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El Carmen mostró por qué lidera el avance genético de maní en el mundo

El criadero conducido por Juan Soave volvió a organizar la jornada técnica tras la suspensión en 2021 por la pandemia. Se sumaron más de 500 asistentes. También hubo maquinaria de Cerutti y Sitto

En el campo experimental que el Criadero El Carmen tiene en las afueras de General Cabrera se respira innovación, avance genético, pero sobre todo pasión y perseverancia para mejorar los granos de maní, hacerlos más resistentes a plagas y enfermedades y aumentar su potencial productivo. Es un gran laboratorio a cielo abierto y un punto de referencia para el mundo interesado en el cultivo regional por excelencia de Córdoba.

Juan Soave, su hija Sara y un gran equipo se levantan cada día pensando en cómo lograr avances que luego rindan más en manos de los productores. A lo largo de 20 años han revolucionado con sus semillas el cultivo del maní, y detrás de los grandes números de producción y generación de divisas para Córdoba y el país, hay muchas horas de laboratorio, estudio, ensayos, pruebas y errores, éxitos e intentos fallidos acumulados. Y como resultado de todo eso, avances que hoy se siembran y se cosechan.

Parte de todo ese trabajo fue mostrado en la habitual jornada técnica “Desafíos genéticos para mantener el liderazgo argentino en el mundo”. Más de 500 personas concurrieron en la soleada y calurosa tarde para conocer lo nuevo que ya está disponible y aquellos materiales avanzados que podrán salir a comercializarse en algún tiempo más. Hay una primera definición que El Carmen transmitió a los productores y representantes de empresas maniseras que llegaron hasta el campo experimental: todas las líneas de trabajo e investigación se desarrollan a partir de la resistencia al carbón, la más relevante de las enfermedades que azotan al cultivo en el país. Por eso, El Carmen ya cuenta con líneas de resistencia a esa enfermedad y todo lo que se produzca en adelante tendrá esa característica de base. En poco tiempo más, las pérdidas por carbón serán residuales a medida que las nuevas semillas vayan ganando terreno.

Antes de comenzar la recorrida por las distintas estaciones que el equipo del criadero montó para los visitantes, Soave dialogó con Tranquera Abierta sobre la posibilidad de retomar la jornada presencial y las novedades que se presentaron a los productores.

“Por la pandemia hemos tenido que postergar esta jornada el año pasado porque cada dos años hacemos un evento de actualización científico técnico, y siempre con la aspiración de hacer un poco de extensión. En este caso mostramos los avances que tuvo el criadero en estos tres años, y entre ellos dos variedades de maní resistentes a carbón, que es la enfermedad que nos está pegando fuerte en Argentina”, comenzó explicando el anfitrión.

Y agregó: “También vamos a mostrar el mejoramiento que ha venido haciendo El Carmen porque nos hemos venido dando cuenta en estos años que a través de cosas que incorporamos hace ya 20 años con el genoma de maní silvestre, hoy estamos en una situación al tope de lo que es el mejoramiento en el mundo. Porque hay maní silvestre que nace como la gramilla en el norte argentino, Bolivia, Paraguay, Brasil, que tiene incorporadas todas las resistencias a las enfermedades, ataques de insectos, virosis. El problema es que no se puede cruzar con el maní que cultivamos porque tienen diferente número de cromosomas”, explicó Soave.

Sin embargo, en El Carmen no se rindieron por esa dificultad: “Hay técnicas que llevan mucho tiempo, mucho estudio y pruebas que necesitamos hacer y que permiten incorporar genes de esos maníes silvestres a los cultivados. Por eso estamos presentando variedades de maní resistente a carbón, cuya resistencia viene dada por aquellas variedades silvestres que hace miles de años viven en la naturaleza”, contó el especialista.

Es una resistencia natural...

Es una resistencia natural, no hablamos de biotecnología ni ingeniería genética. Y lo importante es que estamos a primer nivel en el mundo. Empezamos a hacer cruzamientos en 2001, por eso es que decimos que lleva mucho tiempo y trabajo lograr avances. Hoy estamos encontrando resistencia a otras enfermedades y alta productividad. Todo eso estamos mostrando este año en la jornada: las nuevas variedades y las que van a venir en dos o tres años a lo sumo. Tenemos muchos ensayos comparativos para observar las diferencias entre las distintas variedades y ahí es donde comprobamos la calidad de cada material y decidimos con cuál continuar y cuál no.

Jornada Técnica en el campo experimental de Criadero El Carmen

¿En qué están trabajando ahora?

En genética molecular, marcadores moleculares, marcadores funcionales. Estamos a un nivel muy avanzado para lo que es el maní. Si nos comparáramos con el mejoramiento en soja que lo hacen grandes multinacionales y gastan miles de millones de dólares por año, obviamente que no estamos a ese nivel. Pero en maní, que en Estados Unidos a los mejoramientos lo hacen las universidades, siempre con limitaciones de presupuesto, estamos realmente muy bien.

¿Pero no sólo carbón están trabajando sino también Sclerotinia?

Sí, exacto. Estamos presentando los avances en el control de Sclerotinia que es una enfermedad que viene castigando y mucho. Es un hongo de suelo. Y el problema del maní es que como fructifica debajo de la tierra, a los hongos no los podemos controlar con aplicaciones, por eso hay que buscar por el lado genético. La resistencia al carbón afortunadamente la encontramos por resistencia genética porque hasta aquí no hay aplicaciones que den grandes resultados. Sobre la incorporación de todo ese material genético inmenso que nos están brindando estos maníes silvestres, estamos tratando de obtener y marcar, usando los marcadores moleculares, dónde se encuentran las resistencias a las virosis, a otras enfermedades, el carbón, a sequía porque tenemos maníes que crecen casi en el desierto y entonces se supone que tienen resistencia. Es todo un trabajo muy largo. Cada vez tenemos más planes y trabajo.