En medio de la tensión de los piquetes y en particular del que se había montado en el cruce de la A005 y ruta 8, al sur de la ciudad, el expresidente de la Sociedad Rural de Río Cuarto, Julio Echenique, paseaba su calma y ante los intentos de desborde o el agotamiento de los productores y camioneros, siempre encontraba una estrategia para atemperar los ánimos y conducir lo que parecía cada vez más complicado.
Hoy, desde su campo en la zona de Alpa Corral habla con Tranquera Abierta con aquella misma calma y hasta asegura que atesora “lindos recuerdos de ese momento”.
“Desde aquel momento hasta hoy mantuve la misma mirada sobre el conflicto. Nosotros desde 2007 empezamos a tener problema con el gobierno de los Kirchner que se acentuaron en 2008. Pensemos las cosas que decía la Presidenta sobre el yuyito de la soja o los piquetes de la abundancia, lo que terminó complicando más las cosas. A partir de ese momento comenzó la grieta que se fue profundizando”, recuerda.
¿Cómo fue estar al frente de un piquete como el de Río Cuarto?
En aquel momento me manejé con mucha prudencia, con tacto, porque tenía que estar calmando los ánimos de propios y extraños. Pensemos que no sólo estaba la gente de la Rural, sino toda la que quedaba prendida del piquete que organizamos en la A005 y ruta 8. Había noches que había camiones parados desde ese cruce hasta Holmberg, con las rastras que impedían avanzar. Eso era muy complicado, aunque tratábamos de asistirlos, de darles de comer. Pero gracias a Dios nunca tuvimos problemas, no hubo conflictos ahí. Una vez nos citaron al Juzgado Federal y fuimos a explicar que estábamos en el marco de un conflicto nacional y que actuábamos dentro de lo que decidía la Comisión de Enlace conformada por las cuatro entidades, que eran las que bajaban línea en ese momento. Pero tengo lindos recuerdos porque conocí a mucha gente, y conocí el pensamiento y la predisposición que tenía cada uno hacia la Rural y hacia mí personalmente que estaba al frente. Y se trabajó mucho y fue mucho sacrificio porque estábamos muchas horas en la ruta, todos los días, durante muchos días mientras teníamos que sostener nuestras actividades particulares. Pero tenía el convencimiento de que teníamos que seguir adelante.
Y coincidió con meses de mucho trabajo para el campo...
Claro, toda la cosecha del campo se concentra mayormente en esos meses en lo que se llevó a cabo el conflicto. Me acuerdo que en la Semana Santa de fines de marzo o comienzos de abril fue el discurso de Cristina Fernández cuando habló de los piquetes de la abundancia o el yuyito. Eso reforzó más los piquetes en todo el país. Y ahí creo que empezó a cambiar también la economía porque veníamos de años anteriores con una soja de 600 dólares y a partir de ese momento comenzó a bajar.
¿Cómo vio esa reacción del campo a la 125?
Creo que se peleó muy bien. La gente nuestra fue muy capaz, especialmente nuestra gente de CRA, con Mario Llambías y toda la gente que lo acompañaba; sumemos a Miguens y Biolcatti de Sociedad Rural Argentina, que hicieron un gran trabajo y apreciamos mucho. Realmente fueron personas que se dedicaron con todo su esfuerzo.
¿Cómo fue organizar el piquete?, algo a lo que no estaban acostumbrados...
Fue aprender sobre la marcha. Incluso nunca habíamos usados las rastras que se usaban antiguamente para nivelar los terrenos y de pronto todo el país se pobló de rastras en los piquetes para no dejar pasar a nadie. De todas maneras traté siempre de manejarme con mucho tacto y prudencia, tratando de no exaltar los ánimos de nadie, porque sino eso no se sabía cómo podía terminar. En algunos momentos podía explotar como una bomba porque todo el mundo estaba muy nervioso, complicado con sus cosas particulares. Iban al piquete y después volvían a remar con sus tareas y trabajo.
Se sentía esa tensión...
Sí, claro. De todas maneras en la Sociedad Rural tuve mucha colaboración de los socios, de las empresas amigas, que todavía sigo teniendo vínculos de amistad. La verdad es que quedé muy conforme con el desempeño. Porque con el prestigio que tiene la Sociedad Rural no nos podíamos achicar para nada porque somos referentes en toda la zona. Por eso teníamos que tratar de estar en todos lados y donde había una movilización o un piquete allí íbamos. Pero por suerte no hubo problemas graves en los piquetes.
¿Le pasó de sentir presión directa a través de algún hecho?
No, la verdad que no. Incluso tenía muy buena relación con los camioneros de Río Cuarto y con su centro de camioneros que estaba a cargo de Eduardo Marclé que se portó siempre muy bien y jamás tuvimos un roce. Ellos también por pedido de Moyano quisieron cortar en un momento, pero nos juntamos las dos partes y la verdad es que tuvieron muy buena predisposición y nosotros también. Se manejaron con mucha prudencia. Querían trabajar lógicamente, pero al mismo tiempo se daban cuenta que nos necesitaban porque los productores eran los que mayormente les daban las cargas. En el interior diría que, porque nos conocemos y sabíamos que nos manejábamos con total honestidad, no tuvimos ningún problema.
¿En Córdoba había un clima distinto, al tener del mismo lado al gobierno provincial?
Exactamente. Siempre tuvimos el apoyo del gobierno de Córdoba, tanto de parte de De la Sota como de Schiaretti; y diría que más se acentuó con Schiaretti. La Provincia siempre estuvo acompañando.
¿Valió la pena aquello?
Creo que sí porque empezamos a conocer los representantes del Gobierno nacional y supimos cómo iban a actuar a partir de allí y las políticas que llevaron adelante a partir de ahí que fueron nefastas.
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