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Ante una nueva ola de fármacos contra la obesidad, una revista especializada plantea cuatro preguntas clave

Mientras en Argentina se aprueba el registro de nueva droga para bajar de peso, en Estados Unidos el laboratorio responsable suspende anuncios porque no pueden satisfacer la demanda. El análisis de la revista Nature

“Es raro encontrar un producto tan exitoso que sus fabricantes dejen de publicitarlo. Pero eso es lo que sucedió con el medicamento para bajar de peso Wegovy en mayo. En los Estados Unidos, donde se pueden anunciar medicamentos recetados, el desarrollador Novo Nordisk retiró sus anuncios de televisión porque no podía satisfacer la demanda”, comienza señalando el artículo ‘Cuatro preguntas clave sobre la nueva ola de fármacos contra la obesidad’ publicado el 2 de agosto en el sitio de la revista Nature.

Cinco días después, en Argentina, se conocía la autorización por parte de la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) de la inscripción en su Registro de Especialidades Médicas de un nuevo medicamento inyectable para bajar de peso en combinación con una dieta reducida en calorías y un aumento de la actividad física.

Tanto la publicación internacional como la de las autoridades locales, se refieren a la misma droga.

“El medicamento inyectable, llamado semaglutida, funciona imitando una hormona que frena el apetito y fue aprobado como tratamiento para la obesidad por la Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. (FDA) en 2021. En un estudio, los participantes que tomaron semaglutida durante más de un año perdieron más del doble de peso corporal en promedio, casi el 16 %, al igual que las personas que tomaban un medicamento para bajar de peso más antiguo que imita la misma hormona. La aprobación de semaglutida para el tratamiento de la pérdida de peso (bajo la marca Wegovy) se produjo cuatro años después de que se aprobara el medicamento para la diabetes tipo 2 con el nombre comercial Ozempic, también fabricado por Novo Nordisk, con sede en Dinamarca. La demanda de Ozempic se ha disparado ya que los médicos lo prescriben para bajar de peso fuera de su uso aprobado”, publica Nature.

Mientras que la agencia oficial Télam, publicó sobre la droga autorizada por Anmat: “se trata de Wegovy del laboratorio Novo Nordisck Pharma, cuyo principio activo es la “Semaglutida”. No obstante, aún no hay fecha estimativa para el desembarco en farmacias, dado que previamente el laboratorio debe solicitar a esta Administración Nacional la autorización efectiva de comercialización notificando fecha de inicio de la importación del primer lote el cual deberá pasar la verificación técnica correspondiente antes de salir a la venta, según consta en la disposición de la Anmat. En las “Indicaciones terapéuticas” el prospecto refiere que “Wegovy está indicado en combinación con una dieta reducida en calorías y un aumento de la actividad física para el control del peso, incluyendo pérdida de peso y mantenimiento del peso, en adultos con un índice de masa corporal (IMC)” que se corresponda con obesidad o sobrepeso “en presencia de al menos una comorbilidad relacionada con el peso, por ejemplo, alteraciones de la glucemia (prediabetes o diabetes mellitus tipo 2), hipertensión, dislipidemia, apnea obstructiva del sueño o enfermedad”. Y continua: “hasta ahora, sólo estaba autorizada en el país la Semaglutida en su versión comercial “Ozempic” -también de Novo Nordisck- para pacientes con diabetes tipo 2, enfermedad para la cual fue originalmente diseñada la droga”.

Preguntas en medio de una ola de medicamentos

Ahora, medicamentos aún más potentes para la obesidad están en camino (a nivel mundial), muchos sin estar aprobados para esa patología. Lo cierto es que “tratar la condición es más urgente que nunca. Las tasas de obesidad se han triplicado en los últimos 50 años, y tener un peso adicional significativo a menudo conlleva un mayor riesgo de otras complicaciones de salud, como diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y algunos tipos de cáncer. También puede afectar la calidad de vida de otras maneras, como limitar el rango de movimiento de una persona o generar sentimientos de vergüenza debido al estigma del peso”, detallan en la publicación de Nature y surgen cuatro preguntas claves por parte de los investigadores que las compartimos a continuación.

¿Cómo funcionan las drogas?

Estos medicamentos parecen reducir el apetito de las personas, pero aún se está investigando exactamente cómo lo hacen. La semaglutida, la primera de esta ola en ser aprobada, imita una hormona llamada péptido 1 similar al glucagón o GLP-1. La hormona se produce en el intestino en respuesta a los alimentos y ordena al páncreas que produzca insulina. Los imitadores de la hormona GLP-1 se desarrollaron por primera vez para tratar la diabetes tipo 2, en la que el cuerpo produce muy poca insulina y los niveles de azúcar en la sangre aumentan. Pero los investigadores que realizaron esos ensayos clínicos notaron un efecto secundario sorprendente: el apetito de los participantes disminuyó.

¿Quién adelgazará?

Aunque los medicamentos ofrecen impresionantes beneficios para la pérdida de peso en los ensayos clínicos, no son efectivos para todos. “Hay una pequeña población de pacientes que pierden muy poco peso corporal cuando les administras GLP-1”, dice el biólogo Timo Müller, director interino del Instituto para la Diabetes y la Obesidad en Helmholtz Munich. La obesidad tiene una plétora de factores contribuyentes, muchos de los cuales podrían afectar la respuesta de alguien al tratamiento, entre esos factores se menciona la genética, los factores ambientales, la velocidad metabólica, el sexo y el peso inicial de una persona, entre otras.

¿Existen riesgos a largo plazo?

Los efectos secundarios a corto plazo de esta clase de medicamentos son claros: náuseas, vómitos, diarrea y otros problemas relacionados con la digestión. Los problemas hacen que algunas personas dejen de tomar los medicamentos. Un estudio encontró que los imitadores de GLP-1 aumentan el riesgo de obstrucciones intestinales que requieren hospitalización. Para aquellos que comienzan un tratamiento que involucra imitadores de hormonas, y pueden sobrellevar cualquier efecto secundario a corto plazo, es probable que estos medicamentos se conviertan en un compromiso de por vida para mantener el peso. Tal uso a largo plazo podría provocar efectos negativos.

¿Estos medicamentos están cambiando nuestra forma de pensar la obesidad?

La última ola de medicamentos tiene a investigadores y médicos entusiasmados pero con miradas diversas. Y los científicos esperan que la comprensión de la base biológica y la naturaleza crónica de la obesidad convenza a las aseguradoras para que paguen por los medicamentos. Otros sostienen que estos medicamentos demuestran que la obesidad no se debe a "falta de fuerza de voluntad". Por otro lado, desde la psicología apuntan que estos medicamentos ingresan a un mundo con una cultura dietética siempre presente y una presión social para adelgazar.

Por Fernanda Bireni