate agarró un fierro y se lo clavó en la cabeza a Ustarroz, provocando su muerte de manera instantánea.
Tanto el acusado como sus hijos se quedaron en el lugar y, tras la llegada de la Policía, “El Perejil” fue detenido junto con el adolescente de 17 años, acusado de también participar de la pelea.
La causa quedó a cargo del fiscal Javier Di Santo, el mismo que en 2006 había ordenado su detención por el femicidio de Dalmasso, caso que prescribió y quedó impune.
Esta nueva investigación fue caratulada como homicidio y primero ambos detenidos fueron trasladados a sede judicial, mientras que luego el adulto fue derivado a la cárcel local.
Acerca del menor, quedó en calidad de demorado y se dispuso que el caso quede bajo secreto de sumario.